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España España · Zaragoza
Críticas de FulciO
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Críticas 13
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
18 de diciembre de 2015
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y llegó el día. Hoy, 18 de diciembre, esa nave espacial del entretenimiento que es Star Wars vuelve a aterrizar en las pantalla de cine de todo el mundo.
Lo bueno: que no es una de esas naves cromadas, relucientes y vacías por dentro que veíamos en La amenaza fantasma; es ese "pedazo de chatarra", sucia, destartalada y con algún que otro arrelgo, que los fans estaban reclamando desde hace años.
Lo malo: precisamente lo mismo. Dejen que me explique.

Jugar sobre seguro. Esto es con lo que J.J. Abrams habrá estado soñando desde que aceptó la dificil tarea de iniciar las nuevas entregas de la saga galáctica por excelencia. Podría tomarse como algo cobarde y negativo, pero viendo lo que hizo en entregas anteriores mr. Lucas, y viendo el resultado de este Episodio VII, toda este viaje por nuestros "lugares comunes" preferidos ha sido un gran acierto. Es justamente lo que necesitaba la saga, rendir cuentas y redimirse, gusten más o menos los Episodios I, II y III, de los errores del pasado. Una purga a través de la nostalgia, aunque a veces lo haga de forma abusiva, pero que sirve para resetear y poner a punto la nave. Devolver, o al menos intentarlo, lo que en algún momento significó Una nueva esperanza.

Entonces, ¿habrá quien la critique por no arriesgar? Por supuesto. Si buscáis, seguramente ya podréis leer decenas de reviews echando en cara a Abrams sus pocas ganas de querer contarnos algo nuevo. Sobre todo si tenemos en cuenta lo que hizo con su maravillosa versión de Star Trek, reboot inteligentísimo de esta otra saga espacial en la que no le tembó el pulso para hacer y desacer a su antojo, con un asombroso resultado final.
Pero amigos, no. La jugada maestra de J.J. ha sido la de reposar y reencauzar el universo Star Wars. Eso si, los que vengan detrás tendrán que ponerse las pilas porque esta formula sentimentalista no puede repertirse hasta la saciedad y los siguientes episodios deber mirar hacia delante.

Una pasada rápida, sin spoilear demasiado: el guión puede parecer poco innovador, pero no deja de tener sus sorpresas; John Williams está acertado pero desde luego no es su mejor banda sonora y se podría esperar más de él; los actores por lo general estás más que decentes, aunque es Daisy Ridley y su papel de Rey quien enamora y convence a la cámara durante toda le pelicula; su precioso diseño de producción recuerda tanto a la trilogía clásica que en algún momento el espectador puede sentirlo como una falta de originalidad. Sin ir más lejos los pocos planetas que veremos son un planeta desértico, uno helado y otro muy verde (ejem, ejem).
Así podríamos seguir hablando de su argumento, efectos especiales, maquillaje, criaturas... pero la tónica seguiría siendo la misma: intentar que la sombra de la trilogía original cubra todo a su paso. Hasta el acertadísimo título del film es ya en si una declaración de intenciones y ,sinceramente, uno se alegra de que la fuerza vuelva a tener ese aura mágica.
Resumiendo, el "fanservice", esa bomba nostágica que explota sin parar durante las más de dos horas de película, se convierte muchas más veces en un arma de doble filo.

Pero no se alarmen, vayan al cine y compren palomitas, dejen su hype en casa, disfruten con una clase de cine que ya no se hace y recemos todos juntos para que la saga siga haciendo lo que mejor se le da, hacernos sentir como niños subidos en el Halcón Milenario.

http://www.cineyotrasdrogas.com/
FulciO
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8
22 de enero de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Felicidad. Así es como sale uno del cine tras ver en pantalla grande Frozen. Un film que hubiera merecido estar en nuestra lista de lo mejor del 2013(http://cineyotrasdrogas.blogspot.com/2013/12/las-mejores-peliculas-del-2013.html) y que por dejadez no hemos podido ver antes. Y es que la nueva obra de Disney es tanto una magnífica película de animación para toda la familia, como el mejor musical en mucho tiempo.

