Haz click aquí para copiar la URL

Black Rain

Drama La lluvia negra la constituyen las particulas radiactivas procedentes de la explosión de las bombas que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki. Basada en una famosa novela de Masuji Ibuse sobre la devastación causada por la bomba atómica, "Lluvia negra" relata las consecuencias de la explosión atómica en Hiroshima. La película se centra en la historia de una joven, Yasuko, que se vio sorprendida por esta lluvia radioactiva que ... [+]
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
18 de diciembre de 2009
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desgarradora cinta antibelicista de fines de los 80' la cual tuve la oportunidad de visionar de manera casual, acerca de las consecuencias del uso de la bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima al final de la Segunda Guerra Mundial. Como se ha comentado en otras críticas, coincido que las primeras escenas son terribles, pues muestran ese grado de desesperación al no conocer que es lo que sucede y el horror de ver lo que ante nuestros ojos se muestra. "¿Dónde está Hiroshima? ¡No la veo!" menciona alguno de los personajes que atónito contempla el desolador panorama. Posterior a eso la cinta narra la vida de una familia japonesa que ha sobrevivido a la contaminación radiactiva, mas sin embargo su salud va decayendo poco a poco, así como el rechazo por parte de la comunidad hacia ellos y otros que también sufren de dicha desgracia. Con unas actuaciones sobrias y normales, típicas del estoicismo japonés, así como una fotografía en blanco y negro muy buena, es una película bastante recomendable, aunque no muy agradable de ver, pero creo que es de necesario visionado para ver los alcances y consecuencias de las armas nucleares, armas que creo yo por ningún motivo deberían usarse nuevamente en contra de pueblo alguno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Witch King Of Angmar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de agosto de 2011
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy probable que este sea el homenaje cinematográfico más desgarrador a la tragedia que asoló Japón cuando las dos bombas atómicas barrieron del mapa Hiroshima y Nagasaki.
Este cine sobrio, al estilo de los mayores clásicos nipones, abrasa la memoria histórica con esa tea ardiente del dolor colectivo que quedó en aquellas ruinas carbonizadas, alfombradas de inmóviles cuerpos calcinados, otros agonizantes, y los supervivientes asomados a algo que debió de ser muy semejante al fin del mundo.
Aparte de las decenas de miles de fallecidos en el acto o poco después, muchos otros miles ya estaban condenados o amenazados también a causa de la exposición a las radiaciones. Entre ellos, la pequeña Yasuko, que aunque en el momento de la detonación no se encontraba dentro de la ciudad, le cayó encima la lluvia negra tóxica que azotó las cercanías de Hiroshima, y atravesó con sus tíos el devastado horror de unas calles dantescas, ignorando todavía que estaban siendo víctimas de un ataque nuclear y que por ello el mal se encontraba en el aire y no era suficiente con las vidas que ya se había cobrado “Little Boy“, porque tendría también efectos a medio o largo plazo.
Las secuelas persisten catorce años más tarde. En 1959, Yasuko ya tiene veinticinco años y no se ha podido casar todavía porque todas las niñas y mujeres supervivientes que se hallaban en Hiroshima el 6 de agosto de 1945 cargan con una maldición, la de la enfermedad o el miedo a que haga aparición. Corren rumores de que la esterilidad, el cáncer y la gestación de bebés con malformaciones se está cebando con ellas, con lo cual muchas jóvenes se quedan sin pretendientes. Los tíos de Yasuko, un matrimonio sin hijos (probablemente a consecuencia de la bomba), que quiere a su sobrina como a una hija, hace todo lo que está en sus manos para convencer a alguna familia para que la acepte, pero nadie quiere hacer frente al estigma. Mientras tanto, a su alrededor van cayendo amigos que estuvieron en Hiroshima, y los días pueden estar contados para la mayoría de los que fueron marcados por el uranio.
Blanco y negro, estética elegante a lo Ozu, con un sabio y justo empleo de fotogramas cruentos que recrean las cenizas de personas y edificios, las cenizas de una era, y esa forma de romper el alma con el mensaje antibélico pregonando sin estridencias desde la destrucción total de tantas vidas, las que fueron segadas en un instante, y las que se irían extinguiendo lentamente, sin quejas ni aspavientos, entre fuertes sufrimientos, tal vez rezando por este mundo desquiciado que se perdía sin redención posible.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de marzo de 2016
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo reflejar la brutalidad abrumadora de la bomba atómica? Esta pregunta atosiga y ocupa, sobre todo, al pueblo nipón – aunque nos concierne a todos – que fue quien vivió en carne propia los estragos que causó aquella arma en las postrimerías de la II Guerra Mundial. A raíz de otra excelente y perturbadora película actual que trata de explorar y plasmar el horror inenarrable de los campos de exterminio nazi – El Hijo de Saúl – conviene echar la vista atrás y rescatar este prodigio de sencillez y contundencia que estudia con sereno clasicismo las consecuencias imprevisibles de aquella atrocidad que aún nos produce perplejidad e incomprensión. Y nos conmociona a poca sensibilidad que tengamos.

Tomando como punto de partida la aclamada novela del japonés Masuji Ibuse (1898-1993), publicada en 1966 y reeditada desde entonces en todo el mundo, se centra Shohei Imamura en las consecuencias particulares que tuvo para un matrimonio sin hijos y su sobrina huérfana de madre la aciaga ruina que ocasionó semejante orgía de crueldad. El hombre es lobo para el hombre… ¿pero cómo reflejarlo sin resultar didáctico o moralizante, sin prédicas manidas o discursos cansinos? En este caso se elige la senda de la llaneza y naturalidad, como si de un parco diario familiar se tratase en el que se reflejan las pequeñas preocupaciones de una estirpe ordinaria que trata de recobrar una normalidad que la guerra truncó.

