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Lacombe Lucien

Drama Durante la Segunda Guerra Mundial Lacombe, un joven campesino cuyo padre está prisionero en Alemania y cuya madre se acuesta con su jefe, intenta ingresar en la Resistencia. Rechazado por el cabecilla local, ingresa por azar en la policía alemana. Con una capacidad asombrosa para amoldarse a lo que su nuevo puesto le exige, su vida cambia cuando se enamora de France, la hija de un sastre judío. (FILMAFFINITY)
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
16 de abril de 2016
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amarga y realista visión del comportamiento de la sociedad civil francesa durante la ocupación nazi, lejos de eas películas de valientes guerrilleros en lucha contra el invasor.La historia de un joven campesino inadaptado, con un padre prisionero de los alemanes y una madre que se acuesta con ellos también, tras su intento de unirse a la resistencia y ser rechazado por ella, se une a los colaboracionistas donde se siente aceptado y bienvenido, un grupo heterogéneo de vividores y oportunistas.Es un personaje que en algunas cosas me recuerda al Mersault de Camus por su indiferencia moral y por su indiferencia absoluta a lo que le rodea, pero al contrario que el personaje de Camus, el chico se redime en cierta forma al enamorarse de la hija de un sastre judío,se arriesga y sale de su abulia y indiferencia.Magnifico guion del nobel Patrick Modiano.
zuriman
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14 de octubre de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lucien, el hijo de unos campesinos quiere unirse a la resistencia, pero no es aceptado. Lucien se mantiene al margen de todo, se deja llevar, va sin rumbo, la apatía, el aburrimiento, que no el patriotismo, lo llevan a intentar ingresar en la Resistencia francesa pero como ya hemos comentado es rechazado. Ese rechazo, esa misma apatía y con un poco de ayuda por parte de la casualidad, le hacen caer en la policía que los alemanes y el gobierno colaboracionista de Vichy han creado para depurar la retaguardia, su apatía le hace adaptarse con facilidad a cualquier situación, y asume perfectamente el papel de verdugo de sus propios compatriotas. Todo cambiará, sin embargo, cuando traba amistad con una joven judía que es hija de un sastre que tiene un negocio clandestino de corte y confección, y que se llama, precisamente, France.

Esta estupenda película muestra como el orgullo herido y el aburrimiento de un hombre joven le convierten en verdugo y traidor, y como sin demasiada motivación se convierte en héroe y mártir. El film no resuelve ninguna cuestión acerca de la colaboración o la resistencia, sino que es un emocionante retrato del desarrollo de una persona joven bastante simple y sin muchos recursos. Magnífica película, una obra madura, para nada maniquea ni acusadora, sino simplemente demostrativa de unos hechos incontrovertibles de forma objetiva y desapasionada, muy entretenida pese a sus dos horas y veinte minutos de duración.
Juan Marey
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18 de febrero de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lacombe Lucien está hecha con las formas de Malle y el engranaje de Patrick Modiano, escritor muy interesante que aborda en muchas de sus novelas el problema de la identidad del individuo en la Francia ocupada del régimen de Vichy. En esta película no se es complaciente con el papel de la Resistencia ni con el de las personas que convivieron con los ocupadores alemanes. Es tan evidente la ética de la Ocupación en sí que la película ni se detiene en ella y sí lo hace en un joven (y sus circunstancias) francés que opta por una conducta ante ella.

Más allá de la narración concreta, interesante en su demarcación temporal y en los hechos que relata de una manera casi tangencial, Lacombe Lucien lleva a la reflexión del motivo de la maldad; porque el protagonista es joven y no está "contaminado" previamente (digamos) por la ideología de uno u otro bando (la resistencia francesa y los colaboracionistas proalemanes); sino que se acerca a aquello que vislumbra como dañino desde ¿la arbitrariedad? ¿el deslumbramiento de las armas, del poder, de la fuerza, de la violencia? Esa arbitrariedad o deslumbramiento es más fuerte. a fin de cuentas, que la reacción ante el mal, la iniciación del amor, la compasión o la culpa.
Lucien abraza ese torpe formato de poder y violencia a pesar de que hace daño; y es joven, pero no tanto como para no hacer crítica de ello y así se deja arrastrar hacia su propia destrución moral.
Parece que hay momentos en la película que Lucien va dar un giro, su cara inexpresiva augura el cambio hacia formas más humanas de vivir ese momento histórico.
Pero lo mejor de la película es ciertamente eso: no hay ideas gloriosas, hazañas titánicas, reflexiones sesudas; sólo se describen unos hechos y Lucien podría tomar otra iniciativa o ninguna: pero toma esa y es terrible que esa iniciativa sea justamente el dejarse arrastrar sin más. De eso el ser humano también es culpable.
Sapristioca
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26 de septiembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Louis Malle vuelve a mirar atrás, al pasado reciente de su Francia natal, con la intención de romper con la visión romántica de las actitudes de los franceses durante la ocupación alemana. Probablemente su intención no era la de escandalizar, pero ¿cómo no pudo calcular de forma correcta las consecuencias de realizar una película como "Lacombe Lucien" para el público de su país?; su película no es una generalización, es la historia de un chaval analfabeto que lo mismo le daba ir para un lado que para el otro, es una historia concreta. Pero nos hace pensar.

Evidentemente empuja a pensar que no todos los ocupados eran valientes hombres que luchaban en la sombra por liberar a su país. No fue todo como nos lo pintan, hubo colaboracionismo y no pasa nada por decirlo.