El mejor acierto de Frozen, sin ninguna duda, es el equilibrio que logra mantener entre clasicismo Disney y renovación -sin ser una obra transgresora, no llevemos a nadie a engaño-, seguramente causado por los perfiles algo distintos de los dos directores, Jennifer Lee y Chris Buck.

Lo que a priori parte como una trama con ecos a otros films de la compañía y sus típicos personajes rechazados, como La bella y la bestia o Cenicienta, aquí consigue dar una pequeña vuelta de tuerca. De hecho, el film llega a dinamitar alguno de los grandes pilares-Disney: la aceptación total del antiheroe como protagonista (que ya vimos en ¡Rompe Ralph! o Brave), la ridiculización del amor a primera vista, proponer como aceptable el coqueteo con alguien ya comprometido e incluso reconocer la anormalidad o los defectos de la protagonista como algo positivo. Mientras que en La bella y la bestia la redención final, a través del amor, convertía al horroroso protagonista de nuevo en humano, esta vez Elsa, no sólo acepta su castigo como su verdadero yo, sino que lo proclama a los cuatro vientos (así lo deja claro el tema principal de la bso, que seguramente ya estaréis hartos de escuchar).

Pero como he dicho antes, tampoco nos podemos engañar. Frozen adolece de muchos de los clichés de la productora, como ese benevolente y rápido final o su empeño en considerar el amor como la salvación total ante todo. Por muy renovados que soplen los vientos desde el imperio de Mickey, Frozen sigue siendo Disney.

El film también tiene otros grandes aciertos, como la recreación en el humor tonto (que ya les dio buenos resultados en la más que destacable Enredados) mezclado con el drama clásico, el flirteo con la intriga palaciega, un guión con sorpresas que no trata a los espectadores adultos como tontos, sus excelentes números musicales perfectamente integradas con la trama (los primeros 30 minutos del film son perfectos, dignos del mejor Broadway), una buena banda sonora, el gran trabajo de los actores de doblaje originales (Kristen Bell, te queremos) o una calidad técnica admirable.

Los tiempos cambian, y Disney parece hacerlo con ellos. Por lo menos un servidor esta disfrutando con sus nuevas producciones y de momento me subo al barco e incluso me aventuro a soñar despierto: ¿Puede que hasta los próximos Star Wars estén bien?

Si le tengo que sacar algo malo a la película, es que haya tardado tanto en verla.

http://cineyotrasdrogas.blogspot.com.es/
FulciO
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8
22 de enero de 2014
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Es curioso el caso de muchos directores que en plena madurez, cuando ya tienen todo ganado y no necesitan demostrar nada a nadie, nos regalan alguna de las carreras más interesantes de la actualidad. El primer nombre que me viene a la cabeza es de Steven Spielberg, el gran rey midas de los años 80. Mientras muchos ven una leve bajada de calidad o compromiso en sus últimas obras, yo veo clase y autoría. La posibilidad de hacer lo que a uno le plazca y la falta de presión de una carrera ya consolidada, nos ha traído grandes obras, por mucho que haya quien no lo ha querido ver.

Esta misma sensación es la que me llevé al terminar The wolf of Wall Street y repasar los últimos 10 años de Martin Scorsese tras las cámaras. El italo-americano ha coqueteado con géneros como el documental (No direction home, Public Speaking, George Harrison: Living in the Material World), el terror (Shutter Island), el thriller (Infiltrados) o el cine infantil (La invención de Hugo) de manera modélica. Ahora nos llega su nuevo film y, contra todo pronóstico, es una comedia. Y ya no es que sea una de las mejores películas del año -si, me arriesgo a decirlo a mediados de Enero- si no que demuestra un brío tras la cámara como nadie en el presente cinematográfico.

El lobo de Wall Street es ante todo una comedia. Una comedia muy alocada e irreverente que muchas veces parece estar hecha con trazo gordo. Pero no nos engañemos, detrás de cada palabra malsonante, de cada kilo de cocaína, de cada pastilla que ingieren o de cada fiesta que vemos en pantalla, tenemos una de las mayores alegorías sobre el poder del dinero (o del poder en general) y sobre su capacidad de atracción (y de destrucción). Y es que en los 179 minutos que dura la película - de los que, por cierto, no sobra ninguno- Scorsese nos tira sin paracaídas dentro del soñado american way of life, nos deja beber de él (lo saboreamos y lo disfrutamos) para luego vomitarlo sobre nosotros mismos.

