Haz click aquí para copiar la URL
You must be a loged user to know your affinity with Reaccionario
Críticas 4.566
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
4
23 de diciembre de 2017 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En teoría es un remake del "Blanco Humano" original de Van Damme del 1993 pero lo único que ha quedado después de 23 años es la idea, la de la caza al hombre, porque no aparece ninguno de los protagonistas de antaño. Claro que si la saga "Tiburón" ha podido sobrevivir a partir de la tercera olvidándose del héroe de las dos primeras, Roy Schneider, y por supuesto el escualo, que lo cambian en cada entrega, no iba a ser menos "Blanco Humano". El caso es que durante los 15 primeros minutos asistimos a una versión condensada de "Lionheart" (1990) para luego pasar al plato fuerte, la cacería humana, en la selva birmana (en realidad tailandesa) a cargo de un variopinto grupito de asesinos. Mucho ojo, parque uno de ellos es un torero español, Esparto, con camisa abierta, andares de flamenco y gestos de noble del siglo XVI. Llega un momento en que explica que una vez venció a un toro navarro, Murciélago, a pesar de que resistió 24 estocadas. ¿Cómo piensan que es una corrida estos señores? ¿Una especie de lucha en el que se le va dando sablazos al animal como quien parte melones? Pero la cosa no queda ahí sino que presume de español y de honor, y hace mención a Dios, como buen católico que seguro es. No os perdáis su presentación, las risas están aseguradas. Qué grande eres Esparto.

Dicho lo cual volvamos a la acción que al final se ve lastrada porque hay muchas carreras y pocas peleas. Pero es que cuando las hay resultan descabelladas. El campeón del mundo es puesto en graves apuros por una mujer que a luego a su vez las pasa canutas con una joven que está en la selva cuidando elefantes. Es como si el nivel de los luchadores fuera irrelevante porque al final lo que le interesa a Roel Reiné es que las peleas sean chulas y si hay mucha diferencia no mola. Pero hay otro problema, que nuestro protagonista se limita a huir dejando con vida a unos tipos que "solamente" tienen la intención de asesinarlo, para que vuelvan a intentarlo. Claro que viendo la trampa que le hacen a Wes (Scott Adkins), pensé que lo prioritario no es que supiera lucha sino que fuera muy rápido y supiera orientarse para buscar la frontera con Tailandia, es decir su libertad, pero los malos hacen trampa y de hecho va a necesitar un milagro para salir del embolado. Eso sí, Rambo se los cargaría fácilmente ocultándose en la jungla pero en cambio Madoka Ayukawa sola no saldría viva. Esto lo digo para aquellos que la tachan de ser demasiado perfecta y de "hacerlo todo bien" pero en realidad esta es una visión exagerada, superficial y falsa, que ignora la verdadera naturaleza del personaje y del anime o manga.
23 de octubre de 2016 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La figura de Juana de Arco ha estado rodeada desde el mismo momento de su aparición de tanta popularidad como polémica. A lo largo de los siglos fue tenida por santa, heroína, loca, joven necia o bruja, fue ridiculizada, adorada o ignorada, para al final llegar a un punto muerto en el que se terminó asociando con la Francia Eterna, es decir, la de la extrema derecha, esa que me gusta a mí. El caso es que fue llevada, pese a la oposición republicana, a los altares en 1920, casi 500 años después de su ejecución, y al ser reivindicada por los católicos, la Acción Francesa, Vichy y el movimiento monárquico terminó convirtiéndose en algo impuro después de 1945, más digna de olvidar que de atacar, sobre todo en Francia. Por cierto, hago un paréntesis, que últimamente viene circulando la ridícula idea de que las brujas era una especie de prefeministas, condenadas por los varones misógenos de la época para someter a las mujeres, cosa que la biografía de personajes como la Doncella de Orleans nos demuestra que es rotundamente falso, a pesar de que el ir vestida de hombre y participar en batallas pudiera dar una imagen contraria. Es decir, que se trataba de mujeres creyentes, conservadoras y machistas que ni pensaban en algo similar a la igualdad de géneros.

