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Terror. Fantástico. Thriller
Una joven familia se muda a una mansión sin ser conscientes de la aterradora historia que ha marcado su historial durante décadas. Allí, el miembro más joven de la familia hace un nuevo amigo: un muñeco con forma humana al que llama "Brahms". (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una película de terror acaba con un final abierto, siempre cabe la posibilidad de que hagan una secuela, aunque nadie la necesite.
Esta segunda parte es floja no solamente por méritos propios, sino por una fuerte incoherencia argumental con la de Lauren Cohan, de lo que me explayaré en la sección de spoilers.
Katie Holmes lleva tiempo sin tener ningún éxito que a mí me conste, pero para hacer esto mejor se hubiera quedado en su casa. Actúa como si no le fueran a pagar por ello.
Las escenas de miedo se basan en previsibles sobresaltos baratos que no asustan a nadie. No hacen un buen uso de la casa, la oscuridad, o el propio muñeco. Tiene escenas en la casa de la primera película, y sin embargo no la aprovechan para casi nada, con lo siniestra que es.
El montaje es bastante malo en ciertas secuencias.
En mi mente friki, no he parado de imaginarme un combate de “Mortal kombat” entre Annabelle y Brahms. Por supuesto, Annabelle haría una victoria perfecta, con “fatality” incluido. Tras ver esos “spin-off” de “Expediente Warren”, e incluso la primera de “Muñeco diabólico”, este títere de blanca cara tiene bien poco que aportar.
Flojísima por sí sola. Y ahora la retahíla de errores en los spoilers.
Esta segunda parte es floja no solamente por méritos propios, sino por una fuerte incoherencia argumental con la de Lauren Cohan, de lo que me explayaré en la sección de spoilers.
Katie Holmes lleva tiempo sin tener ningún éxito que a mí me conste, pero para hacer esto mejor se hubiera quedado en su casa. Actúa como si no le fueran a pagar por ello.
Las escenas de miedo se basan en previsibles sobresaltos baratos que no asustan a nadie. No hacen un buen uso de la casa, la oscuridad, o el propio muñeco. Tiene escenas en la casa de la primera película, y sin embargo no la aprovechan para casi nada, con lo siniestra que es.
El montaje es bastante malo en ciertas secuencias.
En mi mente friki, no he parado de imaginarme un combate de “Mortal kombat” entre Annabelle y Brahms. Por supuesto, Annabelle haría una victoria perfecta, con “fatality” incluido. Tras ver esos “spin-off” de “Expediente Warren”, e incluso la primera de “Muñeco diabólico”, este títere de blanca cara tiene bien poco que aportar.
Flojísima por sí sola. Y ahora la retahíla de errores en los spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
“The boy” funcionaba bastante bien con el misterio e intriga. Pero esta secuela hace muchas aguas. Y en la primera no había fantasmas ni el muñeco estaba poseído. Brahms era un psicópata que lo utilizaba para asustar. Pero ahora resulta que el niño autista oye voces y que el juguete se mueve solo, tiene pellejo chamuscado debajo de la cerámica (¿por qué?), y hace de todo. Incluso mata al perro, lo cual es tan “sorprendente” como el final de “Titanic”.
Además, al final de la primera, el psicópata (por cierto ¿dónde está?) arregló al títere de mala manera. Sin embargo, aquí sale prácticamente como nuevo. Podría haberse vendido en una tienda de segunda mano y lo habrían aceptado.
Y luego eso, ¿qué ha sido del verdadero malo? Lauren Cohan y su amigo, al parecer, fueron inconscientes y no llamaron a la policía ni nada después de huir. Pero tampoco explican si el fantasma del muñeco es ese Brahms que murió, o es otra cosa. Todo queda muy mal hilvanado, la verdad, y esas tomaduras de pelo me dan bastante coraje. No son incoherencias tan bestias como lo de las últimas películas de “Terminator”, pero me fastidian.
Además, al final de la primera, el psicópata (por cierto ¿dónde está?) arregló al títere de mala manera. Sin embargo, aquí sale prácticamente como nuevo. Podría haberse vendido en una tienda de segunda mano y lo habrían aceptado.
Y luego eso, ¿qué ha sido del verdadero malo? Lauren Cohan y su amigo, al parecer, fueron inconscientes y no llamaron a la policía ni nada después de huir. Pero tampoco explican si el fantasma del muñeco es ese Brahms que murió, o es otra cosa. Todo queda muy mal hilvanado, la verdad, y esas tomaduras de pelo me dan bastante coraje. No son incoherencias tan bestias como lo de las últimas películas de “Terminator”, pero me fastidian.