En su época sería la bomba. Ahora sería la bomba fétida. En los 50 la imaginación y el talento daba para sacar montruos. Pero en las siguientes décadas el talento y la imaginación está hecha por monstruos de dos patas. Los muertos vivientes están muy vivos y son una ricura si s les da de comer. Lo poco que tiene de bueno es el aire de ansiedad entre las cuatro paredes y para de contar. Pensándolo bien La noche de los muertos vivientes bien podría ser Río Bravo en plan gore cutre. Y el final que vale un one point. Total un 6 por la gracia que me han hecho pasar esos animalitos de dos patas.