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Mayo de 1940

Drama Mayo de 1940, en pleno hundimiento de Francia, cuando millones de personas se hicieron a la carretera temerosas del avance del ejército alemán, se nos cuenta la historia de un hombre alemán que ha escapado del nazismo y busca a su hijo, el cual se encuentra con una maestra rural a la que lo había confiado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
8 de mayo de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película cuenta historias trenzadas. De un la historia de Hans, un alemán comunista que ha escapado del nazismo junto a su hijo, pero que es arrestado en la ciudad de Arras por haber mentido sobre su nacionalidad. Cuando logra escapar, recala en un pueblecito del norte de Francia, cuyos habitantes acaban huyendo de los alemanes y huyen al mando de su alcalde Paul y su esposa Mado, cargados de bártulos a cuestas. Cuando en la huida el pequeño hijo de Hans se pierde, su padre lo buscará con todas sus fuerzas ayudado por un soldado escocés y la joven maestra del pueblo, a la que se lo había confiado. El final, aparentemente feliz, es, no obstante, el momento de la claudicación francesa, a lo que acompañó uno de los mayores éxodos en el pasado siglo; hombres, mujeres y niños que huían de la brutalidad; más de tres millones de desplazados; y no hace tanto.

Christian Carion sabe llevar con sensibilidad, comprensión y sin caer en la simplificación, la enorme carga trágica, el episodio de huida de la Francia ocupada. Carion hace una cinta con ausencia de maniqueísmo, retratando personajes muy diversos: alemanes exiliados con anterioridad, franceses, un soldado escocés y hasta un perverso publicista nazi.

Tiene la película un guión bien confeccionado del mismo Carion junto a Andrew Bampfield y Laure Irrmann, basado en las memorias de los padres de Carion que vivieron en primera persona esta dramática experiencia migratoria ante el empuje germano, un destierro de perplejos ríos humanos..

Podemos escuchar una bellísima banda sonora de un Ennio Morricone en plenitud y que no duda en abordar una espléndida música suave y aterciopelada para este film. Morricones acomete esta composición, porque su corazón le llama con esta historia de hombres en caravana en busca de paz y tranquilidad, toda una marcha por la libertad.

Igualmente es brillante la fotografía de Pierre Cottereau, que refleja en todo momento los claroscuros de la capitulación y el infierno de la guerra. Y no puedo dejar de referirme a una puesta en escena sólida e inspirada en el cine clásico.

Espléndido reparto con unos actores excelentes, con August Diehl (muy convincente y conmovedor como refugiado alemán padre del niño), Olivier Gourmet (estupendo como alcalde) y Mathilde Seigner (dueña del Bar y esposa del alcalde) tirando del carro del film con mesura y bien hacer. Sin olvidar la compaña excelente de Alice Isaaz (la entrañable maestra), Matthew Rhys (espléndido como soldado escocés), Joshio Marlon (estupendo como hijo de Hans, un niño amoroso), Thomas Schmauser (pérfido cámara alemán, el único villano de la historia), Laurent Guerra y Jacques Bonnaffé.

La película es toda una obra de época, con un montaje impresionante y una ambientación sensacional de gran verismo. Un film dramático, costumbrista, de guerra, cuya mezcla funciona y cuaja perfectamente.

Quien vea esta dura, real y a la vez tierna película, se encontrará con una obra llena de emoción en la que la implicación personal del director y su solidaridad con los franceses que vivieron esa experiencia, está presente en cada plano.
Kikivall
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6 de mayo de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ansia expansionista del régimen nazi tuvo consecuencias irreversibles para muchos ciudadanos europeos. Uno de los países más afectados fue Francia, que desde la primavera de 1940 vio cómo los alemanes iban poco a poco adentrándose en su territorio, lo que a su vez conllevó que los franceses del norte fueran progresivamente abandonando sus viviendas para dirigirse al sur, una región que todavía estaba a salvo de las tropas de Hitler. Sin embargo, hoy en día conocemos que ni siquiera el Estado francés teóricamente no ocupado por los nazis (territorio conocido como la Francia de Vichy) pudo escapar al dominio de la esvástica durante varios años.

