Tren a Busan

Otra muy buena película surcoreana que no tiene nada que envidiarle a otras producciones de mayor renombre. La cinta funciona francamente bien desde que empieza hasta que acaba con todo su contenido. Los primeros 15 minutos sirven para presentarnos de forma breve pero detallada a los personajes principales, los cuales son un hombre divorciado y su hija, a la que apenas le dedica tiempo. La niña le pide como regalo de cumpleaños ir en tren a Busan, que es donde vive su madre. Pese a negarse en un principio, decide aceptar convencido por su madre ( la abuela). Una vez que se encuentran a bordo del tren, surgen los primeros rumores sobre algo grave que se está produciendo a escala nacional. Cuando queremos darnos cuenta, nos percatamos de que el caos se ha adueñado por completo de la situación. Aunque el 80% del visionado se desarrolla en un tren, lo cierto es que la trama no permite lugar al aburrimiento, es más, la tensión y la incertidumbre aumentan con el paso de los minutos mientras que las esperanzas de los escasos supervivientes se van desvaneciendo. Los zombis no solo se ven reales, sino que también dan mal rollo, aparte de que sus transformaciones son de las más terroríficas que se han visto en un filme de zombis. Tal vez el guion no tiene mucha historia, pues es el típico que nos podemos esperar de una peli como esta. De todas formas, no tiene sentido fijarse en el guion en estos casos. Puede que suene algo un poco hipócrita teniendo en cuenta que en otros metrajes se habla mucho de lo buena o lo mala que es la historia, pero hay que ser realista, no se le puede pedir más a un producto de este estilo, por muy tiquismiquis que seamos. Lo siento por aquellos que no comprenden lo que digo y les exigen a todas las obras cinematográficas unos libretos que únicamente Christopher Nolan es capaz de imaginar. En fin, para mí Tren a Busan es una auténtica joya dentro de su subgénero porque destaca prácticamente en todo lo que muestra en pantalla. Las casi 2 horas que dura se pasan enseguida de lo entretenida que es. Cuenta con un ritmo que no deja de subir y subir hasta llegar a los créditos. El reparto está bastante bien y tiene actuaciones muy convincentes. La niña es adorable y logra ganarse al espectador hasta el punto que este último se preocupa por ella todo el rato. La pobre se vuelve el personaje preferido de todos y el que más queremos que sobreviva. Creo que el 8 que le he puesto le hace justicia a este notable largometraje. Por supuesto lo recomiendo si os agradan los zombis, el sufrimiento y el suspense. De ser así es de visionado obligatorio. ¡Sed bienvenidos al tren del terror!.

Tal es la leyenda que encuentran en el suelo del puerto de Busan los personajes de Peninsula (2020), luego de cuatro años del brote zombie que asoló Corea del Sur en Train to Busan (2016). La segunda entrega de la saga resulta menor y mediocre en comparación con la primera película.

Por Nicolás Bianchi

Con menos recursos pero más imaginación y un guión mucho mejor pulido que su sucesora, Train to Busan inició la saga de zombies coreanos dirigida por Sang-ho Yeon. En este primer relato la irrupción de la epidemia, de origen industrial aunque poco claro, ocupó el centro de la escena. Visualmente el mayor impacto se consiguió en mostrar la transformación de los infectados, que luego de ser mordidos en segundos pasaban a ocupar la legión de los muertos vivos.

Yeon, en aquella oportunidad, dispuso una historia que fue in crescendo, desde las primeras tomas en una estación de tren, hasta un final a toda orquesta con los personajes corriendo por las vías en busca de una improbable salvación. Detrás, el armazón dramático, estaba compuesto por la historia de un padre (Yoo Gong) que viajaba a Busan junto a su hija para que la pequeña pueda visitar a su madre. El personaje, un corredor de bolsa, comienza la historia como un ser frío, distante y sumamente egoísta, cuyo cambio es paulatino hasta llegar, en el desenlace, a un punto completamente diferente. La idea, como en otras películas del género, es mostrar que a pesar de los monstruos las criaturas más oscuras siempre pueden ser los hombres vivos, aparentemente sanos y no infectados.

El cambio de foco, en este sentido, en Peninsula es total. Los zombies pasan a ser la amenaza secundaria ya que se devela una galería compleja de villanos. En este caso el protagonista es un militar (Dong-Wong Gang) que en un momento muy cercano a la cronología de la primera película intenta llegar al puerto de Busan para embarcarse junto a algunos miembros de su familia y huir a Japón. En el camino tiene un gesto poco humano con una mujer y su hija, que le piden transporte luego de sufrir un accidente con su auto. El militar duda pero al final pisa al acelerador.

La mejor secuencia de Peninsula se produce antes de los títulos iniciales, en el barco en el que los personaje dejan Corea. Allí uno de los pasajeros, que está infectado, se transforma en zombie y deja un tendal de víctimas, entre ellas la hermana y el sobrino del protagonista, que quedará solo junto a su cuñado (Re Lee). Cuatro años más tardes ellos están en Hong Kong, adonde finalmente el barco fue desviado, y viven al margen de la sociedad. Los ‘peninsulares’ son discriminados por los hongkoneses que los tratan como enfermos, como infectados. El brote zombie quedó aislado en Corea. La frontera alambrada con Corea del Norte, la única terrestre del país, facilitó que esto sea así.

