Para quienes nunca han tenido en sus manos un bolso de Hermés, es muy fácil darles el pego con una falsificación. Algunas falsificaciones están realmente conseguidas y parecen auténticas. Pero quienes han tocado uno de esos bolsos, verdaderos, enseguida perciben en el tacto, y al abrirlos, que están ante una copia. Lo mismo ocurre con el cine, con el cine de David Lynch, de Haneke, de Lanthimos. Quienes han visto poco cine, ven Irreversible de Gaspar Noé y creen, fácilmente, que están ante una obra auténtica y rompedora.
De este modo nos encontramos con un cineasta como Carlos Vermut, que rueda así y cuenta sus historias así porque él es así, y con Los Javis, que un día quieren ser Almodóvar y otro Carlos Vermut, mientras al espectador poco curtido se las dan con queso.

En un placer y un privilegio poder ver, en medio de una cartelera absolutamente infantilizada, una película verdaderamente amoral. Una película adulta.
La película arranca torpe, de un modo entrañable, y excesivamente subrayada. Algo propio de los cinestas que tienen 90 años. Muy del estilo del cine de Manoel de Oliveira, de Alan Resnais. Después la película va en aumento, creciendo, hasta un estupendo final.
Es cierto que a la película le ha faltado reposo, intención cinematográfica y cierta poesía para llegar a la altura de Match Point, pero resulta delicioso ver cómo Woody Allen invoca a los espíritus de Louis Malle y de Claude Chabrol para que rueden junto a él. Por no hablar de Eric Rohmer, con el que comparte tesis acerca del ser humano en manos del azar.
La actriz protagonista, bellísima, es una de las peores actrices que he visto en toda mi vida. Absolutamente negada para la interpretación, lo que hace la película aún más francesa y lo que hace que ame aún más a su personaje y a la película.

Si tras ver las épica, emocionante y poética Rogue One creíamos que Gareth Edwards iba a venir para salvar la ciencia ficción tras los baches de Neill Blomkamp, simplemente nos equivocábamos.
The Creator posee una dirección artística envolvente y realista. Un mundo futurista creíble, sucio y bello. Pero la historia es ingenua, mil veces vista y, lo que es peor de todo; desconectada emocionalmente. Los sentimientos no llegan a cuajar en este horno demasiado frío.

Una bonita película de terror para toda la familia. Con imágenes de horror turbador, pero disfrutable también para niños. Gótica, spooky grosera, una mezcla de Entre Tinieblas, el Código Da Vinci y un pasaje del terror lleno de sustos para Halloween. Posee una secuencia de terror realmente original y preciosa en un quiosco de prensa. Encantadora.

Scream VI deja a Scream V, que ya era una película estupenda, como mero ensayo y aperitivo para esta. Dejando a un lado la primera Scream, la fundacional, y la 3, que es mi favorita, Scream VI es el título más potente de toda saga después de la 2, de la secuela directa, que tenía todo lo que la primera pero más y mejor.
Scream VI es ingeniosa, cruel, auto-referencial, divertida, tensa, trepidante y oscura. Deja el listón altísimo para la siguiente. Un festín y una fiesta.