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El sabor de la noche

Romance. Drama Elizabeth (Norah Jones) es una joven que comienza un viaje espiritual a través de América en un intento de recomponer su vida tras una ruptura. En el camino, enmarcada entre el mágico paisaje urbano de Nueva York y las espectaculares vistas de la legendaria Ruta 66, la joven se encontrará con una serie de enigmáticos personajes que le ayudarán en su viaje. (FILMAFFINITY)
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Críticas 181
Críticas ordenadas por utilidad
14 de diciembre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No creo que ninguno de los lectores de esta crítica puedan perdonarme que no haya oído hablar nunca del osado a la vez que suspicaz Wong Kar-Wai, no puedo poner ninguna disculpa, ni mis apenas 19 primaveras, ni mi desconocimiento total del cine oriental (al que a partir de ahora miraré con otros ojos sin duda) solo puedo disculparme y arrepentirme por haber vivido una gran parte de mi vida sin este "otro cine". La película no tiene otro adjetivo mejor que el de exquisita, es dulce, es sosegada, llevada con una maestría increíble por el Honkones e interpretada con sobriedad y mucha clase por un reparto increíble, destacando sin duda alguna a la protagonista esencial de la película, Norah Jones que ya me encandiló con su voz hace algunos años me ha dejado perplejo con su interpretación suave y acompasada, un final que pone los pelos de punta y una sucesión de historias (con altibajos eso si) que me han dejado suavemente enamorado. La recomiendo encarecidamente, no es ni pastelosa y melosa ni nada que se le parezca, simplemente es REAL.

Suerte y paz.
calvin_89
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18 de diciembre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kar-wai viaja a EE.UU. y cautivado por el cine de género, los paisajes desérticos y metropolitanos del Nuevo Mundo pretende amoldar toda la cartografía sentimental de este flamante terreno a la suya propia (o más bien al contrario). Estas noches de tarta de arándanos (blueberry nights) buscan ser un tratado formal sobre la luz de neón y la captación encuadrada a través escaparates y cristaleras que ayudan a aplicar el enfoque/desenfoque del punto de vista del narrador omnipresencialmente intimista.

Paleta cromática sobreexpuesta con preeminencia de rojos, verdes y azules, Kar-wai logra imágenes hipnóticas sugestivas que terminan siendo fetiche hecho audiovisual. Entronca lo mejor de su filmografía con base fundamental tanto argumental como de forma en, quizás su obra más fresca y sensual, 'Chungking Express' (1994) pero ni se asoma a las cotas de ésta. Lo que en Chungking era inventiva sugestiva: el abandonado y enamorado personaje interpretado por Takeshi Kaneshiro no paraba de correr y comer latas en conserva caducadas para reprimir el llanto, aqui se convierte en lágrimas fáciles; mientras que los apartamentos encuadrados desde el exterior en un edificio que hace chaflán tenían protagonismo interior en 'Fallen Angels' (1989) o en 'As tears go by' (1988) aquí sólo parecen acudir cómo imágenes huecas, sólo para que su autor se luzca. A Kar -wai se le va la mano 'bigger than life' en algún instante y la cosa se queda como bonita estampa visual y poco más.

Rachel Weisz (uno de los rostros más bellos del panorama cinematográfico actual) no sólo despierta el recuerdo de Maggie Cheung sino el de Briggite Lyn (de nuevo Chunking Express) e incluso el de la sensual mirada de Jeanne Moreau; el personaje encarnado por Jude Law maneja la misma soledad y el mismo estado de esperanza que el ya comentado de Takeshi Kaneshiro; David Strathairn viste idéntico uniforme exterior y de alma (aunque con más autodestrucción explícita) que el de Tony Leung en, otra vez más, Chunking Express. Mención aparte merece la notable interpretación de Natalie Portman: el personaje de My blueberry nights que más novedad añade a la filmografía Karwaiana.

