Máxima velocidad

Madre mía, ójala el cine actual de acción fuera así.

¿Carece el filme de clichés? No. ¿Deja Keanu de ser un soso? No. ¿Hay elementos que provocan incedulidad? Sí.

Pero poco impota. La peli ha envejecido COJONUDAMENTE y sigue siendo tan pelotera como lo fue antes. Seguramente porque en los 90 aún se sabía planificar. O tal vez porque no se abusaba el CGI. O porque el guión, las interpretaciones, la BSO... FUNCIONAN. Sencilamente.

Pese a quien pese, un clásico moderno de las action movies. Sin durar más de dos horas, sin franquiciarlo todo (ejem... vale, hubo secuela), sin Michael Bay, sin estereoscopía de las narices, sin captura de movimiento y sin zarandajas por el estilo.

Vamos, que le da de tortas a cualquier basura de alto presupuesto preñada de explosiones y FX visuales del XXI.

Un gustazo.

Madrid 9 de Marzo de 2009

Salgo del curso y como todos los días me tengo que dar la gran carrera para coger el autobús 74 que ya empieza a moverse de la marquesina. El conductor en un gesto de inusitada amabilidad, frena hasta que con la respiración entrecortada y el abono en la boca consigo subirme.

Me siento y me pongo el mp3 mientras atravesamos la Gran Vía entre coches y peatones.

De pronto un chico joven intenta subirse al autobús en marcha, el conductor le grita que no puede parar, pero el atlético hombre no ceja en su empeño, hasta que en la parada de Cibeles irrumpe a toda prisa y evita que las personas que esperaban en la marquesina se suban.

Me quito los auriculares mientras, con voz grave nos informa que es policía, que hay una bomba en el autobús y que estallará si intentamos salir. Al pobre conductor le da un ataque al corazón allí mismo, así que sin dudar ni un segundo le aparto y me subo a la cabina para conducir aquel trasto lleno de gente, al menos las 75 clases prácticas que di para sacarme el carné de conducir me servirán de algo.

Con tranquilidad y sin perder la calma, me adueño de la situación, voy circulando por la calle Alcalá, escoltada por varios coches de policía (luego vendrán más, porque tenemos a varias patrullas que se han perdido por Madrid) mientras, mi poli particular dentro del bus, empieza a hacerme ojitos (¡Parece que el viaje promete, hay que ver que mono es!)

La cosa se empieza a poner fea, Madrid está lleno de obras y no podemos circular con normalidad (Que no se me olvide dar las gracias al Canal de Isabel II, a Unión Fenosa, a Ono y a Gas natural, por todas las zanjas que tienen abiertas) Con muy buen criterio mi poli decide que nos metamos a dar vueltas por Barajas (Si es que además de guapo, el tío es listo, menudo partidazo)

Después de las típicas complicaciones, (el aeropuerto está nevado y no hay máquinas quitanieves, así que se tienen que poner todos los viajeros a limpiar las pistas con una pala) Aena nos informa que en el autobús llevamos líquidos prohibidos, así que si queremos seguir dando vueltas con el autobús, tendremos que tirarlos. Un agente del aeropuerto se sube para despojarnos de nuestros objetos (mierda, me han quitado un frasco de colonia de Emporio Armani que llevaba en el bolso, ¡Qué ladrones!)

Mi policía no hace más que mimarme, (si lo llego a saber me pongo un poco más mona) desde hace un rato y pesar de la situación no me quita los ojos de encima, al final parece que el día va a ser interesante. De pronto gira los ojos hacia mi, pone sus manos en mi cara y me dice "Soy una rumberaaaaa" No entiendo nada...

(Sigo en spoiler por falta de espacio)

Un peliculón de principio a fin, lleno de acción desenfrenada, explosiva y alocada, con unos toques cómicos, pero todo con orden.

Y es que esta película son de esas que uno se pone a verlas y si hay que verla otra vez no importa. Empieza la película y ya de principio se palpa la acción y la tensión, y uno puede imaginar lo que le espera, pero conforme avanzan los minutos, la película se va volviendo más y más interesante, y se va llenando escena tras escena de emoción y acción, y no dejando sitio para el aburrimiento y la desidia.

Como suele pasar, muchas películas de este tipo, tienen un final rápido, apresurado y falto de sentido, pero en el caso de esta película, no tiene nada que ver con eso, sino más bien todo lo contrario y donde deja a uno con ganas de que la película no se acabe ahí y siga.

Por último señalar que una película de acción, hay que saber actuar y saber poner caras, y en esta tanto Keanu como Sandra lo hacen como nadie, haciendo llegar al espectador los sentimientos y emociones e implicando a estos en cada situación de peligro.

Taquillazo de los 90 que nos puso cara de velocidad a todos y que ha aguantado muy bien el paso del tiempo, a pesar de que sus escenas de acción carezcan del abuso informático de nuestros días.

Tras la tensa escena del ascensor, en la que se nos presenta a Keanu como si de un superhombre se tratara, nos llega el verdadero nudo de la película: un terrorista ha puesto una bomba en un autobús que estallará si disminuyen la velocidad.

Y aquí es cuando llega el partenaire femenino de Keanu, una casi desconocida Sandra Bullock que toma el volante de la situación y cuya química con Reeves es excelente. La tensión está asegurada a lo largo del metraje, gracias a buenos golpes de efecto y escenas llenas de adrenalina. Para amentes de la buena acción

Lo mejor: Sandra Bullock
Lo peor: el personaje de Jeff Daniels no pinta nada

La isla de los famosos, Gran hermano, Gran Hermano vip, La granja, Hotel Glam, Supervivientes, Operación triunfo, La casa de tu vida, Popstars... todos ellos son programas en los que transcurre vida dentro de un único recinto, ya sea casa, academia o cabaña rural. Y más o menos tienen su puntito, ya que cuando repiten años tras años con la misma canción por algo será. Sin embargo, hubo uno que pegó el batacazo y duró en antena menos de un suspiro. "El bus". Y es que es verdad; ¿Qué tiene de interesante la vida en el interior de un autobús? Prueba a pegarte toda una jornada dentro de uno y te darás cuenta de que no hay absolutamente nada que contar salvo las largas y desesperantes horas.

Pues los tíos encargados de Speed nos demostraron que cuando se tiene recursos imaginativos se puede sacar petróleo de donde sea, incluso del interior de un bus.
Muy a la linea del cine de los 90, protagonizada por dos clásicos de la época; Reeves y Bullock. Y los dos encarnando a chicos solteros, pa que puedan follar a gusto sin cargo de consciencia. Lo que yo te diga, en la linea de los 90.