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King Kong

Aventuras. Fantástico. Terror Un equipo de cine van a rodar una película a la misteriosa isla de Teschio, al este de Sumatra. Allí los recién llegados descubren la existencia de una civilización prehistórica y de una tribu ancestral que secuestra a la atractiva Ann, la actriz protagonista, para ofrecerla en sacrificio ritual a King, un gigantesco gorila. (FILMAFFINITY)
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Críticas 83
Críticas ordenadas por utilidad
23 de febrero de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi por primera vez el 16/05/2010, y hoy de nuevo la he vuelto a visionar. Me ha parecido excepcional por muchos motivos.

Aunque la técnica del stop motion ya fue utilizada antes, no la había visto antes en otra película. Tiene muchísimas escenas de acción con muchos efectos especiales (los que se disponían por aquel entonces).

La trama es sencilla, pero la alargan de una forma interesante. Llegó a ser una película super taquilla en su época, estrenándose varias veces y recaudando mucho dinero décadas después.

La música, algo potente en esta película intuyo que no debe de ser la banda sonora de la época, ya que no se ponía tanta música en las películas, aún no se estaban acostumbrados, con lo que intuyo que en la década de los 40 o 50 incluirían más banda sonora. Algo que le da mucha fuerza a este tipo de películas.

Lo que más llama la atención son los efectos, impresionantes para la época. Le subo 1 punto.
edugrn
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8 de febrero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1930, después de unos treinta minutos donde se habla del cine como un asunto peligroso y aventurero con el uso de la mujer como cebo para el espectáculo, llega a la gran pantalla la figura terrorífica del gran gorila, tomando relieve del relato clásico de la bella y la bestia para exponer un tono terrorífico, puesto también aparte el concepto de mujer como ofrenda carnal y entrega de amor depositado, y no es complicado delimitar qué es más intimidante.

También habrían dinosaurios en una "Isla Calavera" más salvaje y misteriosa que perfectamente podría ser la antesala perfecta para un jurásico científico y extenso como se encontraría Michael Crichton y Steven Spielberg en 1933, asimilando el hecho de que Francis Ford Coppola emularía un plano en "Apocalypse Now!" (1979). Además, probablemente tenga el mejor combate de lucha libre de la historia del cine, sirviéndose de un montaje de cartón piedra y una animación novedosa, la cual no sería igual de bien vista con los años pero sí como una artesanía moderna y pionera para la década de los 30.

Posee múltiples lecturas, incluso desde una postura feminista podría desangrar todo el patrón del amor machista- si se le puede llamar así- donde la agresividad es de utilidad para el "amante", pero más cabría señalar que es un esperpento que argumenta porqué el mito de la bella y la bestia está ausente de amor, porque si el amor mata, no es amor. Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack firmaron una de las fábulas más icónicas e importantes de la historia del cine, además de contribuir vigorosamente al desarrollo del género fantástico.
Ismael Alzola
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15 de enero de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado 80 años desde que se rodó la primera película del gorila más famoso del cine, no negaré que en 1933 ver un gorila gigante peleando contra dinosaurios, matando hombres y escalando edificios con ese "realismo" es algo digno de admiración y cuyo mérito nadie puede quitar. Sin embargo el tiempo pasa, esta película es como un ser vivo y, al igual que el tiempo marchita una flor o cubre con arrugas la cara de una hermosa mujer, ha hecho del primer "King Kong" una obra risible y apta solamente para la historia del celuloide.

Cierto es que su estreno provocó un gran impacto en la sociedad del momento, las ahora ridículas marionetas eran como un documental para los "supervivientes" del 'crak' del 29. Esta película fue el "Jurassic Park" de aquella generación, pero la oscarizada obra de Spielberg 20 años después no ha envejecido lo más mínimo, se mantiene joven y fuerte como el primer día, supera en efectos especiales a muchas películas recientes y es vista por los hijos de aquellas personas que en 1993 salieron maravillados del cine. Precisamente directores como Spielberg o Peter Jackson (quien dirigiría un remake en 2005 después de fascinar al mundo con "El Señor de los Anillos") encontraron en "King Kong" su vocación para ser directores.

