"The Cord of life" es una historia de cómo Alus, un joven músico, se reencuentra con sus raíces a través de la relación con su madre, anciana y enferma. Pero también es la historia de cómo esa anciana, emprende el camino de la vida a la inversa, movida por el deseo de reencontrarse con sus padres. Ambos, unidos por un cordón, como si del cordón umbilical se tratara, se resisten a la urbe y la vida en un piso para juntos adentrarse en las enormes estepas de Mongolia y de la memoria generacional.

Sixue Qiao ha creado una roadmovie que tiene como carretera el sendero de la vida y que hará disfrutar y emocionarse a cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad, no sólo gracias a la interpretación de Yider y Badema, sino también, y sobre todo, porque su historia es universal.

Una parodia que se hace difícil de aguantar. Un insoportable Edmun Burker, interpretado de manera un tanto excesiva por Antony Langdon, te llevará desde el minuto uno hasta el último plano a preguntarte qué haces viendo esta película. Afortunadamente la contención de Nathalia Acevedo y la fotografía te convencen para verla hasta el final. Una reflexión sobre cómo en ocasiones la estupidez humana se convierte en cátedra.

Después de quedar maravillado por una primera temporada caracterizada por un elenco de personajes a cuál más increíble, con historias personales dramáticas bañadas con los toques precisos de humor; algunas secuencias deliciosas al puro estilo Wong Kar-wai; momentos divertidísimos en los "Ball"; llega la sengunda temporada y los estropea todo. Es como si los guionistas se hubieran dado un golpe en la cabeza y no recordasen nada de la primera temporada; como si de pronto se encontrasen con todos estos seres con infinitas posibilidades y decidieran empezar de cero, metiendo con calzador nuevas líneas argumentales, que con suerte duran un par de capítulos, sin llegar a nada, como el caso de los dos capítulos en que de pronto el activismo se apoderó de los personajes, para dejarlo en una simple anécdota. Un disparate sin ton ni son que no sólo echa al traste el argumento sino que además destroza a los protagonistas como Angel, deja sin evolución a Blanca, estanca a Elektra, que pasa de un drama personal a ser una bruja snob con toques cómicos. Lo único interesante de la segunda temporada es Pray Tell, e incluso en ocasiones éste resulta cansino, más de lo mismo. Una lástima el naufragio de "Pose".
Hazte un favor y ve sólo la primera temporada y fantasea en tu cabeza con el devenir de los personajes.

"Buh-ning" es una historia de amor protagonizada por tres psicóticos, tres personajes por los que difícilmente puedas sentir empatía. Jongsu, un mediocre que arrastra la falta de cariño familiar. Haemi, un ser perdido, una "gran hambrienta". Y Ben, un cínico aburrido de no tener necesidades.
Lee Chang-Dong, tras su anterior película, la bellísima Shi (Poetry), demuestra que puede cambiar de registro con un thriller incómodo que genera malestar desde el primer minuto, con su cámara en mano, su sonido ambiente y su fotografía hiperrealista. Un thriller en el que subyace la búsqueda de sentido por parte de sus protagonistas, quienes con gusto quemarían todo lo que les rodea y no les reconforta, sin importar las consecuencias.
Muy recomendable.

La película funciona bien, pese a los excesivos gestos sensibles que se dan desde el principio, gracias a la interpretación de los actores.
Quizá la moraleja esté en la propia línea amarilla. Larga, delgada, casi eterna. Una línea a modo de metáfora para separar el trato correcto entre desconocidos y los lazos casi familiares que pueden llegar a tejerse cuando se tiene un motivo común.
Lamentablementela falta de contención empuja la historia hasta el melodrama. Una lástima.