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Ella

Ciencia ficción. Romance. Drama En un futuro cercano, Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse que trabaja en una empresa como escritor de cartas para terceras personas, compra un día un nuevo sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Artificial, diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para su sorpresa, se crea una relación romántica entre él y Samantha, la voz femenina de ese sistema operativo. (FILMAFFINITY)
Críticas 497
Críticas ordenadas por utilidad
13 de febrero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He estado pensando en lo nuestro desde hace un tiempo.

Al principio parecía inconcebible que tú y yo pudiésemos conectar tan plenamente. Tan solo eres una película. Eso implica que eres el trabajo de muchas personas, la idea de otra. Yo soy un ser vivo. Mis sentimientos, mis pensamientos, mis acciones etc me pertenecen. Tú estás programada para ser lo que eres. Pero claro. ¿No soy yo acaso el resultado de mi genética y de la vida que me ha rodeado durante todos mis años? Ahí empecé a amarte. Al darme cuenta que de un modo u otro, nos parecemos. Y dejé todos mis prejuicios, me dejé llevar y me enamoré de ti, Eras mía, no podías irte con nadie más. Todo era perfecto. Pero claro. Si que eres de mucha más gente. Muchos más te han tenido, los has embelesado, y los has enamorado.

Tenías todas las ventajas, eso creía yo. Como todas mis anteriores amantes, me has roto el corazón. Y ahora me toca vivir con ello, La próxima vez que te vea (aun no se si quiero verte de nuevo) ya todo será distinto, nada será igual. Y tendré esa sensación de que no me perteneces, de que, solo seremos amigos.

Supongo que el tiempo todo lo cura, y que seguiré adelante y amaré a otra película como te he amado a ti, como amé a tantas.

Pero duele que se haya acabado.

Un beso.
Tomás Jeckyll
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14 de febrero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay quien está criticando Her porque no deja de ser un típico drama romántico con algo de comedia. Y sí, es ante todo una historia de amor. Pero es que ya solo siendo eso es descomunal.
Por cómo es capaz de rebañar los tuétanos de Theodore, ese hombre del futuro que se ha colado en el cuerpo de Joaquin Phoenix.
Y por cómo navega a través de Samantha, ese cuerpo femenino que se ha colado en la voz de Scarlett Johansson.

Me es inevitable mencionar Black Mirror o Disconnect para poder ubicar Her en un mapa. Me declaro devoto absoluto de este nuevo subgénero de "ciencia ficción del pasadomañana" en el que se utiliza un futuro cercano para debatir el presente.

Her huye de la distopía, dibujando un mundo sofisticado y colorista. También evita esa típica tentación de plasmar un mundo feliz, pero estúpido.
Más bien se centra en el hastío vital.
Y para ello pone el foco en el uso de la tecnología. Un instrumento que está permitiendo al hombre saber mucho y saber rápido. Interactuar mucho y con muchos. Compartir demasiado con demasiados. Esconderte dentro de tu dispositivo. Vivir emociones dentro de videojuegos. Llegar a cualquier rincón del planeta, acceder fácilmente al sexo. Mentir en unos casos, o decir lo que verdaderamente piensas en otros. En definitiva, expandirse como el universo, y desembocar al final en la confusión, en el vacío y en el agotamiento.
Es como una especie de desfase entre la oferta y la demanda. La tecnología nos ofrece muchísimo más de lo que necesitamos.

Pero lo grande de Her es que aunque plantea muchas de estas cosas, también plantea todo lo contrario, y lo hace a través de uno de los personajes más sorprendentes que yo haya "visto" nunca en una pantalla.
Un personaje que crece y crece a lo largo y ancho de la película, hasta que se le queda pequeña.
Un personaje que para mí ya está dentro de la historia del cine.
Un personaje del que te enamoras sin remedio.
Este 10 es para ti, Samantha.
winstonsmith
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24 de febrero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil describir la película, es tan fácil por una parte rendirse a la historia como a la vez sentir el mismo ridículo y confusión que siente Theodore en su relación con el OS. Es decir, o te encanta y te dejas llevar por lo que se cuenta y el cómo se desarrolla o simplemente no conectas ni con el personaje ni con su situación.

