Sentimental

Pues después de ver la obra de teatro de Cesc Gay llevada al cine, destaco sobre todo el papel de Javier Cámara, que es un seguro de vida haga lo que haga.
El guion de la película es muy manido, como es el caso de Un dios salvaje de Polanski, o como en el caso español como el fallido "El intercambio".
No le he visto lo desternillante, ni la chispa en ninguna de las dos parejas.
La recomendaría si no hubiera otra cosa que ver.

Un saludo

A la manera de "El nombre", es una obra de teatro low cost llevada al cine que se basa en diálogos pretendidamente ingeniosos, pero que suenan acartonados y con el sexo como único tema, que a estas alturas (pandemia, crisis, clima) suena forzado. Mención aparte es la casposísima y machista elección de parejas, en donde en ambos casos ellos tienen 10 años (y bastantes canas) más que ellas, normalizando aquello de chica joven, flaca y guapa casada con señor canoso, arrugado y con michelines. ¿Para cuándo una pareja en donde ambos tengan edad aproximada? Belén Cuesta hace el mismo personaje (al menos, habla igual) que en Paquita Salas.

Admiro el cine que hace este director catalán. Me gusta su selección de reparto, su forma de dialogar, cómo cuenta en sus películas historias pequeñas, cercanas, pero con mucho más jugo del parece en una mirada poco profunda.

En esta película el casting es bueno, todos en su sitio, quizás un poco forzada en su papel Belén Cuesta, a la que le costará un mundo el poder quitarse la coletilla de actriz de comedia y darle más enjundia a sus trabajos.

Los diálogos fluyen, con más o menos acierto, moviéndose entre la ironía y la mala leche, con ciertos personajes-arquetipo que funcionan bien: Cámara, amargado en el mundo laboral, cínico y poco sociable, cómodamente instalado en un matrimonio aburrido; Siciliani, atrapada en ese mismo matrimonio pero con expectativas y muchas ganas de explorar otros mundos lejos de allí.

Menos perfilados están los personajes de Cuesta y San Juan, este último muy bien en su papel, que son los que servirán de alarma despertador para su anfitriones, desvelándoles un mundo de sexo y libertad desconocido y tentador.

No funciona para nada el fondo de moraleja liberal que la película parece querer lanzar al espectador y aunque su duración es muy ajustada, algo de agradecer en estos tiempos de películas interminables, hay ciertos momentos en los que parece que se alarga el masticado del chicle cuando, quizás, el sabor del mismo ya está olvidado.

Sin ser lo mejor de Cesc Gay, es un entretenimiento aceptable y bien interpretado.

Que gusto volver al cine tras varias semanas semi-confinados y hacerlo de la mano del siempre impecable Cesc Gay.
Sus guiones y dirección de actores son de lo mejor que hay en el cine español, así como la manera de mostrar la vida cotidiana . Pero no sólo en el cine sino que se está consagrando como dramaturgo.
Disfruté de “lEs veins de dalt” hace 5 años y de nuevo lo he hecho con “Sentimental”
Pero esta vez tengo un pero...los actores están fabulosos pero Javier Cámara no ha conseguido que olvide a Pere Arquillué, cuya interpretación de ese marido obsesionado con sus vecinos es muy difícil de superar.

Pretendiendo emular al "Un Dios salvaje" de Roman Polanski, que ya hay que tener autoestima y/o inconsciencia, Cesc Gay crea una trampa como una feria de luminosa. Todo lo que en aquella era divertido, mordaz y honesto, aquí son lugares comunes estirados hasta el extremo y, por supuesto, disimulados bajo capas y capas de supuesto ingenio, arrojo y litros de cargante modernidad.

La película va de realista, de hablar de los problemas de una pareja, pero es profundamente deshonesta, porque, si bien no es creíble en ningún momento, el el viraje que realiza en su ecuador, por cortesía de la pareja invitada, provoca un descalabro sin posibilidad de remontar. La cantidad de suspensión de incredulidad que nos pide Cesc Gay es inalcanzable. Aún consiguiéndola, esa segunda mitad escasea en interés, dada su redundancia*(1).

En otro orden de cosas, me fastidia la sempiterna presencia del argentino de turno en las películas españolas, aunque Griselda Siciliani me cierra la boca con un trabajo fulgurante. Javier Cámara también está sensacional, aprovechando un personaje irritante. Las actuaciones de ambos van parejas a sus personajes, ya que lo interesante de esta pareja es inversamente proporcional a lo estúpida de la otra. No es de recibo que en una película para mayores de diez años aparezcan personajes tan planos. Su arrogancia, su entrometimiento y su mala educación y son intragables.

Ellos son parte fundamental del hundimiento de "Sentimental", una película que, por sí sola, se cree mucho más de lo que es. Se lo cree tanto que se pasa de rosca y, aunque durante su visionado aún se pueda soportar, al día siguiente parece una broma de mal gusto.