En esa situación de desesperanza los personajes aceptan la propuesta de un mafioso estadounidense que les asegura que, cerca del puerto de Busan, hay un camión con varios millones de dólares que nunca llegó a destino antes del apocalipsis. Si ellos recuperan el dinero van a ser transportados de ida y vuelta y luego podrán quedarse con la mitad. Junto a otros dos peninsulares emprenderán la misión, que, para sorpresa de ellos, se verá más dificultada por los humanos que quedaron en Corea, que por los zombies, reducidos a un rol secundario, a ser un elemento utilizado para acelerar la acción cuando sea necesario.

Peninsula es entonces no una película de género, de terror, sino un film de acción y aventuras, un tanto lúgubres, con zombies. Al desembarcar en Busan el militar se rencontrará con la mujer a la que abandonó, para dotar de algo de emoción dramática a la historia, mientras su cuñado será capturado por una civilización liderada por unos generales un tanto estrambóticos, personajes que pueden asemejarse a los de algún mal capítulo de The Walking Dead. Además, el relato introduce largas secuencias de persecuciones con autos, no del todo logradas desde los efectos especiales, que le agregan un segundo componente fantástico, tanto por la velocidad de los vehículos como por las maniobras de los conductores.

La idea central es todavía la de que los hombres pueden ser los peores monstruos. ‘Vinieron a buscar el dinero pero a nosotros nunca nos rescataron’, se escucha decir a uno de los olvidados entre los muertos vivos. En este caso las escenas de acción resultan exageradas, los autos embistiendo cientos de zombies toman el centro de la atención y todos los componentes dramáticos, que tan bien funcionaron en Train to Busan, se encuentran aquí opacados. Como toda máxima es falso que las segundas partes nunca fueron buenas, aunque en este caso sea cierto.

Película coreana de zombis que forma parte de una trilogía dirigida por el mismo director, junto la destacable película de animación Seoul Station (2016), y la reciente Península (2020), y que está protagonizada por Gong Yoo (El Imperio de las Sombras, 2016), y Ma Dong-seok (El Gangster, el Policía y el Diablo, 2019).

Un virus letal se expande por Corea del Sur, provocando violentos altercados. Los pasajeros de un tren KTX que viaja de Seúl a Busan tendrán que luchar por su supervivencia.

La película nos mete de lleno en una trama de acción con grandes dosis de sentimentalismo típico del país asiático, que no para hasta su final con un ritmo envidiable que no da tregua al espectador, teniendo como punto negativo cierta carencia de sangre típica en este subgénero. Las actuaciones están correctas a nivel general, con una sorprendentemente buena interpretación de la jovencísima Kim Soo-an (The Battleship Island, 2017), pero el gran logro en cuanto a los personajes es que consiguen hacer que le importen a el espectador mediante un guión muy acertado, tanto los principales como los secundarios, acrecentando la tensión en ciertos momentos.

Tren a Busan es una gran película del subgénero zombi, que causó revuelo en su estreno con razón, y pese a ciertos momentos muy convencionales y otros en que el sentimentalismo es excesivamente provocado, es una película altamente recomendable.

Nota personal 8/10

Tenía vistas películas de zombis y similares gringas, españolas, italianas, argentinas, japonesas, alemanas, belgas, francesas, cubanas, británicas, canadienses y algún sitio más que se me olvidará, pero nunca había visto una película de zombis coreana, así que pillé esta cinta con bastantes ganas y bastante curiosidad.

Finalmente me encontré con una buena película del género, técnicamente impecable, pero sin nada que la diferencie en lo esencial de la inmensa mayoría de las películas de zombis "normales" que ha dado el cine occidental más comercial en los últimos tiempos.

"Tren a Busan" está muy bien hecha, eso es indiscutible: tiene un sentido del ritmo excepcional, una puesta en escena magnífica, una gran fotografía, unos efectos especiales excelentes y unas interpretaciones bastante buenas. Por momentos es espectacular en el aspecto visual, y no aburre en ningún momento. Su guión trata temas bastante interesantes, a saber, el egoísmo humano en situaciones límite, las dificultades para relacionarse en entornos cerrados, la capacidad de algunas personas para sacrificarse por otras, la importancia de los lazos afectivos y familiares, lo frágil de las estructuras sociales en momentos críticos...temas que, como digo, son interesantes, pero que ya se han tratado en otras decenas de películas del género desde antes de que "el género de zombis" existiese como tal. Nada que no estuviese ya planteado de una forma u otra en la trilogía original de Romero (la última de cuyas entregas es de 1985...), con una estética de cine de "infectados" de la nueva escuela, sin demasiados excesos sangrientos, en una mezcla muy efectiva pero que no supone ninguna revolución tampoco.

En resumen, cuenta lo de siempre, aunque lo cuenta muy bien, al menos hasta los últimos compases...(sigo en spoiler)

Entretenida película de zombies ambientada en un trayecto en tren.
Retoma los clichés del subgénero: fuga química, familia disfuncional que debe sobrevivir, fatalismo adolescente, malos egoístas... pero les hace un rejuvenecimiento facial al estilo coreano que le sienta de maravilla a la historia. Es ver lo de siempre pero más fresco ¡hasta más creíble!

Las escenas de zombies son espectaculares. El trabajo de ordenador, de los extras en sus contorsiones y de maquillaje es de primerísimo nivel. Se codea y supera a sus homólogas estadounidenses.

Tiene mucho ritmo la dirección, se te hace frenética y tensa en muchos momentos. Uno de sus mayores aciertos.

Los actores están bien pero, personalmente, ninguno me pareció de especial mención.
Se te hacen cercanos todos los roles por su incuestionable similitud con los que te puedes encontrar en España. Son arquetipos casi universales. Después de todo no hay tanta diferencia en el ser humano.

Una grata sorpresa entre la mediocridad de la plataforma online.