es el que le toca, puesto que fue ella quien utilizó (con más o menos conciencia, eso no queda claro) al buenazo de Ryan para resolver una situación difícil en su vida. Y en cuanto al personaje masculino, Ryan representa con credibilidad a un personaje sin fuerza, un perdedor enamorado de perder, uno de esos tipos que disfrutan viendo como los demás los traicionan mientras que ellos se perpetúan en su propio olimpo personal, contemplando allá arriba al resto, que nunca está a su altura pero que ineludiblemente le hacen daño una y otra y otra vez. Es tan patético el tipo que en la última escena de la película se aleja de su hija sin presentar batalla, como si fuera él quien mereciera ser expulsado de la familia, cuando ha sido su esposa la que ha forzado una situación insostenible para él desde el momento en que tomó la decisión de casarse sin tener un sentimiento verdadero. Si el personaje de Ryan tuviera un par de pelotas la mantendría a raya mediante la estrategia de hacerla sentir culpable. Si tuviera dignidad se separaría él de ella, y si tuviera dos dedos de frente nunca hubiera accedido a casarse con ella.

¿Qué hubiera ocurrido si los protagonistas se hubieran liado? Que habrían elegido construir una nueva mentira. Pero al separarse se dieron la oportunidad de vivir, al menos una vez en la vida, algo auténtico, porque la mutua atracción que sentían era verdad y eligieron no adulterarla ...