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Cargo 200

Thriller. Comedia. Drama Unión Soviética, 1984. El cansancio del régimen es palpable y el rigor de tiempos pasados empieza a relajarse. Falta sólo un año para que Gorbachov llegue al poder e inicie la Perestroika. En una ciudad de provincias, la hija de un importante miembro del partido desaparece tras acudir a una fiesta en un club. Nadie ha visto nada, no hay una sola pista ni un solo sospechoso al que acusar. Ese mismo día, en una casa aislada se comete un ... [+]
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
15 de mayo de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No esperes presenciar una película con un esquema y unos personajes tradicionales. Tampoco veras largas escenas contemplativas tan clásicas del cine ruso. Esta película se niega a ser encasillada en ningún género. El director juega con una mezcla de humor ácido, escenas morbosas e intriga que deja al espectador indefenso ante la mezcla emociones que va transmitiendo cada secuencia. Todo en un entorno soviético decrépito que te evocará los escenarios de Stalker.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Revillowski
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28 de septiembre de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi “Gruz 200” (Cargo 200, Rusia, 2007), dirigida y escrita por Aleksey Balabanov (esta es la primera película que le veo) y basada en hechos reales (aunque no se aclare cuánto es ficción y cuánto realidad). Dentro del contexto de la decadencia del régimen de la Unión Soviética (1984), que se vislumbra con la guerra de Afganistán y el relajamiento de la disciplina comunista, la hija de un líder del partido comunista local desaparece, un trabajador vietnamita es asesinado y se culpa a un inocente. Ahora bien, la trama es profundamente singular, un espacio de ficción macabra que parte de la realidad (recuérdese que está basada en hechos reales) pero la supera con creces en un relato estrambótico, sanguinolento y macabro del director. Es por ello que la película está a mitad de camino entre la comedia negra y el drama. Los diálogos son tan conscientemente ridículos pero a la vez tan serios, y la sucesión de escenas tan escabrosas como irritantes, que recuerdan, en cierto sentido, varias tomas de Tarantino. En este escenario queda patente la impotencia de las instituciones y la abulia de sus agentes, todo un preludio de lo que pasará pocos años después: el desplome del régimen. Pero el filme no es histórico, en el sentido de que no busca ser un documento de denuncia política (las cosas se presentan incluso de forma llana, sin juicios morales), pero no puede dejarse de ver en el fondo la crisis del sistema que rodea al macabro policía que termina conectando las historias del profesor de ateísmo científico, el joven oportunista, la chica secuestrada, el militar muerto en Afganistán (trasladado a Rusia en un sistema de entrega conocido en clave como “Cargo 200”) y el fabricante de vodka culpado del asesinato de su trabajador. Otra ventaja del filme es que si bien transgrede la estructura narrativa a la que estamos acostumbrados logra que la historia transcurra rápidamente, por lo que el tiempo no se siente. ¿Qué más puedo decir? Que si eso fue realidad, la ficción terminaría por envidiarla. Se trata pues de esas películas raras que quedan en la memoria por su capacidad de transgresión, pero, siendo sinceros, hasta ahí. 28-09-2016.
Andres Botero
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30 de mayo de 2009
16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en hechos reales, "Gruz 200" es un claro ejemplo de que a veces por mucho que un guionista se esfuerce, la realidad supera con creces la imaginación, ante lo estrambótico que puede ser el género humano.

Como en la vida misma, tan bien reflejado en el filme, ningún suceso es blanco o negro, comedia o drama, entendible o surrealista. Todo dependerá de la persona que lo vea, del filtro que soporta su cerebro o del día que haya tenido. Para mí un handicap, quizá para otros, una virtud.

Desde el principio, me pareció estar ante una comedia,por lo menos me hacían a mí sonreír, ya no sólo por las exageradas actuaciones de los protagonistas, puede que simplemente sea el carácter ruso, sino por los diálogos tan extravagantes y fuera de lugar. Todo muy raro, tan raro que me pareció una sátira a la sociedad rusa, pero sabiendo que era un hecho real no daba lugar.

Bajo este marco de "comedia extraña" que poca gracia me hacía, comenzaron a suceder hechos desagradables, crímenes sexuales, asesinatos, abusos de poder, secuestros, etc. No encajaba, en un marco de comedia, pero los diálogos me seguían pareciendo de broma, como si ironizaran todo el rato. No me la podía tomar en serio, por lo que nunca me sentí cómodo al verla, sin estar seguro de que se pretendía, sin saber ni el porque del título, sin contar con la respuesta más evidente.

