Causas y consecuencias

Lo primero que llama poderosamente la atención de PACTO DE SILENCIO, es ver al personaje de ROBERT REDFORD, encarnando al padre de un niña con lo cual desde el minuto 0 intentan colarnos cosas sin sentido.
Una historia interesante en su primera media hora, que conforme avanza el metraje va desvariando en el que todo ocurre porque si, sin más explicación ni entender las motivaciones.
El elenco de actores y actrices es de primer nivel y es por ello que da tanta pena, que se haya desaprovechado a los mismos por mor de una trama inexistente, punto y aparte al papel de SHIA LABEOUF que no hay por donde cogerlo, más que un pequeño periodista local, parece una némesis de Sherlock holmes, a cada paso averiguando más y más cosas, que por cierto la poli, lleva intentando hacer casi 30 años sin ningún resultado.
El ver los rostros medio desfigurados por tanta cirugía estética, tanto de Redford, como de JULIE CHRISTIE, en el fondo da bastante grima, porque por muchas gorras de beisbol, y vestimentas juveniles, no dejan de ser y aparentar lo que no son, y no hablo de su vida privada, sino que en pantalla nos intentan colocar algo que no es creible.
En definitiva una pena que una de las grandes leyendas vivas del Hollywood actual intente parecer joven haciendo productos así para su lucimiento propio y haciendo footing, pero la realidad es que debería dar paso a nuevas generaciones, y quizás pensar en lo de que cualquier tiempo pasado....

El pensamiento fácil es que Robert Redford y compañía están demasiado mayores para este trote y que mejor hubiese sido escoger actores más jóvenes, pero resulta que estamos hablando de unos hechos concretos, los de la Guerra del Vietnam, y de eso ya hace cincuenta años (cuarenta en la película), así que viejos tienen que estar, a la fuerza. Caray, parece que los actores provectos sólo pueden hacer comedias en plan "Los padres de ella" o "Red".

Dicho esto, "Pacto de silencio" es mejor de lo que parece. Ay, esos títulos... Jamás alcanza la brillantez ni traspasa ninguna línea que la lleve a elementos trascendentales, o dicho de otro modo, siempre se mantiene en un perfil de película muy Hollywood, en la que todo está muy medido y no hay nada que deje boquiabierto. Lo que viene siendo una buena cinta pero no una excelente.

A mí me ha servido. Y creo que puede servir a cualquiera. El argumento como tal es más que correcto, está muy bien rodada, es entretenida a mares y la cascada de estrellas es inusitada, todas majestuosamente escogidas para unos papeles atractivos. Francamente, ver a Redford, Sarandon, Nolte y una irreconocible Christie personificando a ex terroristas anti Vietnam es una gozada. Los más rojos de Hollywood, dentro y fuera de pantalla. Sólo faltan Beatty y Fonda.

Además de ellos, Shia LaBeaouf a los mandos como el intrépido periodista -que sí, que a veces se pasan con el Deux ex Machina- y otros muy secundarios pero nada desdeñables como Kendrick, Tucci, Jenkins, Gleeson, Cooper o Elliott. Se nota que Bobby ha tirado de agenda.

Podía ser mejor de lo que es, claro, y la hija de Redford es demasiado pequeña, de acuerdo, pero es interesante ver cómo la edad calma a la mayoría de los idealistas que en su juventud lo dieron todo. Con la edad, eso sucede, aunque no siempre (ahí están ellas*). ¿De verdad os pesan más los desaciertos que las virtudes?

Interesante thriller con trasfondo político y periodístico. Mezcla más que productiva desde el punto de vista cinematográfico.
Rápido, con mucho guión, bien trabajada desde el punto de vista de los escenarios, actores y trama.
La despedida de la dirección de unos de los actores más míticos de la historia del cine.
La elección de actores es interesante. Robert Redford en el papel principal, Shia LaBeouf como el periodista capaz de desenterrar todo el asunto. Nick Nolte como el desencantado empresario de modesto éxito que lucha por no sobresalir mucho olvidando por qué participó en toda una película de terror... Y Susan Sarandon en el papel de la ama de casa aburrida de sí misma que decide entregarse a la policía, aunque es detenida antes, por crímenes de terrorismo político que había cometido hace treinta años.
El papel de Redford es difícil. Muy curtido en mil historias, con un pasado turbio relacionado con actividades semiterroristas que ha permanecido oculto durante treinta años.
Hay algo oculto en su proceder, huye pero no sabemos exactamente por qué. Esconderse en habitual en su vivencia, ser discreto ha formado parte de su forma de vivir.
Y ello se mezcla con el atraco a un banco de Michigan que acaba con el homicidio de un policía de seguridad, y sobre una pareja de nuevos ricos que han sido capaces de blanquear dinero para vivir como unos burgueses. Todo lo contrario a lo que defendieron hace años.
Lo más inquietante es que sabes que se está ocultando aun siendo inocente. El periodista lo intuye, y todo gira en torno a ese misterio. ¿Por qué un hombre se oculta durante años si no tiene motivos para esconderse?

Patético Redford camuflado con su gorrita de beisbol.

Patético Redford corriendo por el bosque cual damisela.

Patético Redford frente a un imponente y grandioso Nick Nolte.

Patético Redford frente a una divina y maravillosa Susan Sarandon.

Patético Redford haciendo a sus años de vigoroso papi de una niñita.

Patético Redford con su cara acartonada, auténtica momia de Tutankamon.

Patético Redford, execrable, repugnante y ridículamente patético de principio a fin.