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Cuéntame tu vida

Intriga. Romance En el centro psiquiátrico donde trabaja la psicoanalista Constance Petersen (Ingrid Bergman), el Dr. Murchison (Leo G. Carroll) anuncia su retiro de la dirección, en cuyo reemplazo llegará el eminente Dr. y escritor Anthony Edwardes, a quien, justamente, Constance admira muchísimo aunque no le conoce... pero, el mismo día en que el joven y apuesto director (Gregory Peck) es presentado ante los directivos, la psicoanalista comenzará a ... [+]
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Críticas 64
Críticas ordenadas por utilidad
30 de septiembre de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Compleja aunque amena película psicológica del "mago del suspense", con dos intérpretes memorables (Ingrid Bergman realiza para mí uno de los mejores papeles que le he visto), sobre la interpretación de los sueños para llegar a desentramar la intriga que se plantea. Le sobra alguna escena superflua y un poco de romance, si bien éste es necesario para que la doctora Petersen se encuentre todavía más atrapada por el caso. Pero el auténtico mérito de "Recuerda" se fundamenta en lo bien hilvanada que está la trama. No obstante, conviene no perder de vista algunos detalles, includa la famosa escena onírica a partir de diseños de Dalí.
Excelente fotografía y magnífica banda sonora hipnótica a cargo de Miklós Rozsá, sustituyendo a Bernard Herrmann como compositor.
Mi nota: 8,3
Luis Miguel
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9 de junio de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me animo a escribir esta crítica más que nada tras revisar algunas de las que se han hecho en los último meses y ponen la película a caer de un burro: es que tiene setenta años!!! Claro que a algunos os parece vieja y la trama pseudo-psicoanalítica ahora hace aguas, pero imaginaros al público medio de hace setenta años explicándoles esto. Es más, el público de entonces era más culto que el medio de ahora, que la mayoría son unos totales analfabetos... Claro que queda un poco ridículo oír a Ingrid Bergman con su insistente "Recuerda, recuerda", pero y lo hermosa que era... Gregory Peck fue ganando con los años, aquí como actor está justito, pero cumple. Y el personaje del profesor que interpreta M. Chekhov es que lo borda... Además hay escenas memorables como la del vaso de leche o la del revólver que no se olvidan. Y además el añadido de los diseños de Dalí que eran una fardada para una película de 1945.
Juventud divino tesoro y, a la hora de escribir críticas de películas antiguas, divina gilipollez que tenéis.
Bayoneta66
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28 de agosto de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso cómo las películas, como esta, de las que renegaba Hitchcock, y no eran precisamente pocas, a menudo me parecen las mejores de su filmografía, mientras que otras de las que se sentía orgulloso a mi me resultan sobrevaloradas. Suele coincidir que renegaba de las que le habían ido mal en taquilla y se enaltecía de las que habían sido un éxito mayúsculo. Sin duda, la prueba de que el director inglés, que siempre daba prioridad al efectismo por encima del contenido, y yo no tenemos el mismo concepto de lo que caracteriza al buen cine.

Recuerda es una película que realiza por encargo del magnate de Hollywood David O. Selznick (fan del psicoanalisis tras una buena experiencia), lo cual ya es una razón comprensible para que al director no le motivase demasiado. Pero de ese encargo sale una película muy atrevida y muy moderna, que además le da una vuelta de tuerca refrescante a la forma de narrar tramas de suspense y de falsos culpables que acostumbraba Hitchcock, una innovación que yo al menos agradezco. Además, incluye algunas escenas magistrales con las que el maestro creaba escuela, como esa en la que un conturbado Peck lleva una navaja de afeitar en la mano ante nuestra tensión constante de no saber qué hará con ella.

El reparto es uno de los puntos fuertes de Recuerda, todos están geniales, empezando por un joven Gregory Peck en uno de sus mejores primeros papeles, pasando por la siempre sólida Ingrid Bergman y terminando por un secundario con mucha presencia como era el olvidado Leo Carroll. Pero quien se lleva la palma es Mijail Chejov, un veterano actor y profesor de interpretación ruso, uno de los primeros y más reconocidos alumnos del maestro Stanislavski, creador del por aquella época tan discutido "método" (sin ir más lejos, Hitchcock renegaba de los actores de método), aquí demuestra por qué tuvo tanto éxito dirigiendo escuelas de teatro, cuando lo vemos a él casi estamos viendo a Freud.

En realidad, todos los apartados artísticos de esta película tocan niveles muy altos; la elegante fotografía de George Barne, la memorable banda sonora compuesta por uno de los mejores músicos de cine de su tiempo como era Miklos Rozsa, que aquí tiene un par de temas muy reconocibles, el romántico y otro con theremín que se utiliza de background en las secuencias más oníricas y que le viene que ni pintado. Además, como muchos ya saben, los diseños de las escenas de sueños fueron creados por Salvador Dalí y es una pena que decidiesen reducir a solo dos minutos esta parte, desechando casi media hora de grabación diseñada por Dalí, menuda pérdida, daría lo que fuese por que algún día se recuperasen y se sacase una edición extendida que los incluya.

