Comedia romántica atípica con pinzeladas de musical puestas con calzador. La película es sorprendente porque va más allá de la clásica história de líos y desamores. Los actores están bien, pero el guión no da más de si. Los saltos temporales son un auténtico desorden y cuesta saber en qué año vives. Algunos diálogos son lentos y anodinos, por lo cual la película tiene ritmo un poco cansino. Bién, sin más.

Esta película es un remake, cierto. Aún así, hay que destacar que el guión presenta momentos originales e ingeniosos más allà de repetir lo que se había hecho en Francia.
El argumento tiene momentos cómicos, pero sin perder en ningún momento la reflexión que plantea en relación a las oportunidades, los estigmas y la enfermedad.
Los protagonistas, Bryan Cranston y Kevin Hart hacen un buen papel, y la conexión entre ambos es creible desde el principio hasta el final. Nicole Kidman también está correcta.
Conclusión, relato commovedor que consigue su propósito, llega al espectador sin hacerse demasiado larga ni repetitiva.

Las interpretaciones de Scarlett Johansson y Adam Driver son magnificas, creibles en todo momento y traspuan realidad. Una maravilla, sin más. Dejan al descubierto sus sentimientos y lo transmiten al espectador.
El tema trata un aspecto cotidiano en el que muchos espectadores se pueden ver refllejados. El género es innovador porque aborda un aspecto frecuente en la sociedad con mucha sensibilidad, pero sin llegar al drama exagerado, lloriqueo y gratuito. Desde el primer instante empatizas con esta pareja y la película pasa rápidamente, mientras muchos se pueden ver reflejados en un espejo.

Comedia provinciana, llena de tópicos que aburre de principio a fin. No consigue el propósito de hacer reir, al contrario, pone nervioso a cualquiera. El protagonista es un vivales que no conecta con el espectador. Repetitiva, tediosa y de perfil bajo.

Todo fantástico en el intercambio entre Kate Winslet y Cameron Diaz. El guión es predecible, la actuación es correcta, mejor la de Kate Winslet, la de Cameron es sobreactuada. En mi opinión, la dosis de azucar es demasiado alta incluso para el género.
Jude Law está bien, y el ritmo del relato se hace un poco lento, ideal para sobremesa.