Hiroshima. Nombrarla aún produce angustia. Y ver encarnado en el triste devenir de unos personajes inocuos, convencionales, casi banales, el atroz desasosiego de sus días, el temor al porvenir que intuyen lastrado por la lluvia radioactiva que cubrió sus incautos cuerpos, el desconsuelo abrasador de saberse víctimas y no saber qué hacer para dejar de serlo… todo ello va configurando el amargo retrato de una época, de una realidad descolorida, ayuna de esperanza y de futuro. Los efectos abrasivos de la bomba no acabaron con el fin de la contienda, sino que se bifurcaron en innumerables ramificaciones ponzoñosas que reverberaron más allá de la supuesta paz y su onda expansiva fue anegando sin remisión toda existencia. Sólo queda reflejar aquella aciaga experiencia con el deseo de que no se repita jamás.

El testimonio de la memoria. No olvidar a los que quedaron atrás y dieron sus anónimas vidas para labrar nuestro presente más próspero y placentero. En un blanco y negro pavoroso, con una serenidad casi zen envuelta en callada desesperación y atroces silencios perplejos, se nos ofrece una obra perdurable que disecciona la ignominia de la enmudecida posguerra. Prodigiosa.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de septiembre de 2012
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras en Nuremberg se juzgaba a los asesinos NAZIS y a sus colaboradores, en el otro lado de la tierra, en Estados Unidos, se jactaban del triunfo de su "Proyecto Manhattan" y del éxito de sus bombas atómicas "Little boy" y "Fat man", en las cuales participaron científicos judíos como Edward Teller.

La historia se escribe así, si ganas la guerra, todo se te perdona, si pierdes, eres una escoria humana. Y por ello, el "Holocausto nuclear japonés" es, incluso, desconocido por generaciones posteriores de occidente. Hiroshima y Nagasaki totalmente destruídas, miles de familias destrozadas antes y después de las explosiones, gente derruída física y psicológicamente.

Con una realización en la que usa medios de los años 50, para dotar de mayor "documentalismo" a la historia, unas inteligentes localizaciones y unos perfectos personajes y diseño de producción, Shohei Inamura nos acerca un poco lo que debieron sufrir todas aquellas personas condenadas al olvido en décadas posteriores.

Baste la mirada del personaje Yuichi para contemplar el horror, el dolor, el miedo personificado y observar a la ingenua Yasuko para comprender lo que supuso en la sociedad de Hiroshima la exposición a la radioactividad y la visión del más profundo horror en sus vidas.

IMPRESCINDIBLE.

Post Scriptum: El responsable de toda esta masacre, el ex-presidente del régimen capitalista e imperialista de los Estados Unidos de América, Harry Truman, falleció plácidamente a los 88 años en Kansas City y fue ENTERRADO CON HONORES. Por mi parte, si hay infierno, ojalá se pudra ahí.
antonio_corleone
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de mayo de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
136/20(21/04/10) Maravilloso alegato antibélico nipón, un relato devastador de conciencias que conmoverá, es el cine como medio de denuncia de los horrores que con los que el ser humano es capaz de golpear a otro ser humano, es la máxima de que el hombre es un lobo para el hombre. El 6 de Agosto de 1.945 Hiroshima fue sumida en el infierno, una pesadilla apocalíptica en forma de hongo gigante que fulminó a más de 150.000 personas, por desgracias estas fueron las más afortunadas, los que quedaron sufrieron las radiaciones y la Lluvia Negra que da nombre al film que les supuso una lenta agonía de sufrimiento con el único destino de una muerte segura. La cinta comienza en una mañana cualquiera (6 de Agosto de 1945) en una ciudad cualquiera (Hiroshima) en el Japón en el ocaso de la W.W.II y un momento una luz cegadora hace desaparecer la ciudad, miles y miles de personas yacen muertas por los escombros de la urbe, otras vagan deshaciéndoseles la piel, cayéndoseles a jirones, muertos en vida, imágenes que el realizador Imamura ha sabido reflejar brillantemente para trasladarnos una agobiante sensación de asfixia que se te4 enroscará en el subconsciente para siempre, donde la mayor de las preguntas es <Por qué?>, la narración se centra en una muchacha huérfana por la bomba, que ha sufrido la Lluvia Negra, Yasuko (entrañable Yoshiko Tanaka), que cinco años después vive con sus tíos, con la edad que tiene sus tíos igualmente tocados por ‘El Hongo Atómico’, desean que se case ante lo que se topan con las habladurías locales de que ella está afectada pero ella muy tocada psicológicamente desecha a los pretendientes se siente atraída por un vecino trastornado por la guerra. La cinta es de una crudeza descarnadora, mostrándonos imágenes de cómo fue el infierno de Hiroshima, es un merecido homenaje a todos los rostros anónimos que sufrieron este terror, no fueron un número fueron personas, nos presenta a personas que soportan con estoica dignidad lo que el Jinete de la Guerra les ha infringido. El guión del propio realizador, Shohei Imamura y Toshiro Ishido basado en una novela de Masuji Ibuse resulta conmovedor aunando las aparatosas visiones del averno nuclear con la intimista y tierna historia de Yasuko, todo ello sin caer en el maniqueísmo simplista. Esta es una película que debiera verse en las escuelas para que los niños aprendieran de pequeños que sinónimo de Guerra siempre es Tragedia. Recomendable a Todos los que gusten de Gran cine de calado. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow