Hollywood (Miniserie de TV)

A esta serie la llamo "interesante" con un 6 porque no hay duda de que es una producción muy cuidada a nivel técnico y muy bien actuada.
Dicho esto, lo que en un principio promete acidez e inteligencia en un episodio piloto redondo acaba convirtiéndose tristemente y poco a poco en una edulcorada amalgama de soluciones fáciles al servicio de un discurso social que, al margen de sus "buenas intenciones", acaba resultando de lo más hinflado, pomposo, a ratos cuestionable y mucho más superficial de lo que nos están vendiendo.
A pesar de tener bastantes aciertos y algun destello aquí y allá, no pasa de ser un producto "feelgood" muy bien adornado y empapado por todas partes de esa autocrítica de pacotilla que a la industria del cine yanki tantísimo le encanta jugar a creerse.
Aun así, el planteamiento merece un visionado y los personajes de Jim Parsons y Dylan McDermott en los primeros episodios merecen su propia serie respectivamente.

En primer lugar he de reconocer que he disfrutado mucho la historia, guión y diálogos son satisfactorios , la diversidad de personajes engancha, aunque todos sean demasiado guays y aparatosamente falsos, la ambientación es más que satisfactoria y sobre todo transmite dinamismo y vitalidad.
PERO......

¿De verdad no se plantearon aclarar al principio de cada episodio que la intención de la serie es un revisionismo histórico, una especie de justicia poética, un proyecto de poner en imágenes lo que que NUNCA FUE (y acaso siguen sin ser) pero nos gustaría que hubiera sido?

Soy profesor de historia en secundaria, a veces mis alumnos (incluso los más inteligentes) me preguntan con 16 años: "Entonces la II Guerra Mundial la ganaron los nazis, ¿no? o " en el Renacimiento los colectivos LGTBI ya empezaron a hacer valer sus reivindicaciones?
Es una muestra de la ingenuidad salvaje y peligrosa (por lo que de manipulador y falta de consciencia de la suciedad y sordidez de la historia tiene) en que viven las nuevas generaciones

Es muy bonito lo que cuenta Hollywood pero es tan APARATOSAMENTE FALSO que sin pretenderlo "blanquea" la historia e inhabilita al espectador medio para entender el lodazal de mundo en que vivimos en el pasado y seguimos viviendo hoy. Se agradece la positividad siempre y cuando tenga un pie en la realidad, y la serie habla de un mundo paralelo que nunca existió, y es una responsabilidad social de los productores aclararlo en todo momento.

Otro aspecto preocupante es la ligereza con que la serie se toma cuestiones como el acoso sexual y la prostitución (y no está mal hacer ver que eran cuestiones que se veían con una perspectiva menos severa en el pasado, pero de ahí a frivolizarla hay un gran trecho) De hecho el guión, que hace filigranas en muchos momentos, recula en muchas escenas "sobre la marcha", es como si se dieran cuenta de la liviandad con que se tratan estos dolorosos temas y hay giros de guión para intentar enmendar la plana y hacer ver que "en realidad sabemos que obligar a la gente a que te haga una felación o humillarla sexualmente está mal", pero todo dentro de un contexto de vitalidad y diversión que diluye cualquier atisbo crítico.
Por cierto los agradables títulos de crédito iniciales (todos ayudándose para alcanzar la cima) son con bastante exactitud los contrario a la dinámica del mundo capitalista en general y del espectáculo en particular (pisar y competir sin piedad)

Muy bonita, muy disfrutable y todo lo que se quiera, pero tan ensimismada en corregir la historia y ofrecer una alternativa feliz que más que en la positividad cae casi directamente en la idiocia.

Una lástima que se eche a perder la serie a medida que van pasando los episodios. Tiene un comienzo brillante; sin embargo, capítulo a capítulo se va diluyendo toda la espontaneidad y creatividad inicial.

Da la sensación de que, una vez arrancada la serie, hubieran cambiado a todos los guionistas; o aquel juego de niños en el que uno decía una frase, el otro la continuaba y así hasta hacer una historia absurda.

