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Voto de Starsailor:
7
7,6
117.693
Drama
Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre (Barbara Hershey), la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las exigencias del severo director (Vincent Cassel) se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión ... [+]
16 de diciembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nina (interpretada por Natalie Portman) es una joven bailarina con una impecable técnica y una rígida disciplina, que sueña con deslumbrar en el gran teatro interpretando a la Reina Cisne, el personaje principal de la obra de Tchaikovsky, El Lago de los Cisnes. Vive con su madre, una exbailarina frustrada que no ha alcanzado la gloria, hipercontroladora y sobreprotectora con su hija.
Se trata de una película que puede gozar de diversas interpretaciones, puesto que cuenta con gran cantidad de simbolismos y metáforas a lo largo de su transcurso. Sin duda, el eje central gira en torno a la construcción de la personalidad y al sacrificio personal, así como la manera en la que nuestra estabilidad mental y por ende nuestra percepción de la realidad puede verse trastocada en momentos de gran estrés y carga emocional.
En este caso, Nina es una joven reprimida y desconectada de sus instintos más íntimos, mayormente por culpa del excesivo control que ejerce su madre en ella. Tanto en su dormitorio como en sus actos se ven numerosos ejemplos de su falta de madurez sexual: numerosos peluches, tonos rosados y pastel, la cajita de música, una madre que la llama a todas horas y que no se despega de ella, que irrumpe constantemente en su vida privada… todo ello correspondiente más a una niña de 8 años más que a una adulta incipiente.
El film es un símil muy representativo de muchísimos artistas y de otros genios que a lo largo de los años nos han sorprendido con su extrema habilidad. Muchos de ellos, como se ha comprobado, han tenido que renunciar a una vida de estabilidad y comodidad por el hecho de poder deslumbrar por encima de los demás. Es un hecho que cuanto más se quiere destacar en esta vida, mayor será la fuerza interior que se debe poner en ello. Así, cada uno decide cómo invertir su fuerza interior, si en una vida calmada, sin grandes sobresaltos pero marcada por el anonimato, o bien en una vida llena de bajadas y subidas, en la que todos los esfuerzos se van a poner en que la subida sea lo más duradera posible e ilumine a cuantos más mejor. Porque el espectáculo, así como la vida, deben continuar.
Se trata de una película que puede gozar de diversas interpretaciones, puesto que cuenta con gran cantidad de simbolismos y metáforas a lo largo de su transcurso. Sin duda, el eje central gira en torno a la construcción de la personalidad y al sacrificio personal, así como la manera en la que nuestra estabilidad mental y por ende nuestra percepción de la realidad puede verse trastocada en momentos de gran estrés y carga emocional.
En este caso, Nina es una joven reprimida y desconectada de sus instintos más íntimos, mayormente por culpa del excesivo control que ejerce su madre en ella. Tanto en su dormitorio como en sus actos se ven numerosos ejemplos de su falta de madurez sexual: numerosos peluches, tonos rosados y pastel, la cajita de música, una madre que la llama a todas horas y que no se despega de ella, que irrumpe constantemente en su vida privada… todo ello correspondiente más a una niña de 8 años más que a una adulta incipiente.
El film es un símil muy representativo de muchísimos artistas y de otros genios que a lo largo de los años nos han sorprendido con su extrema habilidad. Muchos de ellos, como se ha comprobado, han tenido que renunciar a una vida de estabilidad y comodidad por el hecho de poder deslumbrar por encima de los demás. Es un hecho que cuanto más se quiere destacar en esta vida, mayor será la fuerza interior que se debe poner en ello. Así, cada uno decide cómo invertir su fuerza interior, si en una vida calmada, sin grandes sobresaltos pero marcada por el anonimato, o bien en una vida llena de bajadas y subidas, en la que todos los esfuerzos se van a poner en que la subida sea lo más duradera posible e ilumine a cuantos más mejor. Porque el espectáculo, así como la vida, deben continuar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La actitud del director de la obra puede ser vista como parte de un acoso sexual premeditado y malicioso, pero también como un “favor”, puesto que es quien la impulsa en su auto búsqueda liberatoria. Le aconseja que “se toque”, “que viva un poco”… Todo ello la conducirá por un sendero tumultuoso, ayudada en sus inicios por Lily, una verdadera “alma libre” dentro de la compañía. Es probable que en realidad Lily nunca haya hablado con Nina, ni se hayan ido de copas… ni mucho menos haya acabado en su cama, y que todo ello haya sido producto de la obsesión de Nina por ser como ella.