Sea como fuere Luc Besson se atreve en una superproducción a narrar la vida de Juana de Arco (Milla Jovovich), en una obra de cierto valor pero con alguna tara. Desde el punto de vista formal, hay pocos reproches pues el trabajo de ambientación y caracterización es adecuado. No, donde se equivoca es en otro sitio. Para empezar, la película es demasiado largo para lo escueto del argumento. Por ejemplo, la batalla central se te hace eterna. Pero peor aún son las licencias históricas en las que incurre. Ciertamente tampoco es que sean excesivamente graves pero sí hay varios fallos que terminan distorsionando al personaje. Es decir, no se trata de una simple adaptación para aligerar el relato sino que, por ejemplo, el inventarse que asesinan a su hermana trata de vendernos que su motivación final sea la venganza. Por otro lado, es lícito pensar que Juana en realidad era una esquizofrénica o una alucinada pero no una santa, a pesar de que tiene dos o tres pasajes en su vida un poco sobrenaturales, pero es que Besson insiste demasiado en esta interpretación. Sea como fuere, lo que si está claro es que la Doncella de Orleans, por su fe, valentía y carisma, salvó a Francia durante la durísima Guerra de los Cien Años, en la que su país estuvo al borde de la desaparición.
9 de mayo de 2013
23 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake de la película de 1968 protagonizada por Steve McQueen y Faye Dunaway que según recuerdo también era bastante mala. En aquella ocasión el "perfecto" Thomas Crown le da por robar un banco. 31 años después, se decanta por un cuadro de Monet. Dejando al margen lo estúpido que me parece un protagonista como el que se dibuja aquí, esta especie de intriga romántica me resulta completamente inverosímil. Son tan divinos, tan inteligentes y tan memos a la vez, tan adinerados y en el fondo tan cursis estos dos que no hay manera de que te caigan simpáticos, especialmente Catherine (Rene Russo), que es una petarda total. Pero como va de guay, de mujer liberada y de macho, pues nuestro director la premia con un Thomas (Pierce Bronan) perdidamente enamorado de ella.

Si "El secreto de Thomas Crown" aburre como historia de amor, como película de robos deja mucho que desear. A primera vista el plan parece brillante pero a poco que uno se detenga verá flecos por todos lados. No me creo este atraco, esa especie de intuición sobrenatural de Catherine para coscarse de todo, este apasionamiento, ni las piruetas circenses del final (SPOILER). Yo me imaginaba que si en vez de estos inútiles agentes de policía estuviesen al mando el Mel Gibson de "Arma Letal", Bruce Willis de "Jungla de Cristal" o Daniel Craig como "James Bond", les darían para el pelo a este aburrido y ridículo ricachón y a su impresentable medio compinche femenina. En definitiva, a lo mejor os gusta porque os la habéis tomado a broma. Yo como me la he tomado en serio me ha parecido irritante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Os comento algunas cosas que me han chirriado bastante. Los detalles menores los dejo pasar:

- Se dan cuenta que las cámaras no han grabado porque alguien ha dejado un maletín a primera hora que desprendía un exceso de calor. Sin embargo no se les ocurre que entonces la cámara funcionaba, luego podrían ver quién es el que lo ha colocado y por lo tanto, el ladrón.
- ¿Nadie ve a Thomas Crown entrando y saliendo de la sala impresionista? Pero si se tiene que arrastrar y todo y se ve a la gente pasar a tropel por su lado.
- ¿Para qué roba el cuadro Thomas si los dos días lo devuelve? Por cierto, por su culpa y para nada, los rumanos van a la cárcel. Qué gracias les tiene que hacer esto.
- ¿Cómo roba el cuadro del final Thomas si no puede entrar en la sala? Como no pueden explicarlo pues no ruedan esa parte.
- Lo del Pizarro pintado con acuarela es para morirse. Le da cuadro al museo y no sólo no se cerciona de la autenticidad del mismo sino que ni siquiera se dan cuenta de que es una burla falsificación.
- La policía, unos incompetentes. Bastaría sólo que pusieran un agente delante de la sala impresionista o dentro y entonces ya no podría dejar el cuadro el otro.
16 de enero de 2015
18 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Van un judío, un negro y un moro. Parece un chiste pero no lo es, al no ser que entandamos la palabra como que la película es una broma hacia el espectador. "El odio" tiene pretensiones de explicar mucho pero como suele pasar en estos casos, ya se sabe, cine europeo o con apariencia rompedora y marginal, no explica nada. La idea central, que es el odio, aparece en el título y en los personajes pero nada más. Es decir, ¿cuál es el origen?, ¿por qué se da?, ¿de dónde viene? Se dirá que de la pobreza y la marginación pero es obvio que la respuesta es falsa. Un pobre no tiene porqué odiar a nadie y un rico tampoco tiene que sentir animadversión hacia un desheredado. Este sentimiento tiene unas raíces más profundas que ignora por completo Kassovitz.