El éxodo de estos ciudadanos se narra en Mayo de 1940 (cuyo título original es En mai, fais ce qu'il te plaît, algo así como “en mayo, haz lo que quieras”), película dirigida por Christian Carion, un cineasta que en sus anteriores trabajos Feliz Navidad y El caso Farewell ya dirigía su mirada hacia sucesos históricos como eran, respectivamente, la Primera Guerra Mundial y la Guerra Fría.

En este caso, Carion desdobla su relato en varias historias compenetradas. Por un lado tenemos al germano Hans y su hijo, que huyeron del nazismo y encontraron refugio en un pequeño pueblo francés. Allí conviven con personajes de todo tipo, entre los que destacan el alcalde Paul y la profesora Suzanne. Posteriormente, cuando la localidad ya esté vacía, aparecerá por allí el militar escocés Percy, un tipo destinado por los mandos británicos a combatir a favor de Francia. El objetivo del cineasta al poner en liza tal ecléctica gama de individuos es no sólo narrar una historia lo más cercana posible, sino seguir encontrando respuestas hacia por qué se llegó hasta semejante situación.

Desde el principio ya se nota que Mayo de 1940 pretende definirse como una película conmovedora, hecho que quedará confirmado cuando Hans e hijo deban separar sus caminos. La búsqueda del reencuentro entre ambos será la piedra angular de un filme que nunca llegará a resultar empalagoso, pero que sí busca descaradamente forzar la lágrima del espectador. A través del abuso de una bonita BSO (obra del gran Ennio Morricone) y el manejo de diversas casualidades argumentales, Carion resta cierta compostura a una obra que presentaba unos propósitos notables, pero cuya ejecución no termina de convencer.

Lo que sí hace de Mayo de 1940 una cinta interesante es, además de sus buenos valores de producción y ambientación, la acertada composición que realiza de los personajes. Paradójicamente, los dos protagonistas alemanes quizá sean los que menos carisma poseen, ya que su desarrollo es algo previsible. Pero los ciudadanos del pueblo francés poseen un aura especial, equilibrando su personalidad en consonancia con los sucesos que van acaeciendo en la historia y, esta vez sí, con un punto de alma que llega a conmover de manera auténtica; no es casualidad descubrir posteriormente que Carion se crió en una familia de granjeros del norte de Francia. También el oficial escocés posee cierto gancho, pero quedará olvidado por su evidente rango secundario y por el empleo del tópico de la gaita. Aquí hay que agradecer especialmente que el retrato de los soldados nazis termine escapando del maniqueísmo y se ofrezca una visión alejada de la brutalidad.

Así, Mayo de 1940 basa su potencial cinematográfico en narrar una historia de buenos personajes con los que cualquiera podrá identificarse, sin descuidar en absoluto un cuidado contexto histórico que incluye reflexiones en voz alta sobre aspectos como la muy tardía intervención de las potencias aliadas. Una pena que la cinta no alcance en su conjunto una dimensión más óptima por ese empeño en forzar las situaciones para tratar de que el espectador se sume a la causa del film, cuando realmente cualquiera que aprecie la historia y no carezca de sentimientos humanos sabrá descifrar la desgracia que atravesaron esos ciudadanos franceses sin necesidad de que se lo sirvan en bandeja de plata.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
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5 de junio de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los éxodos en los que la gente tiene que abandonar sus casas debido a las guerras, como ocurre en la actualidad con el pueblo sirio, son hechos de la historia que no gusta recordar. Aquí en Occidente, concretamente en Francia durante el Mayo de 1940 se produjo uno de los mayores éxodos rurales en el que millones de personas se vieron obligadas a dejar sus tranquilas vidas.

En el Mayo de 1940 los habitantes de un pequeño pueblo al norte de Francia huyen por carreteras hacia el sur en plena invasión alemana, dejando atrás todo lo que amaban. Tras ellos van un comunista alemán fugado del nazismo que busca desesperadamente a su hijo, el cual dejó a cargo de una profesora, y un oficial escocés que ha quedado rezagado en el combate.

Durante el viaje, nuestros protagonistas vivirán en primera persona la crudeza y realidad que acompaña al indefenso pero orgulloso pueblo que tiene que abandonar la tierra que le vio nacer con la incertidumbre de saber qué les deparará el camino.

