El fotógrafo de Mauthausen

Cuando ves esta película sales con la sensación de que es una gran historia desaprovechada por una tacaña producción.
Parece un Estudio 1, (para los que no lo hayan conocido, es como una obra de teatro rodada) y es que los escenarios parecen de contrachapado, no son reales, es como si la historia transcurriese en un decorado. Todo el entorno resta credibilidad a lo que cuenta. lo mismo que el vestuario muy artificial. No entiendo por ejemplo lo del chalequito que luce Mario Casas debajo del pijama de rayas característico de los campos de concentración, en un rasgo de diferenciarlo del resto de presos, ni el modelo que luce al final con la boina de medio lado a modo de estereotipo de resistencia francesa. Ni el maquillaje de Macarena Gomez que parece un mapache.
Tampoco ayudan a la cercanía con la historia algunos diálogos, como la escena de fuerza del protagonista, más propia de "Grupo 7". No termino de ver a Mario Casas en el papel, el físico no le ayuda, lucir un cuerpo atlético que marca pectorales desmerece algunas escenas y es que no basta para hacer creíble a un personaje sombrearle los dientes en amarillo.
El resto del reparto está más acertado.
En definitiva aunque hay buenos momentos como la recreación de las fotografías verdaderas que se consiguieron recuperar y que el guión se centre en la historia de los españoles, la película no me convence quizá porque haya otras muchas grandes películas de represión nazis y es imposible no comparar, y que el cartón piedra del campo desmerezca a la historia.

El fotógrafo de Mauthausen
Creo que hay dos formas de arruinar una película, con un actor protagonista mediocre pero mediático que no termina de encajar en el personaje , que aún no sabe actuar y cuyo físico atlético insulta a las víctimas que pretende homenajear.
Otra es utilizar todo el presupuesto para pagar a dicha estrella y descuidar toda la escenografía convirtiendo en cartón piedra reluciente recién sacado de la caja lo que debería ser un horrendo, sucio y siniestro campo de concentración.

Película que narra un momento de la historia de la humanidad muy sensible pero que en pantalla queda muy desangelada debido a un guion plano plagado de escenas frías y extrañamente carentes de vida que convierten la película en un desfile de actores que deambulan por pantalla reproduciendo frases de guion con una frialdad e indiferencia que impide transmitir emoción alguna.

Sólo un español testificó en los juicios de Núremberg, su nombre, Francesc Boix, ha pasado a la historia por poner su granito de arena en desvelar al mundo los horrores perpetrados por el nazismo, en aquellos infames campos de concentración construidos a lo largo y ancho de la Europa ocupada.

Es loable que el cine español se atreva con temáticas de esta índole, y la historia de este hombre merece sin duda los esfuerzos y el talento invertidos. Quizá sea por limitaciones de producción, o por una selección de los actores protagonistas cuanto menos discutible, pero tengo la impresión que el arrojo y la épica protagonizada por Boix durante su periplo como prisionero, no se traslada a la pantalla. No veo esa epopeya materializada, la cinta en ese sentido siempre me deja con ganas de más.

Espero en vano que me cuenten más cosas, que afloren los sentimientos y pensamientos de este pobre hombre ante una desventura compartida por muchos españoles, ocho mil pasaron por Mauthausen.

Por tanto abrazo la cinta con sensaciones encontradas. Es necesario que nuestro cine se embarque en este tipo de historias, que arriesgue en propuestas complejas, alejadas de ciertos convencionalismos que lastran su prestigio. No siendo el resultado del todo satisfactorio, prefiero quedarme con el propósito.

Ya saben que el penalty sólo lo falla el que lo tira

La productora, guionista y cineasta barcelonesa Mar Targarona nos presenta su tercer largometraje, una historia real que tuvo lugar durante la II Guerra mundial en uno de los campos de concentración, el de Mauthausen-Gusen en Austria, en donde un grupo de españoles se encuentran junto a los presos comunes, obligados a colaborar con ellos. El protagonista de la historia es Francesc Boix, un fotógrafo comunista que tuvo que exiliarse de España y que gracias a sus habilidades para plasmar en imágenes lo que estaba sucediendo fue reclutado por los nazis para que fotografiara los momentos que las SS creían era necesario tener documentado. En ese lugar tiene que convivir con otros ciudadanos españoles y de otras nacionalidades, y tiene que contemplar las crueldades de las acciones de esos criminales nazis.

La película retrata el día a día en ese lugar y después de una parte inicial en donde nos presentan a los diferentes personajes, se plantea un plan para retratar a los nazis utilizando las fotografías filmadas por el protagonismo, en donde quedaban plasmadas las atrocidades de los miembros de las SS.
La propuesta plantea un asunto interesante, pero a la hora de desarrollarlo se vuelve bastante monótono, por querer ser demasiado minucioso a la hora de retratar de la manera más precisa lo sucedido dando demasiados detalles y adolece una falta de ritmo y de alargarse en exceso. El proyecto mantiene el interés hasta el final porque lo que se plantea es atractivo, por la calidad artística y por unas interpretaciones bastante solventes, en especial la de Mario Casas en el papel del protagonista que tiene que hablar alemán en muchas escenas de la película, y que adelgazó 12 kilos para dar vida al fotógrafo español. Los secundarios cumplen tanto los que interpretan a los presos españoles como a los soldados alemanes.

Una película que sirve para poner de manifiesto la crueldad nazi, y para dar a conocer un hecho real con protagonismo español, pero sin ser mala creo que desaprovecha el asunto central para haber desarrollado una trama más interesante. A destacar la dirección de fotografía de Aitor Mantxola, el diseño de vestuario de Mercè Paloma y el diseño de producción de Rosa Ros.
Una propuesta que puede tener su público, y ya sabemos que Mario Casas tiene muchos seguidores sobre todo dentro del público femenino. No se vayan al terminar la película porque merece la pena quedarse a los primeros minutos de los títulos de crédito en donde nos muestran imágenes de archivo reales de la época mientras escuchamos de fondo una bonita canción.

LO MEJOR: La recreación de la época. Los títulos de crédito finales.
LO PEOR: Es demasiado plana y repetitiva.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net