L'Adieu à la nuit

El gran lastre del film puede ser la no profundización de los personajes, de sus múltiples aristas personales y de la historia que puede haber detrás. No siempre hay que desenmarañar toda la causalidad de cada movimiento, pero también interesa intentar entender todo lo que esconde cada movimiento personal. El punto de vista siempre es aire fresco. A pesar de que parece que la historia se centra en Kacey Mottet Klein entendemos que la verdadera guía de la trama es la abuela Catherine Deneuve. Su intento de analizar la situación y de intentar entender la actuación de su nieto es el gran acierto. No se trata como personaje de justificar, si no de intentar entender la lucha por la salvación de sus ideas por parte de una persona implicada y que se juega lo único que le alegra su vida. La trama gana peso cuando asistimos a esa lucha tanto interna como externa de entender a Deneuve, cauta, sigilosa y hasta demasiado precavida. La visceralidad no es parte de su personalidad y así lo demuestra hasta el fin. La esperanza sobrevive con ella. Así pues el guion nos muestra esa confrontación, a veces demasiado cauterizada, del intento de salvar lo que más queremos, con gran respeto (demasiado a veces) donde la culpa sobrevuela a sus personajes como un ítem constante pero oculto.

Mala sin paliativos. Hay una miniserie sueca que aborda el mismo tema, con un poco mas de complejidad y acercamiento al hecho del lavado de cerebro de los reclutadores del terrorismo islámico.

Techiné no consigue mas que mostrar a un par de estúpidos, con menos cerebro que un mosquito. No porque no se pueda acercar uno al tema sino porque no sabe hacerlo. Quizás las razones deberíamos buscarlas en "nuestro" occidente donde "acogemos" una inmigración sin conseguir integrarlos en nuestra cultura. El "fenómeno" no es comprensible desde la psicología ni desde la psicología social, sólo desde la clínica, analizando los déficits en la identidad de los "adeptos" y una lucha pretendidamente cultural y oportunista
El film es irritante, los actores irritantes, el guión inexistente y C.D, pone el físico sin apenas interpretación

La nueva película de Andre Techine aborda el problema del radicalismo islámico, en una historia donde una pareja de jóvenes pretender irse a Siria y unirse a las filas de Daesh con la esperanza de una muerte hermosa, en lugar de una vida con la que no están contentos.

Muriel que regenta una centro ecuestre donde realizan paseos por las montañas y enseña a montar a caballo, recibe con alegría la visita de su nieto Alex que quiere despedirse porque se va con su novia a Canadá. En un descuido le ve rezar en árabe algo que empieza a levantar sospechas, junto a su novia parece que traman algo y no es precisamente irse a Norteamérica...

La abuela claramente ve que a su nieto lo están manipulando y lavándole el cerebro por lo que decide actuar porque está viendo que lo va a perder. Un gran papel que interpreta la grandísima Cathrine Deneuve que a pesar de su acartonamiento en la cara por las operaciones de estética, realiza una interpretación fantástica.

No se quedan atrás la pareja Kacey Mottet Klein, que parece encasillado en papeles de rebelde y el de Oulaya Amamra que interpreta a su novia Lila, quien parece ser el origen de este fervor religioso.

La película no se centra en dar una respuesta clara de como se puede terminar con el deseo de matar a otras personas en nombre de Dios, un tema algo tabú esto de la radicalización extremista, pero sin embargo es un asunto del que hay que hablar. Pero la lucha la comenzarán en casa con una abuela que no quiere bajo ningún concepto perder a su nieto. Una película sencilla y a la vez rodeada de una gran tensión.
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