El abuelo congelado

Nuestro querido Louis de Funès, es un industrial del mundo del embalaje que gestiona la fabrica de su mujer. Al mismo tiempo y en la zona polar, es descubierto un individuo congelado que resulta ser el abuelo de su esposa, y que termina viviendo en su casa. Como puede suponerse, los enredos no tardarán en aparecer y las escenas alocadas, disparatadas y estrafalarias serán el plato fuerte de esta distraída cinta, una de las mejores de toda la filmografía de Funès.
Tenemos un actor, Louis de Funès, posiblemente uno de los más famosos y taquillero de toda la historia del cine francés, y tenemos una larga serie de películas que protagonizó desde la década de los años 60, hasta principios de los 80.
Esta película sigue fielmente la línea chillona y estridente de todos sus films, algunos de calidad y otros bastante aburridos (no este). Es un film bobo, banal y tontorron, pero con un guión bien desarrollado y coherente, rodado única y exclusivamente para el deleite del ejercito de seguidores de Louis de Funès.
Recomendación: Distracción asegurada y para rellenar 80 minutos de buena risa sana e inocente.

Propuesta cómica de ritmo vertiginoso y de situaciones inopinadas en la que una estrafalaria concatenación de hechos -entre lo absurdo y lo original- deja al espectador perplejo y con una sonrisa pintada en los labios.
Ocurrente y disparatada, la película discurre como un torbellino de ingenio capaz de ocupar todos los minutos del film y de llenar la sala de proyección con un humor desenfadado pero poderoso.
Está construida con solidez, con coherencia formal, con equilibrio de alto nivel en todas sus partes y con un excelente sentido de la oportunidad.
Algunos de sus gags resultan memorables, otros entrañables y, en general, mantiene una atmósfera de espontaneidad y frescura que la convierte en opción muy recomendable.