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La caída del imperio americano

Comedia. Drama Pierre-Paul, de 36 años, un intelectual y doctor en filosofía se ve obligado a trabajar como repartidor para tener un salario decente. Un día, mientras entrega un paquete, se topa con la escena de un robo a mano armada que ha salido mal con un resultado de dos muertos. Se encuentra con dos bolsas de deporte repletas de billetes. Pierre-Paul se enfrenta a un dilema: largarse con las manos vacías o coger el dinero y huir... Sucesora ... [+]
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
5 de abril de 2019
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me acerqué a ver esta película por los recuerdos que me dejó su interesante ‘El declive del imperio americano‘ [1986], aunque me extrañó sobremanera que para la actual su realizador eligiera, prácticamente, el mismo título; lo que me pareció incluso un intencionado intento de no darle a este largometraje la importancia que merece una obra principal.

Y, en efecto, así es.

Se trata de la típica película que cualquier televisión privada te puede proponer un domingo cualquiera a la hora de la siesta: fría, levemente irónica, televisiva, alemana, de encargo y, sobre todo, intrascendente

Muy propia, también, de un cine quebequés que no suele alumbrarse con lo mejor del cine francés, y, en consecuencia, no derrocha alma ni profundidad sino simple corrección.

Por tanto, una realización profesional, una fotografía muy plana, una interpretación cumplidora, una puesta en escena al uso, una banda sonora minimalista y un montaje casi de compromiso.

Como suele ocurrir cuando el director se hace cargo del guión, éste se hace un lio queriendo abarcar tanto a la vez: progresismo, anticapitalismo, anticorrupción, antiimperialismo, antisistema, buenismo…, recordando aquel cine de culto que nada cultiva realmente, porque nada transmite durante sus dos largas y tediosas horas de duración.

Con el agravante de que la historia del trío de personajes resulta tan inverosímil como teatralmente gélido, hasta el punto de que la impactante belleza de la protagonista, Maripier Morin, mal interpreta y no aporta el menor atisbo de sensualidad, limitándose a exhibirse como modelo predominantemente televisivo que es.

En fin, un producto de Denys Arcand, muy influenciado siempre por sus orígenes de documentalista, esta vez sin saber cómo filmar su mensaje de siempre de modo que mantenga el interés del espectador.

Las notas altas de la crítica me resultan ya tan poco creíbles como las encuestas políticas.

Pretencioso y fallido film de un realizador agotado en su fondo y formas [3 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2019/04/06/la-caida-del-imperio-americano-canada-2018-de-denys-arcand
elquicio
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3 de abril de 2019
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es fatigosa conceptualmente, cuando no machacona. Está preñada de diálogos contra el dinero, el capital y contra lo que suene a imperialista, que de ahí ese título señuelo, que sugiere que es una película norteamericana cuando todo se desarrolla en Canadá. Por momentos parece una clase didáctica sobre la evasión de impuestos a gran escala. Por otra parte la trama está hecha a medida de su disruptivo discurso, con una relación entre los dos protagonistas que resulta increíble desde todos los puntos de vista, como casi todo lo que ocurre.

Para el guión hay unos buenos, un chico más bien anodino que admira a los grandes clásicos de la literatura, una prostituta guapísima y con aspecto quizá demasiado pulcro, un ex presidiario motero, y cualquiera que no sea de clase acomodada. Otros malos, cualquiera que tenga algo de poder, los banqueros, los abogados, los policías etc. Eso si, los buenos son los que se quedan con dinero de la mafia, pero como están henchidos de buenas intenciones, como claman contra injusticias varias y obsequian con algo de lo que han robado a sus amigos más desfavorecidos, se antojan doblemente buenos.

