- "Eh, ¿de dónde salen esos soldados?
- Son coreanos del Sur. Me levanta el ánimo verlos.
El Sur contra El Norte y esta vez luchamos en el bando correcto".

Brioso film bélico, sobre todo en las estimables escenas de acción, con credibilidad en los combates, aunque sea bien cierto que despide un tufillo de cine propagandista que se soporta bien dado que la película es muy entretenida y deja buen sabor de boca.
Y esto es obra, sobre todo, de la garra e intensidad que le imprime su realizador, Joseph H. Lewis, autor de un buen número de célebres obras, entre las que destaca sobremanera "El demonio de las armas", un auténtico clásico, de serie B aparentemente, pero un ejercicio de cine vigoroso y conmovedor a la vez.
En esta ocasión los intérpretes lo hacen bien, aunque destaca la solvencia de Frank Lovejoy, que lo mismo hacía de bueno, como en esta ocasión, que de malvado criminal. Siempre creíble y más que estimable actor.
Una buena película en suma, no sé si demasiado vista, que recrea, no sé si a su manera (la yanki, claro), un hecho real durante la guerra de Corea.

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