De Malle no me gusta todo, tampoco pasa nada por decir que en su filmografía hay varios traspiés, por no decir que hay más de una castaña. No es que sea irregular, es que es raro este Luisito. "Lacombe Lucien" es notable, probablemente mucho mejor de lo que yo puedo afirmar, con un personaje brillante que no da para más, es un chaval cuyas muestras de sus limitaciones son evidentes cada vez que aparece. O tal vez no, puede que no sea tan tonto y los recursos de los que dispone los usa para sobrevivir como cualquier otro, aunque se equivocó de bando. Se dejó llevar por su instinto y ahí queda su historia.

La película tiene más que a Lucien, por suerte para nosotros existe una buena cantidad de secundarios que suman y suman, a cual mejor. Desde ese inverosímil nido de ratas de la policía alemana (compuesta de franceses, un negro incluido) a la familia del sastre judío. Son actitudes humanas al límite, en mitad de una guerra, aunque Malle nos ahorra una buena cantidad de tiros y bombas porque su película es bélica por contexto, pero no por género. A Luisito Malle le interesan las actitudes.

Por ejemplo, y ya para acabar, Lucien dice que es francés: alguien lo pondrá en duda, como decir que es menos francés el judío por ser judío, o que lo fueron más los que murieron a manos de la Gestapo. No es poca cosa la reflexión que deja en el aire Malle. Eso es lo que sólo saben hacer los maestros: hacer pensar.
Luisito
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10 de junio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Lacombe, Lucien” (1974) de Louis Malle con Pierre Blaise, Aurore Clément, Thérèse Giehse, Holger Löwenadler, Jean Bousquet, Jean Rougerie, René Bouloc, Jacques Rispal, Stéphane Bouy, Ave Ninchi, Gilberte Rivet, Pierre Saintons, Cécile Ricard, Pierre Decazes, entre otros.
Drama bélico francés sobre la vida de un adolescente durante la ocupación alemana de Francia en La Segunda Guerra Mundial, donde el intercambio de colaboración por inmunidad y supervivencia definió el comportamiento ampliamente mayoritario de la población, y en Lucien, es una reflexión sobre la pérdida de la inocencia, ya que muestra cómo el orgullo herido y el aburrimiento le convierten en verdugo y traidor, y como sin demasiada motivación se convierte en héroe y mártir.
El cineasta no juzga su conducta reprobable, sino expone crudamente los hechos, ahondando en la realidad histórica y molesta.
El filme se basa en parte en lo que experimentó el director, por lo que cuestiona el heroísmo del compromiso con respecto a la posibilidad de las circunstancias, siendo fuente de controversia que llevará al autor al exilio de la Francia posterior a Charles de Gaulle.
Malle coescribió el guión con Patrick Modiano, entonces de 27 años, quien en 2014 fuera galardonado con El Premio Nobel de literatura, y construyen un personaje brutal y amoral, un superviviente que no es ni héroe ni villano, e indagan en el fascismo como realidad cotidiana y en la perturbadora banalidad del mal; por lo que nos tira a la cara la barbarie de ejercerlo por estupidez, poder o lo que es incluso peor, por pereza, por la comodidad de no pensar… eso hace que “Lacombe, Lucien” sea una película inquietante y triste sobre la supervivencia; siendo diferente a cualquier otra película de este tipo, pues pasa de tierna a despiadada en un suspiro, y de alegre a horrible igual de rápido; y todo se cuenta desde el punto de vista de los colaboradores, una pandilla de matones oportunistas que aterrorizan a ciudadanos comunes.
El personaje principal, Lucien, es un adolescente completamente desalmado, y de alguna manera a veces comprensivo y atraído por el atractivo de estos matones; por lo que muestra un desapego aterrador de todos los sentimientos, incluso del amor al principio, y ciertamente del respeto por la vida; y hay un indicio de que creció pensando que la vida humana era barata desde sus días cazando y matando animales sin pestañear, pero podría ser que la película muestra que tenía casi un trastorno, algo que lo hizo sentir insensible incluso para las cosas más comunes, inofensivas y vulnerables.
Y es que Lucien, como muchos, fue accidentalmente llevado a una situación para la que no estaba preparado; incluso no tenía los instrumentos culturales para comprender lo que estaba pasando, y fue arrastrado por la increíble gratificación de hacer lo que estaba haciendo, teniendo ahora lo que nunca ha tenido:
Amigos, estatus, reconocimiento, buena ropa, capacidad de intimidación y, sobre todo poder, por lo que ahora es un ser respetado y sobre todo temido, peligroso e impredecible; pero él no es un ser malo per se, es un oportunista con unos impulsos violentos que encontró en El Fascismo, la mejor forma de liberarlos y de desquitarse de tantas injusticias padecidas.
No obstante, la aparición de France, un nombre más que simbólico, hija de un sastre judío, toma algunos de los giros in/esperados…
El director, Louis Malle, leyenda del cine francés, y más tarde incluso del cine estadounidense, como resulta habitual aborda el conflictivo tema con una naturalidad absoluta, sin subrayados dramáticos, ni estridencias políticas, sin afán aparente de provocación; simplemente expone una realidad que por mucho que se oculte con otras realidades, coexistió con estas posturas; y su dirección resulta soberbia, utilizando con frecuencia la cámara de mano para dotar a su historia de un realismo cuasi documental, rodando en locaciones, a luz natural y con actuaciones naturalistas para dar a cada escena una credibilidad que es hermosa y extraña, especialmente combinada con la violencia hacia los animales.

SIGO EN LA ZONA DE SPOILERS POR FALTA DE ESPACIO
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro Zamora Cubillo
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