Turbo Kid

Entretenido y agradable pastiche que rinde homenaje a los 80 y toda esa cultura que marcó una época. Turbo Kid es un producto que en ningún momento se burla de aquel estilo, sino que se trata de un trabajo hecho con cariño y nostalgia por y para fans. La afición por los cómics, la música ochentera y un estilo retro kitsch se unen perfectamente para rendir un digno homenaje a aquella época. Además, también se une a ellos un jocoso sentido gore y un endiablado humor negro con el que el público disfrutará en los momentos más inspirados.

Turbo Kid es una película de serie B porque tiene un bajo presupuesto «solo hace falta ver ese medio de transporte no motorizado», pero que sorprende por no parecer serlo, sobre todo en los momentos más estrambóticos cuando se echa mano de ágiles recursos y excesos visuales, en los que llega la hora de derrochar y no parece importarle demasiado. Disfrutar de esta raruna aventura estilo Mad Max pero con bicis, y por supuesto de un malvado villano «estupendo Michael Ironside» es la única opción que te queda.

En esta vida hay que tener humor. Hay gente que se toma todo demasiado en serio, aunque es comprensible cuando todo implica tiempo. Cintas como Turbo Kid están creadas con una finalidad muy específica, incluso el público y el sentimiento forman parte de esa misma cosa que se busca conseguir. Ese objetivo es en sí mismo su mayor problema a la hora de llegar a las masas, pero ¡ay del que le llegue!, qué bien se lo va a pasar.

Turbo Kid es una película de 2015 que huele, suena y se siente como un chicle. Es blanda, fácil de masticar y, pese a la creencia habitual, aún más fácil de digerir. Pero claro, no deja de ser un chicle, y si te lo tragas y no lo masticas bien, debes atenerte a las posibles consecuencias (quizás se te quede un sabor empalagoso en la garganta, te ahogues o te tragues un objeto nada nutritivo). De cómo de entrenada tengas la mandíbula dependerá tu aguante. Si estás acostumbrado a su textura, a su movimiento juguetón, a su sabor y esa extraña sensación un poco psicotrópica que da en la boca (con ese aroma que exhalas cuando hablas), lo más seguro es que disfrutes mucho de su encanto, de su oferta y de sus ganas de agradarte. Sobre todo si prefieres saciar tu hambre salivando, aunque te genere gases y vuelvas a tener hambre cuando el chicle acabe.

En cambio, si eres de los que en su paladar sólo apoya manjares del más alto nivel, aquellos que ofrecen experiencias sensoriales elevadas y en diversas capas, ya sean tragadas con intelectualidad o, en su defecto, saboreadas hasta comprobar todas las notas florales y ese toque a madera afrutada, para después escupirlos en un vaso, este producto te puede resultar algo indigesto.

Porque Turbo Kid no es un alimento cinéfilo comestible como tal, es una mezcla de látex, resinas, ceras y emulsionantes ochenteros. Puede que hagas muchos globos con un chicle, pero todos los que hagas se desinflan con un dedo y cuanto mayor sea más fuerte te explotará en la cara. Puede que sea divertido estirar de él al máximo desde tus dientes hacia delante, sólo por ver hasta dónde llega y darle forma. Puede que te haga gracia pegárselo en el pelo a alguien que te cae mal, o tirarlo al suelo para que lo pise uno y ande raro. Puedes hacer muchas cosas, pero al final has de tirarlo, porque no te aporta nada, se convierte en un residuo, a pesar de todo lo que te haya entretenido.

A mí no me gusta el chicle, ni tampoco este cine de los años 80, ni esa música que ahora se usa para conducir, ni esta nostalgia (de los 80 sólo se ha contado lo bueno), ni la mezcla ni el pastiche… pero he de admitir que sí que aprecio a la gente que disfruta de estas cosas. Y lo he sentido, en cierto modo, con la gente de este film, por su historia y por las interpretaciones malas a propósito, de frases ingeniosas y alguna otra bien tirada. Como si más allá de Turbo Kid se vislumbrara a las personas que hay detrás y como si todas se quisieran de algún modo. Transmitir eso ya es algo, una forma de hacer sentir que estás viendo algo un poco personal, aunque lo sea globalmente.

Un entretenimiento disperso, simple y que busca sacar al niño que hay en algunos de nosotros (aunque el mío viva más en los 90 y no se acuerde demasiado). De hecho, he visto a varias personas mayores de 50 abandonar la sala a mitad de la película, con las primeras vísceras en la pantalla.

Otra peli postapocaliptica más, donde un matón de tres al cuarto tiene una banda con la que extorsiona a las gentes de bien, hasta que llega el héroe y les zurra, sin mucho que destacar.

