Vuelo 93

La película, como tal, es soberbia, impecable. Te atrapa desde el principio en el vertiginoso tobogán de la tragedia, del horror. La recreación de aquella mañana en tiempo real es tan real que intimida; oprime la pechera mientras que inevitablemente caes, como el avión, hacia la oscuridad de la muerte. El tiempo se dispara y la angustia crece entre el desconcierto y el terror, mientras que una semilla de valor germina en el interior de unos auténticos héroes. El espectador atraviesa la pantalla y se sitúa en uno de los asientos de aquel avión de la United Airlines para preguntarse qué haría él en esa situación. No, es más, ni siquiera tiene tiempo a preguntárselo, el pánico aprisiona vertiginosamente el pensamiento y te deja inmóvil en la butaca, quizá con un vacío frío e impertérrito como el que aquellas personas sintieron; y quizá también con el pequeño, pero valioso e intenso haz de luz que iluminó su heroica hazaña.

Una historia real narrada (parece ser) tal y como sucedió, con tintes dramáticos auténticos sin ninguna puesta en escena exagerada ni fuera de tono, muy respetuosa e inteligentemente rodada y mostrada.
Es una de las pocas películas de desastres o situaciones reales que han sobrepasado a las películas de sobremesa, que suelen abordar esta temática, y se ha convertido en una gran obra, con unas buenas interpretaciones y con un gran genio tras la cámara.
Además, la fotografía es estupenda, tanto dentro como fuera del avión.
La historia, muy dramática, pues todos tenemos en mente todavía el fatídico 11-S, aunque de antemano sepamos el final, no pierde espectación, y guarda la tensión y la emoción hasta el mismo final.
Una auténtica maravilla.

Recreación de la tragedia acontecida el 11 de septiembre justamente emotiva. A pesar de el sin fin de películas sobre el tema esta se ve con el corazón encogido y sirve para no olvidar que ningun tipo de terrorismo es justificado. Vuelo 93 es como un documental de los hechos relatados por los familiares damnificados, hecho película. Merece a menos un visionado.

Entretenida, el interés no decae en ningún momento. Y eso no es fácil de lograr en una película en la que conoces el final, y no queda ninguna posibilidad de sorpresa. Muy bien hecha, huye de los tópicos de patrioterismo que se suelen esperar de este tipo de películas...

Llama la atención el predominio de los comentarios elogiosos recibidos por esta película. Más allá de calidad cinematográfica se patentiza una especial sintonía de la gente con los ataques del 11-S. Supongamos que United 93 no reprodujera un hecho real, sino que fuese únicamente ficción. Es más que probable que su acogida hubiera sido peor. Como en películas basadas en novelas ya conocidas, a la mayoría de las personas les gusta a comprobar cómo se le cuenta lo imaginado o lo conocido. Y hacerlo bien en un arte. Y en UJnited 93 el resultado es espléndido.
Probablemente la mayor virtud de United 93 sea el manejo del ritmo. Se ha criticado el uso de la cámara en los veinte minutos finales del secuestro. Injustamente, porque refleja con exactitud tanto el clímax del secuestro como las propia inestabilidad del avión. Y que adquiere todo su valor cuando se compara con las lentas imágenes de la fase inicial de la película cuando el avión se mueve cansinamente por las pistas del aeropuerto. Esa especie de crescendo de la peripecia del United 93 y sus ocupantes encuentra un contrapunto en el mundo de los controladores y del ejército que se nos muestra en un continuado estado de tensión, el profesional y el derivado de los secuestros. Ese clima tenso es sobre el que se va intercalando pausadamente el drama de los tripulantes y pasajeros del avión que frente a aquél ritmo continuado ofrece el contraste de este drama.
De alguna forma, se podría comparar esta película con el popular Bolero de Ravel: un ritmo continuado marcado y permanente y cuatro temas muy relacionados entre sí que van sucediéndose con una complejidad orquestal creciente y que terminan abruptamente.