Afortunado debut del consistente actor Tommy Lee Jones al tomar un guión de Guillermo Arriaga, que resalta el valor de la amistad a la vez de ser una ácida crítica a la política antimigratoria de los EEUU detonada a partir de (una vez más en un guión de Arriaga) de la muerte de un personaje.

El inicio puede resultar un poco confuso pero conforme se desarrolla la historia las piezas van tomando su lugar dándole paso a una narración lineal en el momento de iniciar su recorrido para cruzar la frontera mexicana, que explora hasta lo mas recondito de la humanidad de los personajes representado en ese árido recorrido, representadas con esas subidas y bajadas en la sierra de Chihuahua.

Haciendo uso de un humor muy agradable, corrosivo y en momentos muy de la región, la dirección de actores es muy puntual y es que algunos diálogos pudieran ser poco comprensibles por la falta de conocimiento del espectador de la cultura de esta frontera, por lo que el acento en los diálogos de Tommy Lee Jones al hablar en español son mas que justificados. (en este lado del charco a este estilo de hablar se le conoce como "pocho" que significa gringo intentando hablar en español)

A destacar la áspera fotografía, la banda sonora muy representativa de la región con homenaje incluido por parte del autor al fallecido gran cantante regional Cornelio Reyna (me caí de la nube en que andaba), y a las peliculas mexicanas de luchadores (santo vs la invasión de los marcianos)

Una gozada!!

He aquí un compendio de todas las desgracias y vejaciones que un ser humano podría sufrir, parece que no se les ha escapado ninguna; pero es que el personaje protagonista, el Victorio del título, además de ser un mara que busca la redención, es hijo de una familia desintegrada y marginal, ladrón, dealer etc, y para colmo de males se cruza en su vida una chica (Irán Castillo) que lo ha sufrido peor, ella está infectada por el VIH, fue violada por su padre que la embarazó, sufrió un aborto, vende drogas, se acuesta con su jefe, familia desintegrada, la meo un perro y termina infectando a Victorio para hacer todo esto mas dramático, y lo peor es el tratamiento encuanto a la enfermedad, una mirada anclada en lo que se veía en aquellas películas retrógradas de los 80-90.

No dudo que las intenciones de los realizadores de está película eran las mejores, seguro buscaban darle voz y acción a ese olvidado y sufrido sector marginal cada vez mayor en mi pais, el realismo que intentan imprimir en cada una de las escenas queda totalmente desprotegido por un combo malogrado de un guión exagerado y sus diálogos insufribles, además de interpretaciones totalmente fuera de registro, quedando como resultado final una muy decepcionante película, tremendista como pocas.

Para destacar queda la construcción y la soberbia interpretación que consigue Roberto Sosa con su muy partícular personaje "Lulú", que sale a flote a pesar del fallido guión.

Adele cursa la preparatoria, le gusta la literatura, las causas sociales y comer espaguetis a la boloñesa con su familia; también empieza a conocer el amor y comienza a salir con algún chico de su escuela, pero, al cruzar una calle, en un intenso cruce de miradas, ella conocerá al gran amor de su vida; la chica del cabello azul. Y es esta intensa relación en lo que se centra el nuevo filme de Kechiche, largo en su duración pero que se pasa ligero en su visionado.

Y es que el director ha dado en el clavo en la correctísima elección de sus chicas, una experimentada Léa Seydoux y sobre todo, el gran descubrimiento al mundo del cine de Adele Exarchopoulos, de una belleza impresionante que llena la pantalla en todo momento, logrando entre las dos una química perfecta y sobre todo un duelo actoral que alcanza niveles soberbios.

Parte de la vida de Adele y el periplo de su amor con Emma nos son contados todo en primeros planos que desnudan los sentimientos de las chicas, pero también sus dudas, sus deseos, miedos y ambiciones, invadiendo la intimidad al grado de casi rozar la piel de ambas, en una de las escenas de sexo más bellamente jamás filmadas. La historia de un gran amor que termina como todos los grandes amores. Pero también la historia de un despertar a la vida.

La vida de Adele es de esas películas que permanecen para siempre en la memoria cinéfila.

American Hustle es una película simpática, amena, verborrágica pero intrascendente; en American Hustle todos mienten en pos de obtener algún beneficio, pero todos son buenos y con justas intenciones; los personajes viven en una constante representación de situaciones ficticias dentro de la ficción misma donde habrá de triunfar el mas vivo.

La ambientación y el vestuario están muy sobrecargados, tanto que distrae, todos parecen estar en una representación escolar o en alguna fiesta de disfraces, y el tono actoral anda por las mismas, todos están acelerados, hablan mucho, gritan y a veces no se entiende bien por que, Bale destaca con su interpretación, aunque también parezca exagerada su "gordura pro-oscars" y su ridículo peinado, Jeremy Renner muy mesurado y Amy Adams está perfecta, como siempre, aunque el escote, otra vez, parezca demasiado, ella está siempre bien, Bradley Cooper parece un tanto perdido y desubicado por mas que abra mucho los ojos y vocifere todo el tiempo, y Jennifer Lawrence montada en el caballo de "soy la actriz que el mundo esperaba".

Al final, la resolución llega de la manera mas anticlimax posible, y nos queda una sensación de esto ya lo vi antes, pero mejor. Quizás O Russell no vio Nueve Reinas.

Stray Dogs no es una película fácil de mirar. El cine de Tsai Ming-liang es de un rigor profundo y severo. Sin hacer uso de los artificios del montaje, el director apela a la observación detallada, minuciosa y sin prisas del universo que nos relata, y se toma su tiempo para mostrarnos a sus personajes; un padre de familia (siempre Lee Kang-Sheng) que trabaja sosteniendo un anuncio publicitario con el caos de la ciudad de fondo, y sus dos hijos, que viven en algún edificio marginal y abandonado y suelen recorrer un supermercado para alimentarse de las muestras gratis que ahí se dan.
Tsai nos muestra a estos personajes y su relación con 3 mujeres (o quizás solo sea una) y con los diferentes espacios (desolados, envejecidos y por momentos terroríficos) en los que se mueven y habitan. Y es justo ahí donde se marca la diferencia de un director que evita contar a detalle los aspectos de la vida de sus personajes, que no sabemos ni siquiera si lo que vemos está ordenado cronológicamente, sino que nos permite observarlos a través de su cámara, en una intimidad tremenda y descarnada, como si estuvieran atrapados entre la ciudad que los ignora y la mirada dolorosa del espectador.