Una vez más, siguiendo la línea de los últimos años, con el afán inclusivo de Netflix y otras productoras, en la serie meten con calzador todas las posibilidades para contentar a vete a saber quien... Gays, lesbianas, una oriental, un hombre negro gay, una mujer negra lesbiana.... tremendo.

Lejos de querer contar hechos sucedidos en la época o de tratar de reflejar una sociedad como la americana de los años 40, hacen un culebrón absurdo, poniéndole nombres reales a personajes inventados.... No se que opinarán aquellos nombres que aparecen en la serie sobre el trato que se les da.

En fin, para entretenerse un rato y poco más.

Hunters, La Conjura contra América... las ucronías y la historia ficción están de moda. Lo que ya no es tan habitual, eso sí, es que tengan un tono tan positivo y optimista como el de esta miniserie de Ryan Murphy para Netflix. El prolífico creador vuelve a formar un triunvirato con Brad Falchuk e Ian Brennan tras Glee, Scream queens y The politician (amén de otros tantos proyectos con cada uno de ellos por separado). La historia alternativa no sirve esta vez como cauce para plantear una fantasía vengativa ni una distopía pasada, presente o futura, sino para adelantar unas cuantas décadas, aunque sólo sea en la imaginación, el reloj de la razón y el sentido común en la meca del cine.

En su configuración de ese Hollywood alternativo los creadores combinan hábilmente trasuntos de personajes reales con otros completamente ficticios, con un acertado reparto en el que vemos actores habituales en la series de Murphy como David Corenswet o Darren Criss junto a caras nuevas como Jeremy Pope, Laura Harrier o Jake Picking. Pero si cabe destacar nombres concretos dentro de este inspirado reparto esos son los de Jim Parsons (sí, hay mucha vida después de Sheldon Cooper) y Dylan McDermott, dos caras de las contradicciones y el cinismo de una era que se redimen en la ficción, cada uno a su manera, como no pudieron hacer sus instancias de origen en la vida real.

Lo bueno de este relato es que tiene claro en todo momento a dónde quiere ir y, en consonancia, todos y cada uno de sus elementos apuntan a esa misma dirección. ¿Predecible? Seguramente, aunque con matices. ¿Lógico y coherente? También. Lo malo, o no tan bueno, que quiere contar demasiado en un lapso de tiempo reducido y así tenemos un episodio final intenso, satisfactorio y cargado de grandes momentos pero al mismo tiempo un tanto atropellado al final al querer soltarnos mucho de golpe. No le hubiesen venido mal uno o dos episodios más para dejarnos saborear un poco más todos los cabos que cierra.

Otro aspecto interesante de Hollywood, que fluye a la par del claro discurso que elabora, es todo el proceso creativo de Meg, la "película dentro de la película" que acabaría revolucionando la meca del cine, su transformación desde una tragedia basada en hechos reales y moldeada por los cánones imperantes hasta un concepto final que transforma por completo el desenlace y que permitiría a los actores afroamericanos y de origen asiático liberarse de los arquetipos a los que estaban recluidos por aquel entonces. En la trastienda, además, un antes y después para la normalización de las relaciones homosexuales en plena libertad.

No pocas voces han increpado a los creadores por la incoherencia de querer mostrar un Hollywood idílico y adelantado a los tiempos mientras, en cierto modo, romantizan la prostitución masculina (elemento clave en el primer acto del relato) y la presentan con un aurea poco menos que revolucionaria. Pero no se trata de pintar un mundo perfecto, libre de males y sombras, sino uno mejor que el que en aquel momento había, algo que consigue dotando a sus personajes de un valor mucho más escaso de lo que parece, entonces y ahora: la valentía de desafiar lo establecido.

Recomendada tanto como si te gusta la historia del cine como si no. Hollywood es otra maravilla de Ryan Murphy que habla de los problemas que existían en la industria para introducir en sus películas personajes homosexuales o de color. También queda vigente el machismo existente en la época. La serie consta de 7 capítulos que se ven rápidamente. Entretiene, emociona y llega al espectador. El final es apoteósico y los personajes tiene una evolución perfecta a lo largo de la trama. Para mi gusto, sensacional. Una serie que todos deberían ver.