Bayona consigue emocionar hasta hacer que te salten las lágrimas. Es un relato perfecto, vibrante y espectacular que consigue el equilibro idóneo para narrar uno de los grandes milagros de la historia. La cinta te atrapa durante más de dos horas y entre los actores, casi todos desconocidos, hay papeles interpretados de forma excelsa.

Solo un pero: la relativización de la fe. Es cierto que el tema es recurrente en muchos momentos de la película (como es lógico teniendo en cuenta el relato original), pero en ocasiones se aprecia cierta querencia del director por dosificar y relativizar todo lo relacionado con Dios. Muchos de los supervivientes tenían fe y por ello se agarraron a la vida, eso es innegable.

Aún así, la cinta es magnífica. Se llevará grandes premios.

Cuesta describir con palabras lo que he sentido al ver esta joya. Es la perfección de lo sencillo, la belleza de las vidas normales, pero repletas de intensidad, de amor, de silencios, de traumas. Esta película es simplemente perfecta. Es vida, familia, inocencia.

La zona de interés es una película inquietante en algunas de sus secuencias. Es una curiosa representación sobre la vida de los nazis al lado del campo de Auschwitz. Es sorprendente, pero ya lo era la novela en la que se basa. Glazer se obsesiona demasiado con envolver todo en una atmósfera muy suya, pero a la vez desesperante. Quizás sea lo que busca, pero me fui del cine con la sensación de que no tenía que haber pagado la entrada. Y cuando es una buena peli, eso es algo que no sucede. Se trata de una película demasiado conceptual, de la que puedes extraer varias "lecciones" y referencias a la banalización del mal a lo largo de la historia. También alusiones a "los Auschwitz" de nuestro tiempo. Pero lo cierto es que en la película no sucede nada. Ni una trama, ni un desenlace... solo viajes conceptuales. Parece increíble que sea esta película la que vaya a quitarle el Oscar a Bayona. Entiendo la sensación de estafa.

Aún así, la fotografía es muy buena y la interpretación de Sandra Hüller es espectacular, todo sea dicho.

Erice demuestra una vez más por qué es único. Consigue envolverte en su atmósfera particular desde el primer minuto de la cinta. Así es como te sientes parte de una trama enrevesada y muy original. Lo que empieza siendo un true crime, acaba convirtiéndose- de forma preciosa e inesperada - en un gran homenaje al cine como despertador de emociones. Manolo Solo y José Coronado tienen una actuación brillante.

Película incómoda donde las haya. Consigue que no te encuentres a gusto en ningún momento. Esto es algo que no tiene por qué ser negativo si consigue dirigirte hacia una reflexión o un bien mayor... pero al menos yo no lo he descubierto. No queda muy claro el mensaje y se pierde entra giros extraños de guion e intentos desmesurados de conmover al personal.

Lo único que se salva es Brendan Fraser. Su actuación es brutal y logra transmitir solo con las expresiones de su cara y su voz. El resto es bastante prescindible.

No es para niños.