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Nadie puede vencerme

Drama. Cine negro Bill, un boxeador entrado en años, está convencido de que aún puede ganar combates. Su mujer, por el contrario, quiere que lo deje para empezar una nueva vida. Su mánager, convencido de sus nulas posibilidades, acepta amañar su siguiente combate sin siquiera decírselo. Obtuvo excelentes críticas por las escenas de boxeo y por la vibrante interpretación de Robert Ryan. (FILMAFFINITY)
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
8 de abril de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo una época en la que el cine y el mundo del boxeo maridaban tan bien como un buen vino de Rioja y un lechazo castellano. Eran otros tiempos, aquellos en los que este deporte reinaba o se codeaba con otros más populares que se han mantenido o incluso han crecido hasta tiempos actuales.

El mundillo que rodeaba al boxeo en sus años álgidos (los años 30 y sobre todo los años 40 y 50 del pasado siglo) era un caldo de cultivo excelente para poder plasmar en películas a personajes turbios, ambiciosos, violentos; contar historias de superación, de corrupción, de amor; mostrar el lado más oscuro del ser humano pero también el más puro. Sólo hay que echar un vistazo a la lista de títulos magnìficos que se sirvieron del boxeo como eje principal de sus historias: Más Dura será la Caída, Toro Salvaje, El Ídolo de Barro, Cuerpo y Alma, Réquiem por un Campeón...

Más recientes pero de gran calidad tenemos obras como Cinderella Man, Million Dolar Baby, la primera de la saga Rocky o The Boxer.

En esta película, un enamorado de este deporte como es Robert Wise, nos cuenta, en tiempo real, la última pelea de un boxeador ya muy veterano que no quiere ni siquiera plantearse el dejar de boxear. La relación con su pareja, que le exige abandonar las peleas antes de que sea demasiado tarde para su salud, los personajes que le rodean (su corrupto manager, su entrenador) y un retrato inmisericorde de los espectadores que acuden a las veladas en las que se suceden los combates entre jóvenes prometedores y veteranos que siguen luchando por inercia.

Especialmente ese retrato de personas que se transforman cuando contemplan como dos seres humanos se pegan, su furor y ansia de sangre ajena, está realizado de forma tan magistral y descarnada que resulta sobrecogedora para el espectador. Estamos, sin duda, ante una obra cumbre del subgénero y una gran película de cine negro. Todo a la vez.

La fotografía es magnífica, Robert Ryan y los secundarios están fabulosos, el final es tan auténtico como devastador.

Si no la han visto, háganlo, no se arrepentirán.
melchorin
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18 de marzo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de boxeo con todos los cánones: apuestas amañadas, boxeadores fracasados, mujeres semifatales, utilleros poco dotados intelectualmente, cuentas que saldar, y, sobre todo, una excelente película de boxeo. Parece que estás en el ring, peleando, desando machacar a tu adversario, simplemente no amigo... Cuatro asaltos son suficientes para mostrar lo que un maestro director de cine quiere mostrar.
Un obra maestra.
ÁAD
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22 de agosto de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando de pronto me encuentro con películas, cómo ésta, es cuando más admiro a Robert Wise, ese prolífico y versátil director, con muchos menos laureles que tantos muchos, pero que tocó todos los palos, y en casi todos nos dejó más de una joya, algunas memorables cómo "Marcado por el odio", otras, simples broches de la serie B, cómo “Ultimátum a la tierra”, intensos melodramas cómo “¡Quiero vivir!”, musicales míticos cómo “West Side Story” o “Sonrisas y lágrimas”, en otras, nos aterrorizó, cómo con “Ladrón de cadáveres” o “Las dos vidas de Audrey Rose”, también rodó alguna maravilla del cine bélico cómo “Torpedo”, o cómo no recordar aquella incursión en el cine histórico, y la “La Ilíada”, con esa maravillosa, “Helena de Troya”, además de alguna buena del oeste cómo “La ley de la horca”, o por qué no, aquel intenso, y no muy conocido thriller, “La casa de la colina”, o alguna buena muestra de cine negro cómo “Born to Kill” (Nacido para matar). Pero como iba diciendo, antes de dejarme llevar por la filmografía de Wise, “Nadie puede vencerme” es una obra corta pero intensa, una verdadera lección sobre los luchadores, en este caso boxeadores sin esperanza, sin futuro, sean jóvenes o veteranos, welters o medios, hombres que se empeñan en engañarse a sí mismos, de creer que algún día aún podrán alcanzar la gloria, pese haber tocado ya, todas las estaciones del fracaso, todas las lonas del Medio Oeste.

Robert Ryan compone un papel quizá cómo ningún otro en su carrera, un personaje repleto de decadencia pero que aún guarda un gramo de esperanza, mientras que una gran Audrey Totter nos muestra a una mujer cansada de ir de ciudad en ciudad, de pensión en pensión de mala muerte, tras un hombre al que ama, pero al que no puede apartar de un sueño inútil. Y que se debate entre la lealtad y la tentación de abandonarle.

Estamos ante una película de esas con alma, sin espectacularidad, pero absorbentes, poéticas, elevadas, sublimes. Quizá la película dentro del género cine de autor –sin que dicho género por entonces se conociese– de Robert Wise, al que sólo le faltó, quizá, filmar una buena comedia. Si es que, “This Could Be the Night” o “Something for the Birds”, no lo son. Algo sobre lo que no puedo opinar, pues no sólo no las conozco sino que ni tan siquiera me suenan.
Plácido Eldel Motocarro
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26 de marzo de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film de culto para los aficionados al boxeo y para los aficionados al cine clásico. Dura poco más de una hora y tiene un guion muy simple pero efectivo. Un boxeador maduro en el que nadie cree, ni su entrenador, ni su mujer, solo él cree que es capaz de ganar.
Acostumbrado a otras películas sobre boxeo, donde empiezan perdiendo y luego ganan, o donde tienen una trayectoria con una pelea final apoteósica. Pero en The Set -Up la trama se resuelve en un solo acto, como decía antes, una trama muy sencilla y bastante previsible.

Robert Ryan hace un gran papel de luchador incansable, un tipo duro al que la vida le ha tratado mal y cuyo destino es no levantar cabeza.
Audrey Totter es la compañera en la vida del héroe y aunque no confía en su optimismo, le quiere a pesar de su mala suerte.
Sobresaliente para el antagonista, para el villano, una actuación brillante de Alan Baxter con una expresión facial impertérrita en la que se parece al Jocker de Nicholson. La frialdad del personaje es lo mejor de la película.

Muy bien el resto del reparto, buenas interpretaciones de los secundarios y también los pequeños papeles.
Después de verla te quedará un sabor amargo y una visión un poco negativa de la vida, pero también real, supongo que es el mensaje que quiso dar Robet Wise. No siempre triunfa el amor, no siempre gana el bien, no siempre los esfuerzos obtienen recompensa, no hay justicia divina para nadie.
pikuet
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8 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie puede vencerme se centra en un combate de boxeo, decisivo para el púgil Stoker (estupendo Robert Ryan), al que muchos consideran acabado. La cámara se mueve con soltura reflejando el sórdido ambiente en el que se desarrolla la acción y las vidas implicadas en él, siempre con un pie en el abismo de la derrota. La acción se desarrolla en tiempo real, lo que aporta veracidad y tensión al conjunto. Una de las mejores películas de boxeo, dirigida por el experimentado Robert Wise.
Juan Pais
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