No sé muy bien a qué público va dirigida, porque por el guión y la edad de los protagonistas, debería haber sido enfocada al público de entre 10 y 15 años, pero es bastante gore, con decapitaciones, sangre a raudales y vísceras varias. Yo desde luego prefiriría que un hijo mío de esas edades no la viese.

Me ha decepcionado. Esperaba ver algo similar a "los bicivoladores", y no esta chufla.

Hola aquí estoy de nuevo para hablar de Turbo Kid, cómo ya decía en el título sólo me bastaron 2 minutos, para que ésta película entrase de pleno en mi corazón, sólo con los créditos del principio y ésa maravillosa canción ochentera, ya me tenían ganado para el resto del filme.


Ésta peli me ha encantado de principio a fin, me trajo muy buenos recuerdos, de ésa infancia, de la que tan orgulloso me siento de haber vivido, después de tantos años, el cine ha cambiado, tienen mas posibilidades, mas recursos para hacer cine, los efectos especiales ahora es el 90 porciento de las películas, y en un tiempo híper saturado de efectos especiales, y de la factoría Marvel, todo es diferente ha como era antaño.


Creo que esta película es la única qué sigue la línea de las películas de antes, historia súper machacada de un chaval, que tiene el sueño de ser un héroe y se convierte en el héroe de la peli, chica enamorada incluida y mundo devastado, ésta peli ésta hecha por y para fans, de ese género, para gente de ésa generación.


La película está preciosa, el guión no es gran cosa, los efectos especiales son de broma, como eran los de antes, en realidad la película está desfasada, es ridícula, grosera, tiene un Gore increíble, la coreografía es la tipica de los Power Rangers, pero es todo tan maravilloso, que me da igual, se lo qué estoy viendo y no puedo exigir que sea cómo Los Vengadores, porqué no son el mismo cine, por ejemplo mi chica a los 10 minutos se dio la vuelta y se puso a otra cosa, luego dice, es que esta peli es muy rara, vamos haber es rara, si, pero es la tipica peli de hace 30 años, el mundo evoluciona, el cine también y ésta tendría que haber salido cuándo yo era un chavalin, y me lo hubiera pasado pipa, Mad Max en bicis.


En fin esta es la típica película que televisan en canales cómo Paramount Channel o la 2 de televisión española, despues de un maratón de Jean Claude Van Damme a éso de las 3 de la madrugada, que para algunos zapearan y dirán valla birria, pero para otros cómo yo, disfrutarán, y disfrutarán mucho porqué la película está cojonuda, revivir ésos maravillosos años no tienen precio.


Si tienes menos de 20 años definitivamente ésta no es tu película, la tuya está enfrente y se llama Capitán America, si por el contrario eres ya mas viejo, y quieres revivir esas sensaciones de cuando eras niño con tus pelis de antes, ésta sin duda es tú película.


Casi todos los años al finalizar el año hago mi pequeña lista de películas del año, y casi siempre meto alguna rara, de ésas que a nadie le gustan, siempre encuentro alguna distinta al resto, y de lo poco que llevamos de año puedo asegurar, que esta es la película rara de mi lista, y es una de mis favoritas de este año que acabamos de empezar, lloveran películas durante el año, pero Turbo Kid esta y estara en mi corazon y entre las favoritas de este año.


Lo mejor: todo si es qué es una maravilla, a nivel técnico, interpretativo, visual y musical, para redondear, es una joya.

Lo peor: qué llegue con 30 años de retrasó.


Nota final: 7.0


ToDd.

Como curiosidad para frikis con demasiado tiempo libre, "Turbo Kid" tiene un pase. Por otro lado, como ejercicio de entrañable recuerdo, es una película perfecta. Pero como largometraje al uso resulta insuficiente tanto en contenido como en calidad. No debemos confundir que algo que nos haga sonreír y recordar deba ser asociado a algo de calidad. Es como cuando vendemos los sellos del abuelo, una cosa es lo valen para nosotros (el valor sentimental) y otra cosa es el valor real (de mercado). En el apartado sentimental este "Turbo Kid" tiene bastante valor pero en el apartado cinematográfico "Turbo Kid" carece de cualquier posibilidad de generar espectadores potenciales. Puede que "Turbo Kid" nunca debiese haber pasado del formato mínimo (esos 7 minutos en "The ABC of Death") a un largometraje porque en el camino se añade demasiada paja. De todas formas, es un maravilloso homenaje a los 80s que nos regala hora y media de simple entretenimiento que nos retrotrae a los salones de videojuegos y las películas de esa época. Este cruce entre "Los Bicivoladores" y "Mad Max" es simpático pero debería haberse quedado en su pequeño formato y nunca ambicionar ser un largometraje. ¿Recomendable? Si sois consumidores de rarezas o tenéis mas de cuarenta años no os la perdáis. El resto... mejor no.