Aún os preguntaréis cuáles son los motivos de peso por los que no considero a esta película una obra maestra, a ello voy. Aparte de las ya mencionadas cómicas (hoy en día) marionetas del simio y los dinosaurios añado una banda sonora ridícula y sin miga, unos escenarios (y escenas) bastante pobres, unas actuaciones lamentables y un encanto que ha caído en el olvido cual popularidad de un deportista veterano que ve cómo las jóvenes promesas le desbancan del puesto que ha ocupado toda su vida.

Entiendo lo que supuso esta película para el cine y la sociedad, pero no puedo ponerle más de un 6, nació de forma prematura eso pasa factura.

Para terminar daré un dato curioso: ayer me enteré de que fue coloreada, vi una escena y he de decir que se hizo con mucho acierto, aunque el color resalta más si cabe los errores de los que adolece.
Sick boy
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22 de marzo de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
67/11(11/03/23) Con motivo del 90 aniversario del estreno (se estrenó en la ciudad de Nueva York el 2 de marzo) he vuelto a ver la Obra Maestra que es “King Kong”, el cine se inventó para espectáculos como este, cobra todo su sentido con esta película, aventuras (gran parte de la acción en una isla misteriosa), terror (enormes dosis de violencia salvaje), drama (en los primeros compases del film se hace un ácido lienzo de la pobreza en USA entonces, derivada de la Gran Depresión), romance (el del simio y la rubia), épica (las imágenes la elevan al Olimpo), cine dentro del cine (todo se origina por querer rodar una película con el mayor realismo), efectos especiales formidables, y un conjunto de imágenes Iconos de la gran pantalla, sin duda la más recordada la del gran gorila en la cima (de claro freudiano sentido fálico) del Empire State Building llevando en u mano a su nada rubia y siendo rodeado por aviones de combate. Amén de ser pionera en el uso original de una banda sonora, en este caso del maestro Max Steiner (compositor de “Lo que el viento se llevó” y “Casablanca”, lo más cerca que se puede estar de ser un Dios en este campo), ayudó a establecer reglas básicas de la música para películas. Una historia con claras reminiscencias a ‘La Bella y La Bestia’, un conmovedor relato sobre como la Belleza puede enamorar ala más salvaje Bestia.

Con 9 décadas a sus espaldas la cinta se mantiene fresca, su poder de fascinación intacto, te atrapa desde su misterioso inicio, con la llegada a la ignota isla la tensión latente te engancha (esas míticas murallas tienen mucho que ver), y a la media hora cuando hace acto de presencia King Kong la acción se desborda en un desarrollo trepidante que no da respiro. Dirigida y producida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, producida por ellos con el legendario David O. Selznick, entonces director de RKO Radio Pictures. Selznick no se atribuyó el mérito de la película y dijo que su contribución clave fue poner las técnicas f/x de O'Brien junto con las ideas de la historia de Cooper y Schoedsack (ambos participantes en la 1.ª Guerra Mundial y apasionados de la aventura y el cine), se repartirían las labores de rodaje (uno ocupado de la acción, el otro de los personajes). Aunque tiene sensación de una epopeya costosa, tenía un presupuesto relativamente moderado de unos 600.000 dólares. Historia de este largometraje iniciada por el difunto durante la pre producción Edgar Wallace y terminada por Merian C. Cooper, junto con su antiguo socio, Ernest B. Schoedsack, responsable de la producción, del que el protagonista Denham es su alter ego.

