Nadie es perfecto

Existen palabras que trascienden su significado. Una de ellas es amistad.

La amistad puede unir a dos personalidades contrapuestas como la de un duro exmarine (De Niro) y a su vecino, un travestido Philip Seymour Hoffman.

Dos grandes actores qu han demostrado a lo largo de sus diferentes carreras, que pueden llenar la pantalla por muy mediocre que sea la historia en que se encuentran.

La película es de 1999, época que marca el lento declive de De Niro, que se lanza a la comédia facil alejandose de los grandes personajes que le llevaron a la fama, y el ascenso a esa fama de Philip Seymour Hoffman que, omitiendo algunos personajes caricaturescos como el villano de Misión Imposible 3, hace brillar sus interpretaciones.

Este duelo artístico va más allá de su argumento, que queda en un segundo plano cuando coinciden juntos en una escena.

Es una tragicomedia brillante.
Contextualizada es un canto a la diversidad y la tolerancia.
Una reflexión que nos dice que cuando hay amor, cariño y empatía las personas por mas cerradas que sean, pueden cambiar, sobre todo cuando entienden el valor de la vida y la muerte.
El personaje de Robert De Niro como sargento retirado de la policía de Nueva York, un hombre adusto, en esta época diríamos que es un perfecto machista. Su actuación a lo largo del film es impresionante, sobre todo como logra cambiar sus cerradas opiniones sobre otros colectivos minoritarios, aunque el no lo admita, y es eso lo que hace que su actuación sea impecable. Me hizo acordar a Clint Eastwood en "El gran Torino".
Y que podemos decir de Philip Seymour Hoffman (Que gran pérdida para el cine fue su muerte) su transformación es tan impresionante que no lo ves al actor, sino a su personaje.... simplemente IMPRESIONANTE.
Totalmente recomendable. Yo le pongo un 10

Aquí en esta pelicula tuve la oportunidad de apreciar por segunda vez el trabajo de Philip Seymour Hoffman, despues de esta actuación, la cual a mi parecer roza lo perfecto, no tuve dudas de que solo era cuestión de tiempo para que ganara el oscar, el cual luego ganó con un interpretacion menos escandaloza pero comparable en Capote.

Joel Schumacher dirige esta comedia dramática en la que nos presenta a dos personajes totalmente opuestos y que no se aguantan, pero que por circunstancias de la vida se ven obligados a soportarse con el fin de conseguir un objetivo.
Robert De Niro es el encargado de dar vida a un veterano policía que por un hecho se le ha quedado inmovilizada la parte derecha de su cuerpo. Él intentará por todos los medios conseguir la movilidad y el habla. Para ello solicitará clases de canto a su vecina, una dragqueen a la que no soporta.
Esta dragqueen es interpretada por Philip Seymmour Hoffman. Su personaje es una reinona que solo sueña con cambiarse de sexo, pero su capacidad monetaria no se lo permite. Así que cuando su vecino (al que no puede ver) le viene solicitando clases de canto, no le queda otra que hacer de tripas corazón y aceptar el dinero.
Ambos realizan un trabajo soberbio. Sin lugar a dudas es lo mejor de toda la película ya que dan vida a unos personajes de enorme complejidad, pero su resultado resulta totalmente realista y creíble.
La historia empieza muy bien, pero se va desinflando por momentos, haciendo que la risa que surgía al principio, luego sea bastante imperceptible. Una lástima, ya que tiene una buena base y un buen comienzo, pero no consigue evolucionar como uno se espera.
En fin, película que cuenta con momentos buenos y con dos interpretaciones muy brillantes (ambos actores demuestran el inmenso talento que tienen), pero al final en cierto modo resulta un poco decpcionante ya que el comienzo no consigue mantenerse en el nivel que coge, haciendo que la atención que uno muestra caíga conforme va avanzando la historia.

Esta cosa hídrica, es ese tipo de películas que se las dan de tolerantes.
Se supone que están en la ciudad más tolerante, aunque para mi es la ciudad con más diversidad pero eso no quiere decir que se toleren.
Después el personaje de Seymour Hoffman es la maldita idea que tienen de la homosexualidad los empresarios heterosexuales, porque el travesti debe ser buena persona, tal vez si fuera un resentido no merecería vivir, tiene que enfrentarse a unos mafiosos (que realista eso, supongo que en todos los edificios hay una mafia), para merecer la aceptación de los demás.
En ese caso lo que quieren decir es que los travestis son inferiores a los heteros ya que tienen que ayudar a estos no solo a rehabilitarse sino que también deben enfrentarse a un asesino con coraje, y sin mariconadas, para que los heterosexuales se dignen a aceptarlos y a verlos como un igual.