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España España · madrid
Críticas de Korolev
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Críticas 10
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
6 de diciembre de 2014
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Una hoja en blanco es el vértigo de los que escriben. Lo único peor que no tener nada que decir, es no saber cómo decirlo. Sin embargo, no todo el que usa la pluma lo hace para el lector o el público. Hay quienes ofertan su talento -y no son pocos- al mejor postor y, algunos, con tanta asiduidad que ya no son conscientes de estar prostituyéndose. Se conoce como proceso de normalización.

Cierto que la película no se muestra firme en muchos aspectos, pero la historia se sostiene, a los personajes se les coge cariño, nos llegamos a reir con alguna de sus secuencias cómicas -no todas- e incluso uno llega a sentirse a gusto en su cochambroso salón bebiendo ron barato. Acabas apostando, como lo hacen ellos, por su precariedad ante la avaricia del capital, los negocios y los paraísos fiscales. El guión concede alguna oportunidad y, entre trago y trago, alcanzamos el final, sobre todo por el empeño de Michael Rispoli y su complicidad con Depp.

No sé... he visto otras películas sobre las santificadas corporaciones de prensa y comunicación, designadas como baluarte de la democracia, la libertad, la verdad, el pluralismo, bla, bla, bla y esta cinta me parece mucho más significativa, aguda y acertada, sin atribuir tanta gloria ni grandeza en la tarea y alejada de la autoproclama. Lo hace hasta con gracia e ironía, otorgando el mérito a tres personajes ordinarios y apartados del estereotipo de los ejemplares, nobles, adecuados, respetables... periodistas.
Korolev
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6
11 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Caminar por una ciudad un poco al azar, a veces, no es sólo saludable, es una terapia. Es un remedio contra el desgaste social, el colapso humano que nos rodea, que nos amenaza. Y es curioso que sea en la propia urbe deshumanizada donde, a veces, uno puede descansar a gusto. Es lo primero que sentí: Santiago, con Los Andes de telón de fondo, me llamaba. La película discurre, un poco al azar, por un mundo cruzado por personajes emotivos, una esperanzadora fantasía y la dura realidad. Bueno, es una propuesta poco común e inocente en un mundo materialista y pragmático de 3D.

Aquí las dimensiones se buscan fuera de la pantalla. Es cierto que la sensación de que "algo le falta" me invadió varias veces, pero también encontré momentos de reconcialiación con lo que veía. Creo que hay paréntesis muy buenos y otros, en efecto, no tanto. No consigue sumergirte del todo en la historia y hay momentos en los que hasta te aleja pero, de repente, te sorprendes a ti mismo sonriendo al ver a un caballo por encima de los malditos coches, o a una maestra de diez enseñando danza a unas miserables, o a una rata más blanca que un cisne. En esos momentos me dejaba llevar -he hecho cosas peores- facilitando las cosas.

La he visto sin saber absolutamente nada de la película. He pasado por la biblioteca y la he cogido por el título, que me ha gustado, y al ver a Darín y un fotograma de una bailarina en la carátula. No sabía ni que era de Trueba al que, por cierto, no soy adicto. En sus películas -que no he visto todas- tengo la sensación de que encuentra muy poco de lo que busca, y lo escaso que encuentra presume de que es mucho. Le veo conviviendo en ese escorzo delirante; aunque el tío no renuncia a ser un buscador. Eso ya es algo.

En mi opinión, este intento de "realismo mágico" no ha sido un completo fracaso como, en general, parece que está considerado, ¿quizá algo titubeante?
Korolev
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9
1 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es realmente difícil conseguir lo logrado en esta película. Muy dificil. Hacer una radioscopia de prácticamente todo el espectro sensible humano es difícil, vuelvo a repetir, muy difícil. Y de una manara tan contenida, moderada y realista. Contiene multitud de fragmentaciones interrrelacionadas de forma muy dinámica, y eso impresiona un poco.

Muestra numerosas tramas parciales y es fácil que se hubiera perdido en ellas, de verdad, sorprende que no sea así. Pero muestra una habilidad incuestionable con el guión y los personajes para no perder el rumbo. Es capaz de combinar la tensión durante toda la trama, el aislamiento humano, la incomunicación, el amor, el sufrimiento, la diferencias de clase, las paradojas existenciales, el abismo moral de la religión, la dificultad en las relaciones humanas, superación de clichés sobre sociedades distintas y desconocidas por occidente y, bueno, algunas otras. Abre abismos en los que es imposible no asomarse y preguntarse si no nos estamos cayendo.

