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España España · Valencia
Voto de Chuso:
3
Drama Verano de 1957. El expiloto de carreras Enzo Ferrari está en crisis. La bancarrota acecha a la empresa que él y su esposa, Laura, construyeron de la nada diez años atrás. Su tormentoso matrimonio se encuentra en medio de una gran crisis, mientras lidian con la muerte de su hijo. En esta crucial etapa, Ferrari tomará decisiones arriesgadas apostándolo todo en una única carrera que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia: la Mille Miglia. [+]
12 de marzo de 2024
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contexto

El veterano director Michael Mann nos presenta a través de Ferrari una película "a cavallino" (os prometo que ya paro) entre el drama y la biografía del mítico constructor de bólidos deportivos de color rojo de nombre Enzo quien fundó de la nada, no sin antes cruzarse con dificultades personales y financieras por el camino, la que aún en la actualidad es considerada como una de las marcas mas icónicas del mundo del motor y de la historia del automovilismo.

Mann representa a un Enzo Ferrari (Adam Driver) adulto visto fundamentalmente desde tres perspectivas: la sentimental, la de hombre de negocios y la de jefe de equipo de sus pilotos. En primer lugar en cuanto a la amorosa su fallido matrimonio con Laura Ferrari lastra su vida cotidiana mientras trata de rehacerla clandestinamente con Laura Bardi, en segundo lugar como el empresario que tiene que mantener una marca a flote que no vende tantas unidades comerciales como desearía a pesar o por (conforme se quiera ver) de su prestigio y en tercer lugar como el líder de un fabricante de deportivos caracterizado por estar destinado a superar cualquier récord (como el del Autódromo de Módena) carrera (como las Mille Miglia) o rival (como Maseratti) que se le pusiera por el camino.

Valoración

Al contrario de lo que tan apasionante contexto podría atisbar (especialmente para un tipo de público como en el que yo me integro amante del deporte de motor especialmente la Fórmula 1 donde la marca de Marca de Maranello es toda una institución en sí) sobre todo la obra me resulta que se queda muy corta por no decir floja. La plana, poco original y previsible trama sentimental se come un trozo muy importante del pastel lo que la desluce sin tampoco arrojar nada memorable en la conducta del famoso empresario que haga que se quede en la memoria de los espectadores.

Tampoco logra emocionar su relato respecto a los conductores el más tarareado de ellos, el Marqués Alfonso de Portago, quien por cierto fue el primer el español en participar en la máxima categoría del automovilismo participando en un total de 5 grandes premios entre dos temporadas de los que solo terminó 2 carreras con un quinto y un segundo puesto lo que supuso el primer podio español y el único hasta el GP Malasia 2003, es retratado de una forma superficial (puede que merecida) de manera que poco permite al espectador empatizar con él (apenas mantiene el interés por si le firma un autógrafo o deja de hacerlo al hijo extramatrimonial de Enzo).

Tan solo se pueden recuperar algunos destellos de brillantez relevantes en aquellos momentos en que el personaje de Adam Driver se relaciona con sus pilotos, cual entrenador de fútbol con sus jugadores, con un estilo siempre directo, honesto y sincero basado en una actitud estoica forjada a partir de desgracias pasadas.

Asimismo también me resulta interesante cómo se retrata en un momento dado el papel de los medios de comunicación como una pata más también de suma importancia pese a que a veces no lo consideremos de cualquier entramado deportivo/empresarial. En este caso por medio de un periodista que accede a un intercambio de información con Enzo Ferrari consistente en la publicación de un rumor falso e interesado acerca de un posible acuerdo entre Ford y Ferrari para hacer subir la puja que tanto necesitaban la casa Fiat a cambio de una futura exclusiva de Enzo Ferrari sobre su vida privada.

También me llama la atención y esto es algo recurrente cuando veo imágenes de carreras antiguas la escasa seguridad para pilotos y aficionados que existía entonces. En particular esta película me ha permitido descubrir la prueba de la Mille Miglia una especie de Giro de Italia disputado entre Brescia y Roma con la pequeña diferencia de que en lugar de pasar bicis a 50 km h por las calles de Italia lo hacen monoplazas a casi 200 km/h ¿Qué podría salir mal?

Dicho esto hay momentos en que se disfruta subido a estos carros de alta velocidad (desde la comodidad y la seguridad que te da la butaca de la sala de cine claro está) de esta maratón por la bonita península itálica hasta que se suceden unos horribles en el mal sentido de la palabra accidentes (incluso en el trailer se puede apreciar). Hace poco vi la clásica Ben-Hur con William Wyler y Charlton Herston a los mandos y no se si será porque en ese rodaje les daba igual si moría algún extra pero lo cierto es que los efectos especiales me parecieron mucho mejores. La sensación es que hoy en día es más fácil y barato recrear estas escenas a través de un programa informático que si bien puede hacer que el resultado quede menos realista los condicionantes previos hacen que compense y de qué manera el outcome resultante a fin de cuentas.

Por último, respecto a las interpretaciones he de decir que desde mi humilde opinión de experto no soporto a Adam Driver, me transmite bien poco, no sé porque muchas veces lo confundo con Adrien Brody pero lo cierto es que acaba resultando su marca blanca. Tampoco entiendo porque razón le caen últimamente todos los papeles de figuras históricas italianas hace poco con Gucci y ahora con Ferrari cuando realmente tiene entre poco y nada de italiano. En definitiva me aburre (algo lo cual peligroso en una obra en la que cuenta con un protagonismo tan vital) y hace que me cuestione si el hecho de que ambas superproducciones con él de protagonista hayan terminado en decepción para crítica y público tengan en el actor estadounidense más parte de culpa que de solución.

Sobre Shailene Woodley en su papel de Laura Bardi en cambio no me molesta aunque volví a casa con cierto desconcierto sobre cómo una mujer tan normal, simpática de cara angelical podía encajar en la compleja vida de Enzo pero insisto no me molesta. Finalmente la que no solo no me disturba sino que además considero que salva los muebles de la producción es una vez más Penélope Cruz.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chuso
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