Llega un momento en el que la tensión en la mente de Nina es insoportable. Su personalidad se desdobla, ante la incapacidad de su subconsciente por domar dos formas de ser completamente opuestas. En su alucinación, se ve reflejada en espejos con una expresión totalmente distinta a la suya habitual, aminando por la calle de una manera y con una apariencia que dista mucho de la normal, manteniendo relaciones sexuales con Thomas… Es probable que todo ello no sean más que alucinaciones, pero también es posible que sean reminiscencias de un verdadero recuerdo, es decir, que realmente Nina ha desarrollado una doble personalidad y que su “cisne negro” va por ahí haciendo todo lo que ella se tiene prohibido.
Además, está lo de las marcas que le aparecen en la espalda, que en el momento de clímax paranoide máximo dentro de la película evolucionan en una mutación al más puro estilo de película de terror, donde cual hombre lobo en luna llena se transforma en un verdadero cisne negro. Ese es justo el momento en que Nina ya está lista para entregarse al arte, ha sacrificado su cordura y su eterno autocontrol a cambio de la liberación. O, dicho en sus propios términos, por la perfección. Pues ser perfecta tiene su precio, y en este caso es su propia vida.
Al final de la película Nina alcanza el éxtasis, logra su objetivo y se libera. Pero mientras el voluptuoso cisne negro está en su apogeo, el perjudicado cisne blanco no tiene otra opción que morir. Y aquí es donde la genialidad del mensaje del film reside, pues este cisne blanco muere dentro de la obra y también en el mundo real. La “Nina blanca” se debilita, desaparece la pequeña niña frígida, al igual que sus peluches, incluso su técnica estricta y extremadamente disciplinada se ve perjudicada (comete un error garrafal en mitad de su representación del cisne blanco). En su lugar aparece una “Nina negra”, más sensual y apasionada, capaz de plantar cara por fin a su castrante madre y de hacer lo que quiere, sustituir las lágrimas por el asesinato (aunque sea el suyo propio) y de bailar con la desbordante pasión y sentimiento característico de una estrella.
Llega un momento en el que la tensión en la mente de Nina es insoportable. Su personalidad se desdobla, ante la incapacidad de su subconsciente por domar dos formas de ser completamente opuestas. En su alucinación, se ve reflejada en espejos con una expresión totalmente distinta a la suya habitual, aminando por la calle de una manera y con una apariencia que dista mucho de la normal, manteniendo relaciones sexuales con Thomas… Es probable que todo ello no sean más que alucinaciones, pero también es posible que sean reminiscencias de un verdadero recuerdo, es decir, que realmente Nina ha desarrollado una doble personalidad y que su “cisne negro” va por ahí haciendo todo lo que ella se tiene prohibido.
Además, está lo de las marcas que le aparecen en la espalda, que en el momento de clímax paranoide máximo dentro de la película evolucionan en una mutación al más puro estilo de película de terror, donde cual hombre lobo en luna llena se transforma en un verdadero cisne negro. Ese es justo el momento en que Nina ya está lista para entregarse al arte, ha sacrificado su cordura y su eterno autocontrol a cambio de la liberación. O, dicho en sus propios términos, por la perfección. Pues ser perfecta tiene su precio, y en este caso es su propia vida.
Al final de la película Nina alcanza el éxtasis, logra su objetivo y se libera. Pero mientras el voluptuoso cisne negro está en su apogeo, el perjudicado cisne blanco no tiene otra opción que morir. Y aquí es donde la genialidad del mensaje del film reside, pues este cisne blanco muere dentro de la obra y también en el mundo real. La “Nina blanca” se debilita, desaparece la pequeña niña frígida, al igual que sus peluches, incluso su técnica estricta y extremadamente disciplinada se ve perjudicada (comete un error garrafal en mitad de su representación del cisne blanco). En su lugar aparece una “Nina negra”, más sensual y apasionada, capaz de plantar cara por fin a su castrante madre y de hacer lo que quiere, sustituir las lágrimas por el asesinato (aunque sea el suyo propio) y de bailar con la desbordante pasión y sentimiento característico de una estrella.