Pero si hay algo que pudiera describir ésta película, es ese sentimiento maravilloso y a la vez triste del adiós, del amor hacia todo lo que nos humaniza: el dolor, la pérdida, la ilusión, los celos, las dudas, la incertidumbre, la entrega, la debilidad, la vulnerabilidad, la traición y la asimilación como simbiosis hacia el cenit mismo de nuestro yo, ya transformado.

Porque eso es lo que ofrece la película: enfrentarse al inmenso abismo que es la incertidumbre cuando algo llega a su final. Y en ese abismo respiramos los destellos de esas pequeñas estrellas que nos arrojan una luz, cuyo origen seguramente ya nos sea imposible alcanzar. Ese espacio entre las palabras que se describe en uno de los momentos más emotivos de la película. Y cuyo personaje, aun con todo el dolor del mundo atenazándole, tiene que asimilar para dejar volar el amor más importante de su vida.

Porque viene a sintetizar del por qué a veces tenemos que decirnos adiós, aun cuando nuestras entrañas nos sumerjan hacia dentro, mientras nuestros pensamientos tratan de alcanzar el universo de ese "yo" que se nos va y que, como el tiempo, no se deja atrapar y se escurre como la arena entre las manos.

Joaquin Phoenix encarna un rol repleto de matices psicodélicos: de la ternura hacia la depresión, de la melancolía hacia la ilusión y de la ilusión hacia el amor en su forma más cruda: sin contacto físico, sin prejuicios, sin ataduras, (aunque esté atado a su móvil y audífono) pero que hacia al final representa lo más bello: el amor de pensamientos.

Es difícil ver a Joquin Phoenix en un personaje tan vulnerable cuando se tiene tan presente su personaje estrella y uno de los villanos más maliciosos de la historia del cine: Cómodo. Pero ahí está la grandeza del cine: si Anthony Hopkins consiguió mutar su interpretación de asesino psicópata en El Silencio de los Corderos hacia el papel de C.S. Lewis en "Tierras de Penumbra". Aquí Joaquín lo vuelve a conseguir, mostrándonos que siempre ha sido un gran actor, (mucho mejor que su malogrado hermano River Phoenix)

Una historia atípica, irónica hacia el tiempo que nos toca vivir, de estética aseptica pero sin rozar los espacios y contrastes fríos. Es ante todo una pequeña joya.
Buscapé
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27 de febrero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Her no es una película corriente (lo cual era lógico porque su director, Spike Jonze nunca ha hecho películas corrientes) que desarrolla, con más profundidad de la que parece, una idea un poco perturbadora: ¿Puede una persona enamorarse de una máquina, y sobre todo, ser correspondido?

Theodore, (o sea Joaquin Phoenix que es quien sostiene prácticamente toda la película él sólo) es un hombrecillo tristón, callado y meláncólico porque hace poco se ha separado de su mujer, y que trabaja… escribiendo cartas para otras personas. Y además es uno de los mejores en su oficio.

Hasta que un día decide instalar un nuevo sistema operativo llamado OS1. La compañía lo publicita diciendo que es un sistema operativo completamente personalizado para cada usuario, porque realmente es una IA, una inteligencia artificial, capaz de aprender por si misma y adaptarse al entorno.

El caso es que Theodore instala su sistema operativo, decide que tenga nombre de mujer y ella decide llamarse Samantha… Y se enamoran. Y a partir de entonces el tristón y callado Theo cambia, y se convierte un hombre más alegre y feliz. La película es eso. Nada más y nada menos que eso.

La verdad es que me viene a la cabeza tres referencias muy claras.

Una es S1m0ne, la película de Andrew Niccol en la que un avispado productor de televisión (Al Pacino) crea una presentadora virtual a partir de un programa de ordenador (Simulation One, o sea Simone) que acaba convirtiéndose en una gran estrella.

La segunda es un episodio de Big BangTheory en el que el personaje de Kutzrapali se instala en su iPhone el flamante nuevo asistente virtual (Siri) y acaba enamorándose de ella.

Lo que pasa es que la película de Niccol no es de las mejores de su carrera y no tiene la profundidad de esta (además de que no trata el tema de la historia de amor) y que Big Bang Theory lo hace en tono de comedia y con otro formato muy distinto (un episodio de poco más de 20 minutos. Pero como veis, incluso las películas muy originales, como esta, raramente son completamente originales en todo.

