Yo, robot

La cinta navega entre la acción y el humor, proporcionado por Will Smith - que parece encarnar una versión futurista de su personaje en el Principe de Bel-Air- y su relación con la científica plasta de turno, encarnada en este caso por Bridget Moynahan.

Alex Proyas la dirige, pero podríamos haberla escrito tú o yo, en el sentido de que no nos presenta un guión demasiado elaborado, totalmente carente de giros inesperados o cualquier cosa parecida ni tampoco profundiza en absoluto en el tema de la robótico, limitándose a lo conocido por todo el mundo. ¿Para qué, si tiene unos efectos especiales muy aceptables?

Pues si te gusta Asimov encontrarás algo de él en esta peli, pero poco más, ya que está dirigido para realizar un cinta de acción futurista, con buenos efectos especiales. Esta bien hecha y entretiene, pero tiene demasiados peros. La publicidad subliminal ya no lo es, y me pregunto si las marcas que salen directamente pusieron pasta en el proyecto. Otro 'pero' superar el efecto Will Smith, algo difícil cuando elabora un papel que se acerca más al piloto héroe de la humanidad de Indepence Day (que odio), cuando podía haberle sacado mucho algo más partido a este personaje. Y por fin el mas gordo de los 'peros' ¿basándose en Asimov? (una parte al menos) ¿no se podía haber hecho algo mejor?, ya sabemos que la industria del cine USA es como es, pero joder...
Aún así la vi con ganas, porque se basaba algo en el gran genio Asimov y en general no la pifian mucho como entretenimiento general, las hay mucho peores.

Realmente sorprendido de lo que encontré al visionar esta película dirigida por Alex Proyas. Se trata de una historia que pese a situarse en una diégesis futurista, trata temas muy humanos y reflexiona bastante acertadamente sobre ellos. En ocasiones recuerda al libro "Sueñan los androides con ovejas eléctricas" en el que se basó "Blade runner".
Un androide llega a ser capaz de sentir, soñar y reflexionar casi como un ser humano y tiene el objetivo de salvar a la humanidad de sus propios clones robots (aunque Sony, nombre del superrobot, es más avanzado). Todo ello, en una trama muy interesante, con investigación de asesinato incluída, corrupción gubernamental de fondo, y reflexiones filosóficas y sociológicas que aderezan los diálogos. Quizás el desenlace se pierde en un extraño túnel, del que difícilmente puede salir y eso provoca que no sea una magnífica película, además de otra cosa que aclaro en el spoiler. Aún así, sorprendente, entretenida e interesante película, que deja en el aire la siguiente pregunta: ¿estamos cerca de ser meros robots que cumplen órdenes, o aún tenemos más objetivos que elegir y libertad para elegirlos? ¿y capacidad para saberlo?

No, no es ninguna maravilla. No va a pasar a la historia del Cine; ni por el fondo, ni por las formas.

Si lo que se busca es una película profunda e intelectual, que haga pensar, éste, desde luego, es el DVD equivocado. Está claro que el dichoso tema de “qué pasaría si las maquinas fueran capaces de pensar y adquiriesen conciencia de sí mismas” ha sido mejor tratado y con mucho más empaque antes; sólo hay que recordar, sin ir más lejos, la sublime 2001 y a HAL-9000 desvaneciéndose mientras repite su inolvidable “tengo miedo, Dave". Su tratamiento de la cuestión peca de pueril, y sus robots, edulcorados hasta la nausea –incluso los “malos”-, son demasiado humanos (o inhumanos, según se mire) para ser creíbles. En ese sentido, resulta mucho más verosímil, por ejemplo, la inteligencia fría e implacable que se esconde tras el universo Matrix (y no soy precisamente un fan, aclaro).

Al fin y al cabo, lo que tenemos aquí es un producto puramente comercial pensado para llenar las salas de cine. Y el precio que paga por ello es el de costumbre: mucho efectismo, una buena dosis de hostias y tiros, protagonista carismático y payasete, tía buena coprotagonista, mensaje sí, pero justito –no vaya a ser que los “Homer-Simpson” de la sala se pierdan- y el final que todos sabemos.

Además, y esto es lo menos satisfactorio, la parte visual y artística es manifiestamente mejorable...
Veréis, soy de los que piensa que la mayor amenaza para el Cine, mucho más que la cacareada piratería y las descargas, es “lo digital”. En los setenta y ochenta, a base de imaginación y talento, se hicieron algunas películas que todavía impresionan por la calidad de sus efectos especiales y su intachable ambientación (Alien, Blade Runner, Abyss…). Ahora, “gracias” al “avance” de la técnica, resulta que con presupuestos cincuenta veces mayores son incapaces de servirnos otra cosa que “dibujitos animados” –solo hay que recordar Avatar y sus grotescos “pitufos” -. Pues bien, en pocas películas resulta tan evidente el “desastre digital” como aquí. Y es que los “d-efectos” digitales son francamente deficientes, carentes de un ápice de verosimilitud, y ni por un instante se deja de tener la impresión de estar viendo un “manga”. El acabado de los robots, por no meterme en honduras, con sus “texturas” al peor estilo de los más olvidables juegos de la PS, es cualquier cosa menos creíble.

Sin embargo, y reconociendo todo esto, hay que decir que la película –concesiones a la galería aparte- resulta interesante y un poquito menos superficial y zafia que lo acostumbrado (será que últimamente veo demasiado cine…). Además, no se puede negar que está narrada con frescura y gracia y que funciona bien como Thriller. A esto hay que añadirle un agradable punto de humor socarrón y algunas salidas cachondas de Will Smith que probablemente te arrancarán alguna carcajada.

En resumen, a pesar de los pesares, un notable producto de entretenimiento. Recomendable.

Cada vez que leo Asimov pienso en lo cinematográficas que son sus historias. Sus libros sobre la robótica y como ha unido esa beta con la excelente trilogía “Fundación” (ampliada a más de 30 años de su publicación) crea un mundo interiormente coherente, muy adecuado para llevar al cine.
Sin embargo son pocos los ejemplos de libros suyos que hayan visto cartel cinematográfico. ¿Es qué no se prestan para ello? La respuesta se me escapa de las manos; cuando antes estaba seguro de que eran casi como guiones.
Efectivamente, la fuerza visual que el despliegue del mundo asimoviano parece imponer, dificulta la traducción de sus contenidos más alegóricos, allanando el sentido de lo que se cuenta.
Por esto, pienso que es bueno separar la expectativa que una película basada en un historia de Asimov puede despertar por ese hecho, del producto cinematográfico que en definitiva deviene.
Desde esa perspectiva, “Yo, robot” adquiere un valor que de otra manera sería imposible darle.
La película complementa correctamente sus dosis de acción y drama, resultando divertida, pienso, para la mayoría de los espectadores. La trama policial está dentro de los cánones del género y se adapta sin problemas a la situación humanos-robots (algo que hereda bien de Asimov). Los actores se desempeñan según sus aptitudes y cumplen sus roles de acuerdo a lo esperado.
Podemos afirmar que su éxito de público y crítica (éxitos modestos), condicen con su lugar dentro del cine comercial.