Recuerda tiene tres tonos distintos que va intercalando a lo largo de su metraje; partes de psicoanalisis, partes de intriga criminal (que, en realidad, va a menudo interconectado con el psicoanalisis) y partes de melodrama romántico. Las partes melodramáticas son las que a mi menos me interesan y las que me impiden valorar mejor esta obra, pese a que en su día fueron las que salvaron a la película del fracaso ya que el gran público de aquella época (y quizá tampoco el de esta) no estaba preparado para una película tan atrevida que pretendiese ganarse a las masas con un tema más propio de entornos intelectuales. Y eso que, si uno lo piensa, realmente no hay nada inaccesible y hasta se queda un poco corta y superficial en su tratamiento del psicoanalisis. Pero a mi, aunque no creo que alcance cotas de obra maestra, sí que me motiva y me parece una de las películas más meritorias de Hitchcock.
El Tito Mel
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2 de enero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que nadie se lleve a error, lo primero que hay que apuntar es que el psicoanálisis en el momento de hacer la película, hace 75 años, era un tema de actualidad entonces. Pero lo que pudiera parecer una digresión sobre tan interesante asunto, para Hitchcock era un mero pretexto o “Mcguffin” para exponer su universo personal. Es por tanto un error intentar analizar seriamente la verosimilitud científica de la propuesta argumental. No es una película perfecta o redonda, aunque goza de momentos brillantes, porque en su rodaje existieron fuertes tensiones con el guión y un choque de personalidades entre su productor, David O. Selznick y Hitchcock. El cineasta inglés estaba bajo contrato del productor que lo había fichado para Hollywood en 1939.

Selznick mandaba notas constantes al guionista Ben Hecht, estaba acostumbrado a ejercer un férreo control en sus producciones lo cual no era del agrado del orondo inglés que pretendía imponer su libertad creativa. No le gustaba Gregory Peck porque era demasiado joven para el papel, además de inexperto, en lo que coincido totalmente como error de casting, y lo que era peor, era un actor del “método” partidario de emoción y motivación, por lo tanto poco moldeable para el cine de Hitchcock donde los actores eran meros accesorios que él manejaba a su antojo en el mejor sentido. Ese primer beso de amor pasional, es un buen ejemplo, en el que el cineasta nos muestra como un acto sexual de éxtasis supremo donde se abren las puertas del placer a través de un fundido encadenado de imágenes.

Pese a ser un film irregular con una trama deslavazada, tiene la mayoría de las constantes del cineasta: la joven heroína dispuesta a ayudar al falso culpable, la huida y persecución de los enamorados, la falsedad de las apariencias, su dominio de la puesta en escena donde los objetos dominan el plano. Las rayas en la bata, en la colcha, el color blanco, el sobre con la carta de Peck para la Bergman la navaja de afeitar, la simbología de las sombras influencia del cine alemán expresionista, son muestras inequívocas de su talento. La escena onírica diseñada por Dalí siguiendo las directrices de Hitchcock, me parece muy creativa y estimulante con respecto a la trama, el fascinante surrealismo al servicio de la ficción. Todo lo contrario opinaba el productor que no quería a Dalí por considerarlo excéntrico y poco apropiado donde exigía constantemente más romance y menos complejos asuntos mentales.

Las virtudes del film son evidentes, la romántica e inolvidable música de Miklós Rózsa, el primer cruce de miradas, el paseo campestre de la fría doctora con el recién llegado que vuelve transformada en una mujer alegre y vital. El contraste entre la pasión y la incertidumbre, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el complejo de culpabilidad y la amnesia, todo ello delimitan los márgenes de una enrevesada trama, que ciertamente se sostiene con pinzas pero que nunca esos valores absolutos son tratados desde perspectivas tan relativas. El laberinto del complejo de inferioridad del auténtico Dr. Edwards sirve para adentrarnos en el universo hitchcockiano, donde el temor y la sospecha se funde con el amor de una joven enamorada dispuesta a resolver los enigmas de la mente humana. Sólo por ser la primera de las tres que hizo con Ingrid Bergman “Spellbound” sería una película importante en la filmografía de Hitchcock, Bergman es la que mejor y con más intensidad y belleza ha encarnado a la heroína típica Hitchcockiana: aparentemente fría, formal, seria y hasta puritana, pero fácilmente vulnerable, capaz de enamorarse con la más apasionada y vibrante entrega.
En spoiler apunto la habitual aparición del cineasta por unos segundos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
EL ALBATROS
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26 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra obra maestra del Maestro Hitchcock, donde sin ser una de sus películas más elogiadas vuelve a dar una lección de maestría a la hora de rodar cine, CINE en mayúsculas. Y es que "Recuerda" pertenece a la época del clásico mas glamuroso. La primera incursión de Don Alfredo en el universo del psicoanálisis le sirve de excusa para contarnos una historia puramente "hitchcocknania" llena de suspense, con algun que otro giro y endulzada con una potente historia de amor entre Ingrid Bergman y Gregory Peck, vamos, palabras mayores. Reseñar que la famosa secuencia del sueño fue diseñada por Salvador Dalí. En definitiva es un peliculón, capaz de engancharte desde el primer minuto y no soltarte hasta su glamuroso "The End". Mención aparte la banda sonoro del mítico Miklos Rozsa, simplemente brutal.
El Minicritico
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