El director Christian Carion muestra de una forma muy personal carente de maniqueísmo alguno, uno de los episodios más ocultados por nuestro país vecino al constituir una auténtica vergüenza nacional, donde el gobierno y el ejército abandonaron el pueblo a su suerte.

El perfecto trabajo de todos los componentes del reparto del que se rodea el director y la preciosa partitura que crea el maestro italiano Ennio Morricone, ayudan a cargar de sensibilidad esta historia que el director dedica a su madre , la cual vivió ese éxodo en sus propias carnes y que su hijo personifica en la joven maestra rural.

Una admirable y necesaria película que aunque pueda resultar incómoda nos recuerda un episodio que ahora, lamentablemente, se vuelve a repetir ante la impasibilidad, de nuevo, de los gobiernos que nos dirigen.

http://sudandocine.blogspot.com.es/
Cangurito
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20 de febrero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi “En mai, fais ce qu'il te plaîtaka” (“Mayo de 1940”, Francia, 2015), dirigida por Christian Carion y escrita por el director junto a Andrew Bampfield y Laure Irrmann. Narra los acontecimientos del hundimiento del frente francés en mayo de 1940, desde la óptica de un pueblo de granjeros franceses que huye del campo de batalla y de un alemán, prófugo del nazismo, que busca a su hijo entres los millones de desplazados. Ahora bien, el filme, desde lo estético es algo más que correcto. Impresionan sobradamente el buen retrato que hace de la época y los montajes. En este sentido se convierte en un buen ejemplo de cine de época. En lo que respecta a la trama, debo señalar que la cinta ha dado lugar a una interesante controversia. De un lado están quienes consideran que el guion está lleno de clichés, que reduce la dramaticidad de los personajes mientras narra una historia predecible y sensiblera al espectador. Del otro, están quienes señalan que es una construcción alejada del maniqueísmo del cine comercial pues se ofrecen varias miradas en torno a la guerra, incluso la de los soldados germanos; una cinta que busca la sensibilidad del espectador al mostrarnos el horror de la guerra desde la faceta de los desplazados como de los soldados prisioneros o heridos de muerte. Yo me inclino más por la segunda postura, sumándole que logra ser un filme entretenido (sin negar su afán sensiblero, siendo este, tal vez, su pecadillo); entonces, el balance final es muy bueno. Resalto, e insisto en ello, que no cae en las visiones reduccionistas de víctimas y victimarios, pues en la guerra, cuando se pierde el principio humanitario básico, todos somos víctimas. Tal vez, el único victimario por antonomasia en la película sería el cineasta, quien representa al nazismo. Excelente filme para hacer memoria del desplazamiento, o mejor dicho, del desarraigo, a la vez que plantea una luz de esperanza en los valores básicos del hombre, aquellos que son los que terminan rescatando a los sensatos de la barbaridad totalitaria, como sería, por dar el caso tratado en la cinta, la familia. La recomiendo. 20-02-2016.
Andres Botero
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14 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica película sobre el mayor , y poco conocido , éxodo del s XX : la huida de millones de personas en Francia frente al inesperado, increíble y meteórico avance del ejército alemán. Siendo el eje vertebrador de la historia la de un padre que quiere recuperar a su hijo devorado por la marabunta de los desplazados en medio del avance del ejército alemán, la historia , aún más emocionante, es el drama de millones de personas, encarnadas en los habitantes de todo un pueblo de Pais de Calais, la sensación de huida hacia ninguna parte queda muy bien representada en cada uno de los personajes que dotan de alma y humanidad la película.

Esa sensibilidad de Christian Carion ya la habíamos apreciado en el episodio de la tregua navideña de l I GM que tan bellamente retrató en "Feliz navidad" ; sin duda, un director que consigue retratar perfectamente la esencia de las personas.

Y ese es el principal mérito de la película: transmitir que, en esencia, todos somos iguales, con nuestros miedos, inseguridades, esperanzas.. Alemanes,argelinos enrolados en el ejército francés, franceses,británicos... El uso de múltiples idiomas enfatiza esta característica.

A nivel técnico, impecable: magnífica fotografía con el filtro naranja-amarillento de los campos en primavera, emocionante banda sonora de Ennio Morricone, interpretaciones notables, historia emocionante e impactante... película muy recomendable para emocionarse y conocer un capítulo poco desarrollado de la II GM
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Strigoiu
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