Las interpretaciones simplemente magistrales, de todos y cada uno de los personajes que van apareciendo. La fotografía y la iluminación pasan desapercibidas, dando la ilusión de que no existen, dando un tono realista a la película que asusta. Simplemente de manual. El movimiento y el encuadre de los planos simplemente fluyen en este torrente como una molécula más. Y todo esto impulsado por un guión como alma y generador de cada impulso.

Son las técnicas al servicio del guión y no, como es habitual, a la inversa. En definitiva, es el cine al servicio del espectador y no del espectáculo, vamos, de la taquilla.
Korolev
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3
14 de diciembre de 2011
24 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de ser curioso y paradójico que todo poder, más o menos opresor e intolerante, quiera suprimir la historia.

Y así es. Sistemáticamente nos dan a entender que la resistencia franscesa contra el nazismo era algo común, usual, frecuente, cotidiano y que implicaba a todo buen vecino francés e incluso, de alguna manera, a todo honrado ciudadano del mundo entero. Esta película es otro ejemplo de ello. Y claramente no fue así. La resistencia fue algo, esporádico, puntual y enteramente ocasional, completamente aislado. O, por lo menos, hasta muy avanzada la partida y pronosticado ya el ocaso del III Reich. Lo que sí fue generalizado fueron el colaboracionismo, el sometimiento y la obediencia, en una palabra, la capitulación. Los alemanes invadieron y ocuparon Francia sin pegar un tiro. Bueno, Francia y toda Europa Occidental. Punto.

No estoy diciendo que yo hubiera sido un héroe y que hubiera hecho lo que nadie hacía. No es fácil aventurar y exponer la vida afrontando a un enemigo superior en medios, recursos y militarmente. Pero creo que sí soy capaz, por lo menos, de reconocer las cosas, simple y abiertamente. Creo que esa es la manera de recuperar la dignidad, la única manera de hacerlo.

Pues parece que muy pocos lo creen así y prosigue el empeño -como si ello pudiera hacerlo realidad- de producir folletos del ¿heroismo francés?

En fin. Ni los niños se libran. Esta película se ha visto contagiada -una vez más- de esta epidemia, muy común por lo demás. Y es una pena, ya que sin esta infección hubiera transcurrido mucho mejor. Los niños, con sus aventuras, te hacen creerlo. Fueron ellos los que me hicieron pasar un buen rato, pero esas malditas incursiones del ¿heroismo? destruyeron la magia. En fin, la suma desvirtúa el resultado, uno de los sumandos lo deforma.

Y, si de verdad interesa nunca está mal, en efecto, revisar las cosas con honestidad y, aunque no guste -¿por qué será?-, analizar y buscar cuál fue la nación que enfrentó al nazismo y selló su desenlace.
Korolev
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7
3 de diciembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film sobrio y moderado en sus planteamientos -fotografía, guión, interpretacón, montaje- pero que logra conmocionar hasta la desesperación. La vida. Esa cosita. Una vacilación, una falta de decisión, una interpretación algo equivocada, un leve descuido y las coordenadas se pueden confundir y la brújula queda ya desorientada.

Así vagan por el metraje nuestros protagonistas, buscando aquellos destellos que el proyector, después, ahora, les oculta.

El ritmo de la película -salvo al final- es muy constante. Pocos thriller -por lo menos modernos- se producen sin aceleraciones, complejidades narrativas o algún otro juego de artificio. En todo momento es muy lineal, a pesar de los cambios de giro que se van sucediendo y los saltos temporales, esos saltos temporales que derivan en dos historias paralelas muy bien llevadas, sobre todo la que se desarrolla en Berlín. No se ve afectado, como digo, ese ritmo contenido que va desgajando la historia sin aceleraciones o precipitaciones y mantiene la inquietud hasta el final, donde quizá sí se apresuran los acontecimientos y se desencadenan en esa última secuencia en la que, por momentos, yo ví la más absoluta y contundente derrota.

Me ha gustado. Y eso que ya ando, desde hace mucho tiempo, bastante cansado de la tonadilla "pobrecitos judíos con su holocausto". Al fin y al cabo, ahora ellos son Goliat en los Territorios Palestinos y mi consideración respecto al Mossad y ejército israelí prefiero guardármela, sinceramente. Y con éstas, digo que me ha gustado. Mis opiniones han quedado aplanadas, o mejor dicho, mucho mejor, aparcadas por el drama que he podido presenciar.

Y la tristeza, esa tristeza y decepción que les persigue constantemente, que inunda el metraje. Pocas veces se percibe una desilusión tan sutil, sin concesiones, sobreinterpretaciones, ni gases lacrimógenos.
Korolev
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