Los cazafantasmas 2

Ya la primera película rozaba lo cutre, en comparación con algunas obras de ciencia ficción de la época, pero su ingrediente cómico, y se frescura, hacían que escapara. Esta secuela, sin embargo, no se sostiene, llegando a rozar lo ridículo. Lo único que no es un desacierto es el reaprovechamiento de elementos de su predecesora. Si en la primera, la amenaza venía del ático de un rascacielos y de una figura infantil gigante que atormentaban a la ciudad de Nueva York, en la segunda es un retrato sobre lienzo a través del cual un demonio quiere reencarnarse, siempre en torno a la figura del bebé de Sigourney Weaver.

Secuela que pierde la inevitable frescura de la original. Aún así tiene su encanto nostálgico, con entretenidos momentos de acción, y algún giro humorístico que bordea el ridículo.
Repitiendo fórmulas, hasta repite la misma canción. El problema es que, aunque pegadiza la canción tampoco era tan buena. Aunque cambien el color, los mocos siguen siendo mocos, para lo bueno y para lo malo

Cinco años después de la realización de la primera parte, y en vistas del éxito conseguido en taquilla, el director Ivan Reitman volvió tras la cámara con los mismos protagonistas, para rodar una nueva entrega de los cazafantasmas, introduciendo algunos cambios significativos en el guión, y multitud de efectos especiales, además de chistes aun más malos que la anterior entrega.
El resultado no fue el mismo que en la primera entrega, pero aún asi la película volvió a ser vista por multitud de personas, que bailaban al ritmo de la pegadiza cancion de la película.
Apta para todos los públicos y especialmente para los muy fans de los cazafantasmas.

A pesar que repiten todos, incluidos guionistas esta parte carece de la magia o el Boom que causó la primera. Quizas faltó el factor sorpresa.
Will y Hank Deutschendorf, los gemelos que interpretan a Oscar, son los sobrinos del cantante John Denver.

Mala la original y por el mismo camino va la segunda. La verdad es que se me ha hecho un poco más transitable seguramente porque esperaba muy poco de ella al mismo tiempo que conocía la chorrada en la que se basa la película, por lo que el impacto negativo es menor. A lo mejor entretiene a los niños pero una persona normal y corriente no se la puede tomar en serio. Lo único destacable es que no aburre, alguna canción de Bobby Brown, la simpatía de Sigourney Weaver y Dan Aykroyd, pero no de Bill Murray ni Harold Ramis, el uno por chulo, el otro por gris, y el personaje de Rick Moranis, cuyos minutos como abogado patoso sí te hacen reír.

El error más grave que arrastra de su predecesora es que se toman a chufla, y sin ninguna gracia ni rigor, el campo paranormal, inventándose prácticamente todo, desde la terminología hasta los fenómenos. ¿Qué es esto de los mocos? Lo más parecido sería el ectoplasma pero es muy diferente a lo que sale en "Cazafantasmas 2". Más ejemplos, ante un fenómeno de desplazamiento de objetos, el carrito de un bebé, los sesudos investigadores se ponen a, entre otras cosas, ¡analizar las defecaciones del niño! Este es el nivel intelectual de esta película. A la postre, todo un éxito de taquilla, no tanto como la primera pero sí, completamente inmerecido.