Pero Escorsese no está solo. Para este descenso a los infiernos que nos presenta el director, se ha rodeado de los mejores compañeros de viaje. Como copiloto tenemos a Terence Winter, el laureado guionista televisivo conocido por Los Soprano o Boardwalk Empire. Junto con Thelma Schoonmaker, la montadora de Scorsese de toda la vida, hacen la triada perfecta para que el filme funcione a las mil maravillas. Un prodigio de ritmo cinematográfico que trasciende a la larga duración de la cinta y que en ningún momento se nos hará pesada.

Pero la cosa no acaba ahí, sino que se completa con un reparto de lujo, encabezado por un Leonardo DiCaprio en estado de gracia y que se desenvuelve en la comedia como pez en el agua (incluso en el aspecto más físico, como demuestra la desternillante escena de los lemmons, que ni Jim Carrey hubiera hecho mejor). DiCaprio es capaz de llevar todo el peso de la película desde el principio hasta el final, aunque es ayudado mediante unas réplicas más que geniales: desde un increíble Jonah Hill como compañero de desventuras, y con muchas de las mejores frases; la exuberante Margot Robbie, que te deja prendado desde su primera aparición; Kyle Chandler, haciendo un gran trabajo como némesis de Jordan Belfort; el siempre afable Rob Reiner, esta vez delante de las cámaras con un pequeño papelito; un decente Jean Dujardin, aunque tampoco es de lo mejor del film; y un gran elenco de secundarios televisivos que lo hace de maravilla y dándole mayor toque de verosimilitud que si hubieran llenado el casting de estrellas. Aunque si tuviéramos que destacar a alguien, ese sería Matthew McConaughey. En poco más de cinco minutos en pantalla es capaz de comerse a quien sea. Bravo por él.

Por supuesto, todo esto está aderezado por una gran fotografía, obra del mejicano Rodrigo Prieto (habitual en los films de González Iñárritu), la buena música de Howard Shore o una gran selección de canciones (que van desde Plastic Bertrand a Devo, pasando por Cypress Hill o Ian Dury, por citar algún ejemplo).

Aunque El lobo de Wall Street sea una historia pasada, pocos films se nos ocurren que hablen de una manera tan rotunda y sin concesiones de la sociedad, nuestra relación con el dinero y del presente económico, ya no sólo estadounidense sino mundial. Y es que ese arrebatador plano final no es más que un espejo en el que todos y cada uno de nosotros estamos reflejados.

http://cineyotrasdrogas.blogspot.com.es/
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7
12 de septiembre de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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El hype, ese mal de nuestros días. Tras estrenarse en festivales hace un año, recibir críticas excelentes, correrse el boca a boca, ver decenas de imágenes de hombre enmascarados, los primeros posters, los trailers...por fin se estrena Tú eres el siguiente (You're next). Una excelente revisitación del psychothriller, o incluso del survival, de los 70s y 80s, que corre el peligro de cabrear a quien vaya con las expectativas muy altas.

Adam Windgard, su director, es uno de los enfant terrible del cine de género actual, junto con otros nombres como Ti West (actúa en el film), Simon Barrett (escribe el guión) o Jason Eisener, por poner algún ejemplo. Generación que apuesta por las pequeñas producciones, haciendo que el bajo presupuesto no suponga un handicap para sus proyectos, sino todo lo contario: es tanto una marca de la casa, como un punto positivo a la hora de resaltar otros aspectos como la crudeza o el realismo (VHS, Hobo with a shotgun, The signal, The roost...)
Pues bien, Wingard y su pandilla nos traen un film visceral, repleto de violencia, angustia y humor negro (uno de los aciertos del film). No es la obra maestra que muchos han querido ver, pero en horas bajas para el horror, You're next supone un buen soplo de aire fresco, aunque lo hayamos respirado muchas veces antes, en decenas y decenas de películas. Tensión bien dirigida, desde el primer hasta el último minuto.
Quizás se le puedan achacar cosas en la dirección, como el excesivo número de primeros planos que vemos en pantalla, pero quiero creer que es cosa de presupuesto: el no querer mostrar que se ha rodado en una sóla localización hace que estas cosas ocurran.Otro gran punto a favor, sobre todo para amantes de las screen queens ochenteras, es la aparición en pantalla de Barbara Crampton como la matriarca de la pobre familia protagonista, la cual, por cierto, se conserva bastante bien.
Los demás actores cumplen con su labor, muchos de ellos de simple carnaza, destacando la australiana Sharni Vinson, con un papel mucho más jugoso y divertido.