Decepcionante, pero al mismo tiempo interesante. La consideraría de esas pelis que o amas u odias, aunque yo mismo esté más cerca del odio no puedo negarle las virtudes que posee. Muy destacable, el cuadro que nos muestra de una Rusia real, con sus problemas en Afganistán y sumida en una pobreza que no deja de llamarme la atención.
capacitivo
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10 de febrero de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cargo 200. Es cómo llamaban a los fiambres que volvían de Afganistán en una caja de pino.
Tiene alguna escena de un grotesco magistral. En spoiler, comentaré alguna.
La música en conjunto me parece horrorosa, de un mal gusto muy elaborado.

He leído por ahí, también lo dice al comienzo de la película, qué está basada en hechos reales.
Si, es así, es para mear y no echar gota.
La escena del juicio es de un humor negrísimo. Made in Balabanov. También conocido como el gran Bastardo de San Petersburgo.

Desolado paisaje el que nos muestra el Gran Bastardo, en esta sátira social y política.
Si las cosas funcionaban medianamente así, en la afortunadamente extinguida unión soviética comunista.
Es toda una suerte que ya no exista ese tiránico y monstruoso país.

La secuencia anterior al final es brutal. Tiene unas cuantas la película, te ríes o te congela la risa con su retorcido humor e imaginación truculenta.
Despiadada y de un humor como el carbón.
No te dejará indiferente seguro, puede que no te gusté, pero te moverá algo, no podrás apartar los ojos hasta que acabe.
Balabanov. Está en el club de los 13. Junto a mi admirado Melville y Kubrick.
Directores que su filmografía cuenta con 13 filmes.
Esta película está llamada a convertirse de culto, estoy seguro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Zappianin
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4 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1984. La Unión Soviética está embarcada en la guerra de Afganistán. El título alude al número de muertos que cargaba un avión militar. Los desembarcaban de 200 en 200 y se calcula que la URSS tuvo alrededor de 15 mil bajas en esa guerra considerada El Vietnam soviético.

Al comienzo dos hermanos comen en la casa de uno de ellos. Uno es coronel del ejército, el otro profesor de ateísmo científico en una universidad marxista leninista. La comida es pobre y la ha llevado el profesor. A este le preocupa el desprecio de los jóvenes, la falta de respeto a la autoridad. El coronel tiene una hija adolescente, su novio Valera es un chico que quiere ser moderno al estilo occidental viste chaqueta de cuero y jeans. "Gana más que yo y tiene un coche mejor que el tuyo", se lamenta ante su hermano.

Valera va a una fiesta en un galpón y allí se levanta a una chica. Se la lleva a un lugar en el campo donde sabe que venden licor. Va a comprar la botella y la deja a ella en el carro. A partir de ahí comienza una trama que no se puede contar sin entrar en spoiler. Basta decir que la película tiene momentos surrrealistas, es totalmente impredecible, y un ritmo bastante rápido. Hay violencia y crueldad, todos los personajes están mal de la cabeza.

Momento memorable (y clave) es la conversación entre el profesor de ateísmo y Aleksei, el destilador, mientras se beben una botella de vodka. Cada uno intenta convencer al otro de la existencia o inexistencia de dios. Aleksei es creyente, y quiere hacer en su granja una comunidad utópica al estilo de La ciudad del sol, de Campanella. Los acontecimientos se precipitan cuando estos dos caen completamente borrachos y un tercer personaje secuestra a la chica que estaba dentro del coche.

Película de textura sucia, todo lo que muestra es decadente, los bajos instintos prevalecen, la autoridad se derrumba, ser miembro del Partido Comunista ya no significa nada. El ejército, la policía, están podridos, la corrupción campea en todas las instituciones. Para sobrevivir, la gente se dedica a negocios ilegales como las destilerías clandestinas o el contrabando de pieles. Se avecina el derrumbe de la Unión Soviética, Gorbachov asume el poder y una vieja borracha lo ve en un televisor destartalado en un piso lleno de cachivaches y desechos. El final es sorprendente. Una fuerte y arriesgada apuesta del director. Balabanov, quien además es guionista. No hay concesiones, la estética es feísta y la crítica social implacable. La puesta en escena, el ritmo narrativo y la fuerza de los personajes son los elementos más remarcables de esta cinta.
Fancine
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