Lo más llamativo es que a pesar de tanta contradicción, la película se disfruta gracias a su excelente realización, a su buen acabado técnico. Por momentos funciona notablemente cuando no se muestra reacia a centrarse en el interesante thriller que propone, por más que al mismo tiempo lo guarde con cierto recelo, como si el director lo considerara un género menor. Hasta donde podía haber llegado si se hubiera facturado una película de género nunca lo sabremos, pero sin duda había (y algo queda) una excelente película dentro del desigual y algo capcioso metraje que finalmente nos presentan.
East
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10 de noviembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia es muy mala, un "chico" culto pero idealista tiene un conflicto del todo inverosímil. Todo mal.
Es un jovencito inocente de ¡36 años!, que es culto y sabe mucho de los clásicos pero actúa como si fuera retrasado mental, como imbécil pues; además es idealista y bueno pero a la primera oportunidad se roba un montón de dinero de entre cadáveres en medio de un robo de mafiosos.
Ese chico culto, bueno, idealista y sano, pues lo primero que hace es pagarse a la prostituta más cara de Montreal, quien, además de muy bonita (eso si), es buena y tiene un gran corazón, sana, amable, da cachuchazo (así dicen en el bajo mundo mexicano cuando una prostituta concede sus servicios gratis). De paso, el mundo, la vida de la prosti, es casi perfecta, tiene un penth house de lujo, muy lindo, todo muy limpio, no hay drogas o alcoholismo, parientes enfermos o mala onda. Bueno, hasta su ayudante-guardaespaldas es un chico muy sano y simpático.
Para completar el cuadro, este chico inocente y bueno pide ayuda para lavar y administrar ese dinero a un señor que recién sale de la cárcel por ser un famoso defraudador. Ese delincuente es sumamente bueno y ayuda en todo y desinteresadamente al chico bueno y su novia prostituta buena.
El conflicto, completamente tonto, es sólo cómo aprovechar ese dinero sin que los dueños mafiosos o la policía los cachen. Y ya no les cuento que pasa porque seguramente ya lo adivinan.
Este tipo de basura cinematográfica se produce desde hace mucho en Holywood, por montones, donde destacan algunos nombres que han hallado el modo de hacer rentable el mal cine. Actores como Adam Sandler, Kevin Jones y Ben Stigler me vienen a la mente.
En este caso es una película canadiense, pero con la misma malísima calidad; es tan mediocre que tampoco puede pelear un lugarcito entre aquellas cintas de serie B que de tan malas se vuelven interesantes.
Desde luego, como en Holywood, la parte técnica, fotografía, iluminación, audio, continuidad, etc. no tienen problema. Pero el contenido es infame.
En suma, cualquier tiempo que le dediquen a este bodrio es una pérdida de tiempo.
Yo caí en ella por ocio y porque vi sólo puntos verdes en las críticas de Filmaffinity. Por eso, aprovecho para reclamar un poco de rigor en el asunto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Emiliobrath
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1 de abril de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película más que interesante en forma de fábula social y política ácida, en ocasiones cubista, pero no lejos de ideas, actitudes y concepciones actuales y de siempre muy aleccionadoras. Pero eso sí, un cuento en forma de thriller-comedia, no hay que buscar verosimilitud. En este mundo de ruido, insatisfacción y corrupción, hay mucha gente harta y se empiezan a oír voces que cantan valores eternos, ideas sublimes, a lo que en teoría no se lleva, a lo que rompe con la tónica liberal leonina. Ya fue dicho por Cristo hace más de 2000 años, el de ‘abajo’ estará ‘arriba’; Lucas: 14: 11: “…el que se ensalce, será humillado; y el que se humille será ensalzado”.

Pierre-Paul es un joven de 36 años, doctor en filosofía obligado a trabajar como repartidor y de espíritu filantrópico. Por cosas del azar (del ‘fatum’) se convertirá, tanto en millonario como en individuo acosado, cuando tras asistir a un atraco frustrado llega a hacerse con el botín que yacía en suelo junto a su furgoneta de reparto. Es una sucesora temática de las películas de Denys Arcand: 'El declive del imperio americano' (1986) y 'Las invasiones bárbaras' (2003).

Excelente dirección y guión de Denys Arcand en una obra que consigue un brillante ritmo narrativo y que acierta con unos hábiles diálogos. No hay más que ver la escena inicial de la conversación en la cafetería que es un sopetón de delirio, sarcasmo y filosofía sobre el sentido actual de la inteligencia y otros. Ello, junto a un certero retrato de los personajes que devienen individuos reconocibles y creíbles. Y qué decir del dinero del que se apropia el protagonista. El tal dinero es un ‘macguffin’ en toda regla, o sea un subterfugio para poder Arcand discurrir sobre lo que le importa: la injusticia y la desigualdad.