Avisados quedan quienes se esperen una peli muy salvaje y excesiva, una de las más gores y violentas en mucho tiempo, como la han tachado por ahí. Aunque tenga sus momentos, que los tiene, tampoco son para tanto -sobre todo para fans que ya estén curados de espanto-.
El film se basa, y es uno de sus aciertos, en su retorcida atmósfera, creada a partir de su buen primer y familiar tramo. Quizás algo que director y guionista podían haber explotado más. ¿A quién no le gusta una buena rencilla familiar para animar el cotarro?

You're next no va a cambiar el género, ni tan siquiera lo intenta. Es una película para ir sin expectativas y dejarse llevar; una película para pasárselo bien pasándolo mal; una película para aquellos que echamos de menos ir al videoclub y pillar la peli con la carátula más sangrienta; en resumidas cuentas, una buena peli de terror.

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6
8 de noviembre de 2012
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En los tiempos que corren, donde la falta de originalidad está a la orden del día y las palabras reboot o remake han pasado a formar parte -casi siempre por desgracia- del pan nuestro de cada día, uno hace mucho tiempo que únicamente busca que una película esté bien hecha y entretenga. Si nos cuenta algo distinto o de otra forma, bien recibido sea..., pero de momento, al menos yo, me conformo con lo mínimo.
A esto esto hay sumarle que el género de terror, o el fantástico en general, ha sido siempre uno de los más explotados por la industria cinematográfica. Desde hace muchos años, cualquier señal de triunfo de cierta clase de películas, hace que sus temas o supuestos aciertos sean repetidos y exprimidos al máximo. Este tipo de explotation o de política dejó de ser una marca de la casa de los estudios pequeños o de la serie b, y las grandes productoras lo han convertido en su negocio: ¿para qué innovar si esto vende? En los 90 pasó con la saga Scream y todas sus copias, y actualmente puede verse en nuevos estilos como el found footage, o producciones como Paranormal activity y sus continuaciones.
¿Y todo este coñazo a qué viene? Creo que para recalcar mi falta de pretensiones como espectador. Como he dicho al principio, si la película está bien hecha, a mi me ha ganado.

Sinister tenía todas esas mínimas papeletas para gustarme mucho, por lo que plantea y por como lo hace al principio. Muy a mi pesar... acaba naufragando.

Scott Derrickson ya demostró con El exorcismo de Emily Rose que podía hacer un film de género más que decente. Y aunque bajó algunos peldaños con su mediocre versión de Ultimatum a la tierra, el éxito de su supuesta hermana, Insidious, hacía esperar una buena peli.
Al igual que el film de James Wan, Sinister intenta ser un sencillo cuento de horror, con una historia interesante, un poco de mal rollo, algún que otro susto fácil y muchas reminiscencias al cine de terror asiático. Pero tras una primera parte realmente acertada, la historia se desinfla hasta convertirse en una típica peli de sustos y volumen alto, con una parte final muy aburrida y eternamente alargada. El mayor problema está en el guión, que se olvida de la investigación del caso, que funcionaba perfectamente, y en crear tensión, para montarnos en un tren de la bruja descafeinado del que queremos bajarnos media hora antes de que acabe.
Uno de los puntos a favor es sin ninguna duda el soundtrack de Cristopher Young(Hellraiser). El inglés, quien ya trabajo con Derrickson en El exorcismo de Emily Rose, nos brinda una extraña y paranoica banda sonora, que ayuda mucho a los mejores momentos del film. Todo un acierto.
Y ya que hablamos de la música, destacar la utilización de un viejo tema de Boards of Cannada, Gyroscope, que aunque no venga mucho a cuento, me ha encantado volverlo a escuchar. También suena algún otro grupo como Accurst o Sunn O))).

Aunque Sinister tenga sus fallos, es una película bastante decente y entretenida. Pero nos hace salir de la sala de cine algo cabizbajos, porque la cosa podría haber dado mucho más de si. Una pena.

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