Resident Evil: La tiniebla infinita (Miniserie de TV)

Así de simple. Esta miniserie o película troceada para estrenarse como tal no tiene nada que se pueda salvar; quizás que a veces lucen bien sus imágenes. Por lo demás es una basura que cree que por coger a los dos personajes más icónicos de la saga ya vale. Y no es así máximo cuando hace tiempo que Resident Evil va por otros derroteros(Resident Evil VII y el recientemente estrenado Village).
Esto es un pastiche infumable al que se le pone gorda mostrando el Pentágono, Air force One y demás propaganda americana de hace unos años y que apenas le interesa ya a nadie...

Si queréis Reisdent Evil jugad a Village

Cuando la franquicia cumple un cuarto de siglo en 2021, hay varios lanzamientos multimedia para continuar sumando títulos a esta saga interminable. Además del estupendo juego “The village”, Netflix nos trae este nuevo título de animación.
Para empezar, aunque lo hayan cortado en cuatro trozos como si fuera una miniserie, “Oscuridad infinita” podría haber sido perfectamente una cuarta película de animación, igual que las que han salido en los últimos años, con mucho mejor resultado que esta, por cierto.
Y es que, desgraciadamente, aunque entre bastante bien por los ojos, se queda en poco más que eso.
El trabajo gráfico es descomunal. Las texturas son de un gran realismo, como por ejemplo en el modelado de líquidos y fuego. Los personajes tienen un grado tal de perfección, no solo en su aspecto sino en el pelo y hasta en las arrugas de la ropa y los movimientos, que por momentos parece que estemos ante una película de imagen real.
Pero falla en la historia. Tenemos una vez más a Leon y Claire investigando una conspiración internacional (aunque cada uno por su lado, todo hay que decirlo) relacionada con estas armas biológicas, que no dejan de ponerles en situaciones de pesadilla una y otra vez. Sin embargo, tiene muy poca acción, la que tiene no es lo bastante intensa o espectacular, y la trama política con China y ese otro país imaginario, tiene muy poco que rascar.
Es cierto que se puede ver sin haber visto los otros “anime” o sin haber jugado a los juegos, a pesar de los muchos guiños que hay (como la referencia a “Resident evil 4” con el rescate de la hija del Presidente, o las menciones a Raccoon City, por ejemplo). Pero con eso no basta.
En un título tan corto (poco más de hora y media contando los créditos), y siendo canon de la franquicia, deberían haber trabajado un poco más el tema de la acción y el terror. Hay demasiado poco de eso, y si esos son los pilares de esta saga y no ofrecen nada más, mal vamos.
Al final, es una entrega en la que estás esperando que arranque de verdad, y cuando da algo más de su esencia, ya termina, y de manera bastante brusca. Deja con ganas de más y un relativamente pobre sabor de boca.
De todas formas, le doy por lo menos un aprobado raspado porque es una gozada para la vista. Es increíble el detalle al que llegan los motores gráficos actuales.
En fin, a ver si la siguiente serie que se está preparando, les sale un poco mejor.

Desde lo innecesario como premisa, Capcom lanza su enésima y penúltima propuesta respecto a una fuente que, con menos novedad, sigue dando réditos. Para quien guste o interese, 'Oscuridad infinita' abandona las condiciones iniciales de la franquicia, que hay que recordar nació como videojuego, y apuesta por una intriga que recoge intereses políticos y ambición, mucha ambición. Tras esta, la venganza de los peones promete acción multiplicada por el desarrollo indisoluble en el que se encuentra. Cuatro mini episodios de animación excelsa, de una brillantez plausible. Su apabullante realismo reblandece algo que está de más, siempre y cuando se mida como dentro de un todo; en el modo individual, se permite sin problema su visión como un largometraje de terror zombi que se nutre de la realidad comercial y geopolítica actual (China vs. USA) para ambientarlo, con héroes y villanos de carne y hueso, bajo otros patrones más cercanos hacia la superproducción. Su construcción narrativa tejida con saltos temporales, poco a poco perfila la comprensión de los hechos y el enclave de los personajes principales en los mismos.

Le reprocho menos de lo que le destaco. Un pasatiempo disfrazado de formalidad que puede ser una buena opción que amenice un rato de ocio.

La serie como sus predecesoras tiene buena animación y buenos diseños de personajes que me agradaron, pero por más que tiene una historia interesante, la verdad no sé siente como una serie de Resident Evil, ya que los zombis aparecen poco, se siente más como una película y como un spin off centrado en Leon S. Kennedy. La acción no es muy excitante y requería de más. La serie no está mal, pero creo que tiene un potencial desperdiciado, puesto que dejó mucho que desear y le hubiese ido bien algunas mejoras. Tendría que haber sido una película y no una miniserie. Mi calificación final para esta serie es un 7/10.

Amo “Resident Evil” por muchas razones. El survival horror, los puzzles, la atmósfera, sus mecánicas. ¿Pero la trama? Meh... Esta es una franquicia densa en tradición, que abarca todos los medios imaginables, pero que casi nunca logra contar una historia realmente convincente.

En los videojuegos, una narrativa tonta no molesta tanto porque rápidamente estás agarrando el joystick nuevamente y destrozando a bichos de tentáculos gigantes. Pero “Infinite Darkness” es como una terrible cutscene que no te podés saltear.

Abarcando un intento de thriller político, se ubica temporalmente entre los juegos 4 y 5, con los fan-favorites Leon y Claire investigando un nuevo misterio relacionado con el bioterrorismo. Los cuatro episodios duran media hora, pero no ayuda que se sienta como una película (sin una coherencia clara) que se dividió en cuatro partes porque sí.

“RE: Infinite Darkness” podría haber sido una divertida producción de zombies ambientada en el universo de Resident Evil. En cambio, tiene un soporífero foco en la política, muchísima exposición y solo un puñado de escenas que se sienten como algo que veríamos en los juegos.

Es frustrante porque hay dos o tres momentos que están piolas, como la invasión zombie en la Casa Blanca o Leon peleando contra un enjambre de ratas-zombies. Pero pronto volvemos a escenas de personas muy malas hablando entre las sombras y flashbacks rarísimos que no funcionan en lo más mínimo.

“Infinite Darkness” hace todo con una torpeza que asombra. La animación apenas zafa, los episodios empiezan y terminan de forma arbitraria y el argumento es tan ineficaz como genérico. Al menos la anterior producción animada (“Resident Evil: Vendetta”, de 2017, también disponible en Netflix) representaba un buen espectáculo de sangre, acción y zombies.

Algunos guiños están destinados a atraer nuevos fanáticos, mientras que otros están diseñados para apaciguar a los existentes. “Infinite Darkness” tiene, definitivamente, más de lo último. De por sí no se le entiende nada… y mucho menos si no conocés la saga con anterioridad. Se extrañan aquellos días simples de Raccoon City.

==> CONCLUSIÓN: “Resident Evil: Infinite Darkness” es menos de lo mismo. El CGI poco convincente y su animación tremendamente inconsistente. Como propuesta narrativa tiene poca sustancia y no le agrega demasiado a la gastada mitología de la franquicia. Nada por hacer aquí. <==

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