La temática abordada es cuanto menos valiente, y poco se habla para mi gusto en nuestra sociedad.

De la película, me falla los tiempos, los silencios, imagino que muy intencionados, se me atragantan. Me hacen sentir que la película transcurre a trompicones.

Quiero imaginar que con ellos la dirección busca crear momentos de pensamiento interno, pero en mí no lo consigue, me gusta más una dinámica más alegre y sobre todo echo en falta que al menos los tiempos muertos no tengan algún truco cinematografico o dinámica de imagen que los de sentido, son anodinos y demasiado parados, los tiempos de digerir la película los tengo siempre a porteriori.

La actuación de Patricia me encantó,

Destacaría por encima de todo la fotografía.
Imágenes maravillosas que muestran unas opciones de vida duras, pero a vista de espectadores de un film muy satisfactorio. Querría imaginar que puede algo así puede existir, aunque no lo comparto.
En definitiva una película que merece la pena, al menos para acercarnos a un mundo ddl que la mayor parte estamos muy alejados.

El plano secuencia, no sé si real o no ya que en cine hoy día todo es posible, me ha parecido espectacular. La historia es buena y los actores principales están geniales, y habría puesto mucha más nota si no fuera por pequeños detalles como la canción religiosa, me parece que quita parte de la magia de la película el hecho de ponerla en esa momento, también hay escenas que no me cuadran en la película, como el inicio de la persecución tras ver el gran incendio, me parece que busca mantener el ritmo metiendo con calzador escenas que descuadra la historia.
Por el resto, una película muy recomendable y entretenida.

Me pasé la película con los ojos como platos y riéndome como hacía mucho que no lo hacía.

Cara se asombro por el desconocimiento del cine marroquí y la impresión que me llevaba de una película que intenta imitar los viajes de pirados que muestran las pantallas americanas.

Se consigue una película con toques críticos a las guerras del medio oriente, en donde no reírse es misión imposible.

Volveré a probar el cine marroquí, aunque sólo sea por quitarme la impresión de película al uso.

Sin haber visto la película de la que nace, Ikiru, puedo decir que sorprende por sí sola.

Desde la fotografía, que te transporta al Londres de mediados de siglo, aunque no hayas estado allí (debo decir que al comenzar a ver la película tuve que revisar el año de producción) combinado con una música que en todo momento encaja como un guante.

La historia tiene a partes iguales tristeza y alegría, y se puede estar más o menos deacuerdo con lo que nos propone, darle un sentido a la vida, pero no podemos negar que es bella, tanto por la sobervia interpretación de William, Nighy en la realidad, como por lo ya mencionado.

En definitiva, una película, que particularmente creo que es muy acertada en responder muchos de los anhelos que nos mueven en la vida. Y que nadie deberíamos de olvidar.

Me quedo con muchas ganas de ver la original, y puedo asegurar que no tardaré en verla.