La cinta de Arcand es ante todo un arma con la que el director canadiense arremete prácticamente contra todo bicho viviente. La reprobación de Arcand va tanto contra la simple clase media como contra los millonarios, le atiza fuerte al gobierno, a la policía, las corporaciones que evaden impuestos por tanto paraíso fiscal como puebla el mundo. Le atiza a la ingeniería financiera, a estamentos como la FIFA y el COI, las falsas fundaciones tipo ONGs que sólo pretenden evadir impuestos; y no se escapan la Justicia, los gobiernos y por supuesto la política. En fin, estopa para todos, una embestida a discreción dirigida a esta sociedad nuestra tan movida por el afán de riqueza y los instintos más inconfesables.

Abunda la película a veces en lo caricaturesco y lo surrealista con altas dosis de ironía y pulla, aspectos estos en los que destaca. Es una obra donde confluye el thriller con el cine de gánsteres; igualmente tiene toques de comedia con ocurrentes y mordaces diálogos en los que destaca particularmente. Película de crítica que se construye sobre la base de una estética clásica ayudada por la fotografía de un talentoso Van Royko que alterna la luminosidad con los ambientes sombríos.

El reparto, desconocido en España, es digno de mención, no sólo por la calidad de los actores y actrices que participan, sino también por la sabia elección de los mismos. Alexander Landry está más que convincente en su rol principal de joven filósofo, pánfilo e idealista que se tropieza con una gran cantidad de dinero, lo cual es el punto de arranque de la historia. Maripier Morin, presentadora y periodista en la realidad, está más que mejor; las falencias como actriz las suple sobradamente con su personalidad y su bellísima estampa, más que acorde en su papel de prostituta de lujo que acaba ganada para la causa (buena); actriz que puede tener una proyección internacional de futuro. Rémy Girard borda su trabajo de ex-presidiario experto en economía y blanqueo de dinero, a la vez que le da el físico, el psíquico y su repertorio actoral. Louis Morisette y Maxim Roy encarnan con gran solvencia sendos cínicos e insistentes policías con los que hay que tener cuidadito. Pierre Curzi es de los que más me ha gustado, encarnando a todo un tiburón de las finanzas ‘black’, un gestor influyente y en la cumbre de las operaciones dinerarias más turbias; lo hace todo bien, sobre todo cuando mira fijamente a la cámara: da miedo. Y acompañando un reparto de secundarios muy bueno.

A Arcand no le gusta nada esta sociedad capitalista y en línea con esta idea, ya rozando los ochenta años (¡ahí es nada!), ha conseguido construir una cinta trepidante, plena de sorpresas y muy divertida, donde se subvierten muchas preconcepciones sociales. Aquí, el ladrón es honrado y los policías de cuidado, el dinero un subterfugio y la ayuda al prójimo una firme convicción. Arcand, como tantos de nosotros, estamos cansados de ver a tanto mendigo y gente pobre desamparados por los capitostes, los gobernantes y el poder. Con tres patas de banco de dudosa consistencia: un joven bobalicón y filósofo, una ‘escort’ de lujo y un experto defraudador salido de presidio, consigue hacer una obra que podríamos calificar de ‘probidad poética’, para quien quiera ver y escuchar.

Muy recomendable. Obra estimulante en la que su director, continuando su tónica cinematográfica, parece haberse dicho: ya que no podemos cambiar lo que hay, aprovechemos las goteras, ataquemos por las grietas y pasémoslo lo mejor que podamos.
Kikivall
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3 de enero de 2020
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Una de esas películas que no se estrenan todos los días, ni todos los años y que mezcla magistralmente los género del drama, el thriller político, la comedia y la critica social. Sobre todo esto último.
Poco se habla en esta web del cine doblado. En este caso, la película está bien doblada; destacando al protagonista y a la chica.
Anso Terman
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