Con efectos especiales apoteósicos de Willis H. O'Brien (mentor de Ray Harryhausen), aprovecha trucos para crear sus ilusiones, usa acción en vivo, la innovadora retroproyección (técnica de animación usada para que Kong pudiera aparecer en escena junto con Fay Wray. Para este mismo fin, se recrearon modelos en miniatura de los personajes), y sobre todo el artesanal ´stop motion´, con el gorila animado fotograma a fotograma, miniaturas, modelos, pinturas mate y prestidigitación. Secuencias tomarían semanas en estos días, como cuando Kong sacude un tronco para desalojar a los hombres que se aferran a él, se realizaron en dos días, y el muro gigante que separa a los aldeanos de la isla del monstruo fue un escenario construido originalmente como el Templo de Jerusalén para "Rey de Reyes" de Cecil B. DeMille (1927), luego pasto de las llamas para la secuencia de Atlanta ardiendo en “Lo que el viento se llevó”. El propio O’Brien había trabajado en películas como “El mundo Perdido”, rodada en 1925, durante el período mudo, adaptaba la novela homónima del célebre escritor británico, Arthur Conan Doyle. En este película, era el encargado de realizar los efectos especiales, debían mostrar cantidades de secuencias donde aparecieran dinosaurios y diversa fauna titánica enfrentándose a muerte. O’Brien siguió entonces una técnica que había inventado uno de los pioneros del cine, George Mèlies, Stop-Motion, que consistía en tomar muchísimas fotografías de un modelo mayormente escultórico para luego poner dichas fotografías en movimiento, creando la sensación de que efectivamente había un movimiento del modelo. Como el Mundo perdido funcionó en taquilla, Marion C. Cooper y Shoedsack decidieron contar con su inestimable ayuda. Gracias a esta colaboración se llegó a crear uno de los Mitos del cinematógrafo, el del Totémico King Kong, para el modelo de Kong se realizaron seis muñecos pequeños, hechos con goma y piel de conejo, también una cabeza y unos hombros enormes para los primeros planos, con una especie de esqueleto de acero, relleno con algodón y cubierto con látex para que pudiera moverse de manera natural, disimulado con pieles de oso, al que consiguen conferir expresividad, alma, carácter, creando una fascinante empatía entre la Bestia y el espectador, que hace nos importe lo que le pase. Hay otros muchos dinosaurios que aparecen en la película, ensombrecidos por el mico. O'Brien y sus colaboradores, como el legendario artista de efectos visuales de RKO, Linwood Dunn (“Ciudadano Kane” o “La Cosa”), muestran a Kong en batalla con dos dinosaurios, una serpiente gigante, un reptil volador y un Tyrannosaurus rex. Más tarde, en Manhattan destrozará en una secuencia grandiosa una vía de ferrocarril elevado y un tren en marcha, destroza coches cual sui fueran miniaturas de juguete, subirá a lo alto del Empire State Building y derribará un biplano con la mano desnuda, es el Rey de Nueva York, a donde en principio lo han llevado a ser exhibido cual trofeo en pos del más salvaje comercialismo, ello por su único pecado de ser un animal Mítico, pero se rebelará contra este mundo ‘civilizado’.

Tiene un tramo inicial que sienta las bases con intriga, suspense, misterio, con un viaje enigmático en barco a una isla desconocida (Skull Island) en medio de la nada, la llegada a la misma en medio de la mística niebla,...(sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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12 de agosto de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué decir de nuevo sobre King Kong, una historia ampliamente conocida, con versiones plurales. Pero esta primera "edición" cinematográfica, creo que tiene el sabor de las viejas películas con un arsenal de recursos tecnológicos modestos, en comparación con los actuales. Las escenas son bastante impresionantes, abundan las trabazones del gigantesco mono contra toda clase de enemigos del reino animal, varios de apariencia prehistórica. Es también memorable la "batalla" del mono contra una pléyade de leones en Nueva York, ya que el inmenso simio es trasladado a esa ciudad, donde se lo expone en un gran salón, encadenado con gruesas cadenas y grilletes. Pero la bestia se escapa, hay escenas antológicas como el momento del tren, o el famoso episodio del ataque de los aviones que disparan su artillería intentando hacer blanco sobre el mono que se aferra, desesperadamente, a la punta de un rascacielos mientras bate cuando puede su brazo libre para derribar las naves que lo atacan. Inclusive, me parece más entrañable la apariencia fisonómica del gran simio en esta realización primera, que tiene mucho más encanto que la versión de 1976 con Jessica Lange, donde se reproduce con menos imaginación -en una inmensa escala- un gorila de aspecto bastante convencional. En fin, para quienes gustan del cine de aventuras con los recursos limitados de antaño pero compensados con buena imaginación y talento artístico, la película resulta bastante recomendable. Quizá pueda agregarse como anécdota, que los decorados de la película fueron consumidos por el fuego para la no menos célebre "Lo que el viento se llevó".
elneon
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