El gran problema de este capítulo es querer meter tantas ideas, críticas y que todas encajen como un puzzle, pero creo que se naufraga en la historia de la mujer en coma y aunque luego se recupera con el final, no se le hace justicia, puesto que debió para mí, haber tenido mayor impacto final.
El despotismo del protagonista en neurología es despiadado y un ser carente de empata total.
Al final, el ojo por ojo, que pese a las nuevas tecnologías, jamás pasa de moda.

Creo que la película es un experimento en sí mismo, y el alcohol es un mero atenuante de todo lo que va a suceder a sus protagonistas, ya que estos viven en lo invisible. La falsa seguridad es precedida por exceso, falso bienestar y la depresión final, que no hace más que explicarnos que la vida no va jamás por donde tú quieres que vaya y por eso hay que tomársela menos en serio. Gran final con catarsis incluida y que me lleva a pensar que Vinterberg lo ha vuelto a hacer.

Es tremendo el control de la madre que lo único que hace es que una niña no viva, ni entienda bien su entorno y lo que siente.
La rebeldía de la adolescencia sale a relucir, así como el primer amor y la drogas. Todo en poco tiempo, producto de alguien que siempre ha estado encerrada y busca sentir todo. El papel de la madre tiene una doble lectura, por un lado, es capaz de espiar a su hija con su novio, meterle una pastilla del día después, y a la vez liarse con un hombre con pareja.
Al final esa manera de hacer las cosas, le estampa en la cara con una catarsis de su hija, que tras golpearla sin piedad, termina yéndose de casa.

Todo apunta que si hay una rebelión de las máquinas contra nosotros, nunca ganaríamos. La historia muestra una situación a la desesperada de supervivencia de pocos seres humanos contra unos robots casi indestructibles. Me ha parecido muy acertado el banco y negro.

El protagonista hace un papel tremendo. Nadie entendía como alguien tan de no haber roto ningún plato, podía aguantar tanto por un video en el que supuestamente lo pillan con las manos en la masa. Pero el final se te mete en el cerebro como un martillazo profundo de lo que escondía ese chico. Brutal. De los mejores finales sin duda, aunque le faltó impulso en su desarrollo.