En My blueberry nights sigue trabajando con la stop motion, los degradados, la saturación y las diveras calidades cinematográficas y en algún instante aparece el plano fortuito, surge la serendipia cinematográfica, aunque la soseria de algún que otro personaje e intérprete, así como alguna trama y elementos de la historia narrada que no pasan de flojos e intrascendentes repercutan en la nadería de todo el artefacto (algo similar a lo que ocurrió con la grandilocuencia de F.F. Coppola en 'Corazonada' -1982-), pero Kar-wai termina dejándose llevar de verdad tanto en su forma como en su fondo y nos regala el beso más bellamente cinematográfico desde que Sam Raimi “inventara” el beso del trapecista con la ayuda de Kirsten Dunst y Tobey Maguire enfundado con la máscara de Spider-man.
Migue Muñoz
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27 de enero de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como las tartas que se muestran puede resultar pelín empalagosa pero, ¡qué leches! ¿A quién le amarga un dulce de vez en cuando???? Entre otro tipo de películas más duras, crueles, terroríficas (sean de ficción o, desgraciadamente, relatos del mundo real) de vez en cuando, no está mal evadirse y, dejarse llevar por un pastel correctamente interpretado y presentado que, no está exento de calidad aunque para ello utilice el recurso facilón del romanticismo dulce con final complaciente.

Obviamente no estamos ante un peliculón de los de quitarse el sombrero pero, bueno, eso tampoco es que abunden... y, al menos tiene unos acompañamientos interesantes aparte de las interpretaciones, como son la música, el estilo road movie y, un cierto toque estético"chic" disafrazado de falsa bohemia que, a mi no me ha disgustado en absoluto.

Entretenida y, muy fácil de ver.
EVA
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30 de enero de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
!Ay que calorcito que entra!. Que gustito tan tonto y tan inesperado al salir del cine. Carica de bobo y otra carita de boba a mi lado....

Esos bares, esas noches lluviosas en las que una luz de neón ilumina una mesita afrancesada, en la que una chica bonita se come una nocturna y tardía porción de tarta de manzana... Qué sencillo parece, y qué facilito resulta de ver.

Y es que la vida no puede ser más bella que como la pinta el señor Kar-Wai. Vacía, si. Almibarada, si. Facilona, algo.
Pero cálida, reconfortante, bella, poderosa, hipnótica, viva...

Con una técnica que se me antoja dificilísima (planos estudiadísimos, iluminaciones imposibles, atmósferas extraterrestres...), esta película seguramente no hará historia del cine. Pero es que no está para eso... Está para llenar pantallas, para llenar ojos y reconfortar almas. Y punto.

Servidor se apunta cada vez más a este cine. A las cosas sencillas.
Viva y bravo por este tipo de cine, y que dure!
compilando
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29 de marzo de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que no soy imparcial juzgando a Kar-Wai, me apasiona y me sumerge en un mundo de sensaciones que me hace disfrutar a tope de cada fotograma, me cautiva de tal forma que quedo invalidado para añadir algo de cordura a cualquier comentario. Las imágenes que nos trasmite este hombre son poderosas, tienen una fuerza y un magnetismo que impresiona y quedas prisionero de ellas, atrapado en su apasionante mundo, donde hasta las cosas más sencillas adquieren un carácter trascendente. Menos mal que existe Kar-Wai sino tendríamos que inventarlo.
Las historias que nos plantea pueden ser más o menos creíbles, nos pueden parecer incluso inverosímiles, pero no son en absoluto pretenciosas, ni quieren adoctrinarnos, ni mostrarnos lecciones de nada, simplemente intentan emocionarnos y lo consiguen casi siempre, esos personajes a veces entregados, otras veces descreídos, dotados de cierto cinismo, o simplemente pasión pura son el motor de sus historias, contadas con unas imagines bellísimas y unas bandas sonoras que encajan a la perfección.
Hay quien dice que hay demasiada miel y caramelo en sus historias, es posible, no me siento imparcial para juzgar eso, a mi simplemente me fascinan y me hacen disfrutar, te puedes reconocer en sus personajes, no son héroes o superhombres, son personas normales que sufren o se alegran, que lloran o que ríen, que aman o que sienten el desamor. En esta cinta el trabajo de los interpretes es estupendo, estremecedor esta Strathairn, cautivador Law, bellísima y arrebatadora Portman y que decir de Rachel Weisz, en cuanto sale en pantalla ya solo puedes mirarla a ella, es espectacular. Y en cuanto a Jones, su presencia te atrae, y tiene esa voz que te envuelve y enamora. Creo que Kar-Wai sigue demostrando que es el rey del romanticismo.
picais
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