Novocaine es una película de acción y humor con un protagonista que no siente dolor, pero que en lugar de tener aires de Terminator es un personaje con miedo incluso a comer tarta. Y de pronto, tras el secuestro de la chica que le gusta, se transforma en algo así como John McClane persiguiendo y enfrentándose a los tres secuestradores despiadados y cínicos. Ahora bien, si asumimos esta premisa inverosímil, la película se las ingenia para funcionar como una comedia de acción al estilo de Kick-Ass.

Lo que llama la atención es que este "superpoder" de nuestro protagonista, su insensibilidad al dolor, no es un factor determinante en la trama ni influye en el argumento, pero consigue darle un aire único a las escenas de pelea y las situaciones adversas, aportando un tono desenfadado que hace que la película sea más amena y disfrutable.

En resumen, es una película sin pretensiones, con una trama extremadamente sencilla y un humor basado en la exageración y lo absurdo para ofrecer una mezcla de acción y comedia que, aunque no es revolucionaria, logra entretener gracias a su protagonista y su curioso enfoque del peligro.

Ludwig es una serie policiaca con toques de comedia con un protagonista que es creador de crucigramas con agorafobia, que se ve obligado a hacerse pasar por su hermano gemelo, un inspector de policía de Cambridge, para investigar su desaparición. No es una serie de humor, sino que usa el humor como un elemento más de la serie, como lo hacía la serie El Mentalista. Y si en El Mentalista nuestro protagonista era un Mago y estafador de Las Vegas que colaboraba con la policía para encontrar al asesino de su familia, en Ludwig tenemos a un protagonista muy metódico y analítico, pues es diseñador de acertijos. En ambas series los protagonistas conducen un coche clásico, si bien en Ludwig las escenas con el coche tienen un toque de humor, pues hablamos de alguien que no está acostumbrado a conducir.
He visto sólo el primer capítulo y en la típica escena de las series Closer, El Mentalista o Colombo cuando nuestro investigador reunía a un grupo de sospechosos, Lo que vemos es que en Ludwig y la puesta en escena es memorable, tanto por las reacciones de los presuntos acusados como de los policías.
Y además tiene ese punto amigable, el saber tocar la sensibilidad del espectador, pues ¿cómo puede vencer una persona con agorafobia sus miedos? Cuando hay algo más importante que abandonar la zona de confort, y es su amor por su hermano, por investigar cómo y por qué ha desaparecido.
La dirección tiene un estilo muy inglés, buenos planos, dinámica, y nos traslada a Cambridge. Una serie policiaca divertida.

La película es de un juguete, Barbie, pero se desmarca rápidamente del mundo de los juguetes para entrar en una guerra de sexos de las mujeres contra los hombres, buscando el odio en todo su metraje olvidándose absolutamente del amor. Con el afán de las superproducciones de Hollywood de llegar a todos los públicos consiguen que la película no le guste a nadie, pues es muy aburrida para niños, y parece que el muñeco de Ken sobra en el mundo de Barbie, algo así como para dejar claro que las niñas tienen que jugar con sus muñecas sin pensar en los chicos.
Ni si quiera Harley Quinn consigue arreglar un guión censurado por un cine Norteamericano que cada vez es menos creativo.

He visto el primer capítulo y la serie es una mezcla de géneros con un resultado divertido. La protagonista, según la serie, Miss Italia; y el protagonista, un policía medio turco medio italiano que va en moto. Y así entre los dos investigan un caso de un asesinato, con extrema tensión sexual, poses de macho alfa y escenas eróticas de telenovela. El policía protagonista nos da una masterclass de cómo entrarle a una chica invadiendo en todo momento su espacio vital, y la protagonista juega con él desde pintándose labios en una escena que parece de Instinto Básico, hasta insinuarle que no está para perder el tiempo si no hay boda. Si creíamos que CSI Miami, con chicas y chicos guapos le había dado un vuelco a las series de Colombo y la Inspectora Fletcher, Violeta como el mar da un paso más allá.
Divertida para pasar el rato.

Es una serie bien hecha, que podría ser sobre el mundo del vino o sobre cualquier otro tema. Entra de lleno en lo difícil que es enfrentarse a normas clásicas que todo el mundo ve como pilares de nuestra sociedad, en este caso del mundo del vino, dándole valor al criterio propio y al método científico de experimentar y aprender. Y trata de una forma directa y elegante el problema de los padres controladores, desde Francia hasta Japón.
La serie es amena y en cada capítulo avanzamos más en la historia, y nos engancha.