Y la tercera es Black Mirror, la serie (aunque cada episodio trata una historia diferente) de CF británica: Her podría ser perfectamente un episodio cualquiera de Black Mirror.



Esta película me ha reconciliado con Spike Jonze, que tras una primera película deslumbrante (Cómo ser John Malkovich) a la que por cierto esta no tiene nada que envidiar, bajó bastante el nivel con algunas interesantes sin más (como El ladrón de orquídeas) o simplemente malas (como Donde viven los monstruos).

Es una película notable, de lo mejor cito del 2013, que para mi no es aún mejor sobre todo por el final (que no revelaré porque sería un gran spoiler). No tanto por cómo acaba sino porque me hubiese gustado más que explicase por qué acaba así y cuales son las razones de Samantha.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/02/her-el-pasado-es-una-historia-que-nos.html

(El spiolir no os revalará nada realmente importante que os estropee la historia, pero por si acaso...)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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2 de marzo de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hubiera que señalar a una película como gran representante de las historias de amor de nuestro tiempo, ésta sería sin lugar a dudas Her. Hay en ella, al margen de su enfoque retrofuturista, verdaderas claves sobre lo que son hoy las relaciones humanas y sobre lo que pueden llegar a ser. También es una obra coherente y a la vez un paso adelante en la maravillosa carrera de Spike Jonze, que combina el extrañamiento particular de Cómo ser John Malkovich, el romanticismo trágico de Adaptation (El ladrón de orquídeas), y la melancolía naif de Donde viven los monstruos.

Pero más allá de las auto referencias y del sello autoral, Her es una emotiva, sincera y honesta historia de amor, una virtuosa propuesta en la que todo (diseño de producción, guión, banda sonora, interpretaciones) esta servido por y para la historia, y siendo ésta de lo más sencilla, es capaz de elevarse como obra maestra del séptimo arte, como testimonio único del amor entre dos seres, sean éstos como sean. Su planteamiento dramático, siguiendo los esquemas convencionales del género, funciona por la hondura y la profundidad de unos sentimientos puros, de verdadero corazón. Y eso es mérito de la delicada sensibilidad de Jonze, capaz de crear seres (humanos o no) conmovedores en cada recoveco interior.

Y quienes les dan vida, son actores excepcionales. Pienso que Amy Adams y Rooney Mara son de las mejores intérpretes con las que cuenta Hollywood, y aunque sus personajes tengan en Her menos peso que los de la pareja protagonista, les bastan unas pocas secuencias para construir a dos personajes completos y complejos. Es un mérito excepcional, el de una estrella mediática como es Scarlett Johansson, el aceptar una propuesta tan poco complaciente como lo es su personaje en Her. Pero la intérprete consigue estar más presente que ausente, crear un personaje de calado verdadero, que consigue un poder hipnótico sólo con una voz llena de matices e intenciones, capaz de transmitir cada contradicción amorosa y de hacerla creíble, humana, viva.

He leído a críticos y oído comentarios sobre el histrionismo actoral de Joaquin Phoenix desde el punto de inflexión de su carrera (I’m Still Here). Y estando excepcional antes y después de eso (Todo por un Sueño, Gladiator, The Village, En la cuerda floja, Two Lovers, The Master), lo que ha hecho como actor es digno de un genio. No hay rastro de cualquier vicio o tic reconocible en su conmovedor enamorado de Her. Es un actor que desaparece y crea, desde el más intrascendente detalle de una persona hasta su esencia misma. Y el héroe romántico que es Theodore en Her es capaz de arrancar las lágrimas de cualquier espectador por la ternura, compasión y viveza con la que se enamora, perdida e irremisiblemente, en esta historia.

Al final, da igual que estemos hablando de la era victoriana o de las redes sociales cibernéticas. El amor, como sentimiento universal, es capaz de hundir y elevar a cualquiera. Her demuestra que incluso en el aséptico y solitario mundo que se nos echa encima, esa llama seguirá viva. Y lo hace desde una propuesta original, insólita en lo cinematográfico y excepcional en lo humano.
jaly
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