Los muertos

"Yo viajo al lugar que deseo filmar, descubro qué es lo que sucede allí, hago como una guía con la información que obtengo. Luego, vuelvo al lugar con un guión mínimo de 10 o 20 páginas, y allí empiezo a conversar con el protagonista y la gente del lugar, para ver qué les parece tal o cual escena y cómo vamos haciendo".

Lisandro Alonso.

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Narrar, en la amplia mayoría de casos, es aportar subjetividad a un hecho que, en sí mismo, carece de significado, salvo aquel que le dé quien lo describa, o salvo aquel que, de común acuerdo, la sociedad convenga darle.

En una narración al uso, al espectador se le ubica en una serie de emociones; se le describen, de forma más o menos sutil, más o menos elaborada. El creador, el artista, quiere transmitir una emoción, e inventa hechos, eventos, que la ponen de manifiesto. También describe a los personajes, guiando al espectador a considerarlos ruines o generosos, heroicos o cobardes, sencillos o complejos, sensatos o inestables y, en el más obvio y fácil de los casos, buenos o malos.

Alonso parece dispuesto a la más absoluta neutralidad; su punto de vista no incumbe. No parece narrar, sólo registrar.

El director argentino elimina todo rastro de subjetividad. Su cámara filma a un personaje, y, como si de una investigación documental se tratase, procura no alterar el entorno. Filma el contexto, por el que siente un gran respeto, y filma al humano interactuando en él. Y ese personaje humano no es bueno ni malo. Simplemente "es". Hace cosas, deja de hacer otras. Sabemos que ha asesinado, pero el guión no pone de relieve nada que nos ratifique que es un asesino, que mató por venganza o sadismo, o que nos haga intuir que se halla arrepentido. El ojo cinematográfico simplemente observa; la confección de los atributos del personaje, la interpretación, cae en manos del espectador.

Me parece ver cercanía entre el español Jaime Rosales y Lisandro Alonso.

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Lisandro tiene una forma de filmar, o de 'observar', francamente interesante. Filma con el mismo curioso distanciamiento con que nos observarían al microscopio seres de otro planeta, distanciamiento que, acaso, alcance paradójicos rasgos de pura sociología.

Gracias.

Los muertos es una película diferente, sencilla pero gratificante, cruenta pero llena de humanidad, carente de diálogos pero que pone a reflexionar al espectador, los muertos es un film pausado y tranquilo a pesar de la asperidad de su relato.

Los muertos nos pone a pensar, ¿qué puede sentir un hombre al salir de la cárcel después de tanto tiempo? Encontrándose en total soledad. Personalmente llegué a sentir compasión por él, solitario, callado y hasta tímido, enfrentándose a un mundo desconocido.

Él apenas quiere hablar de su pasado, lo que desea es encontrar a su hija. La abundante naturaleza, las zonas rurales, el río y la pobreza son un personaje más de esta devastadora película. No es perfecta, cuesta un poco al inicio pero vale la pena darle su tiempo, es una buena producción.