Por poner un ejemplo, las motivaciones de la policía no parecen nada claras, salvo para de algún modo justificar el compartimiento de los tres protagonistas. ¿Por qué los maltratan? Me temo que porque "son malos". ¿Explica esto algo? Absolutamente nada. Mientras tanto vemos deambular a estos chicos de un lado para otro, deseando que suceda algo de interés. Para nuestra desgracia "El odio" se va haciendo cada vez más aburrida a medida que pasan los minutos. Por otro lado, te cuesta empatizar con unos personajes tan primarios a pesar de querer representar algo así como lo impulsivo, lo racional y la equidistancia. Al final, se trata de un pobre relato de una gente chunga, que culpa al "sistema" pero que obvia lo más importante: las decisiones individuales.
14 de noviembre de 2013
18 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni más ni menos que la película más taquillera de la historia a nivel mundial, al menos en términos brutos, que si nos fijamos en la inflación bajaría al puesto 14. En realidad, y para ser claros, "Avatar" es bastante cutre, qué diálogos más penosos, pero estos tiempos que corren también lo son lo cual hace que encajen a la perfección. De ahí la gran masa que se ha dejado conquistar por este trabajo de James Cameron pero también que me vea obligado a nadar a contracorriente una vez más. Como dijo alguien que no recuerdo, el reaccionario no se hace, sino que lo hacen los demás cuando empiezan a desvariar. Yendo al grano, lo primero que hay que decir que esto no es cine sino un videojuego hortera en el que no puedes participar. Todo en 3D, digital y pixelado pero más falso que un billete de 17 pesetas y media. Hasta la hierba no es real cosa que además de notarse y aburrir, revela que en sólo cuatro años esta obra ha quedado desfasada tecnológicamente. "Avatar", por emplear la informática en vez del lápiz y la mano del hombre, es tremendamente fea, carente de gracia y hasta de alma.

Aclarado este punto, la película tiene poco más que ofrecer con una historia de lo más trillada que me duele que comparen con la genial "Bailando con lobos" (1990) y hasta con la sugerente "Pocahontas" (1995). Más bien la emparejaría con el aborto de "Atlantis" (2001). Cansina, falta de toda emoción, atención al insípido encuentro romántico, y repetitiva, otra vez los indígenas perfectos dando lecciones y tan iguales que son inmensamente superiores a los humanos, tanto que los desprecian, para más señas occidentales, blancos y hombres, que sí no, son buenos, o bien el antiimperialismo de pacotilla. Evidentemente la película es una mentira enorme. Observad que no hay medicinas pero no enferman, no hay ciencia pero saben de todo, no tiene armas de fuego pero vencen con flechas, no tiene ropa pero no pasan frío, no usan jabón pero están limpios, no sé que comen si es que lo hacen, pero no tienen hambre, no tienen aviones pero vuelan, etc. Por supuesto, son una especie de democracia donde todos los derechos son respetados, incluso la igualdad femenina, faltaría más.

Con todo, lo que resulta más insultante a la vez que triste es que estamos presenciando en directo la derrota del ser humano. Diría que estamos cansados no sólo de la civilización sino del propio concepto de humanidad. Mejor ser una piedra, una máquina, un caballo o en este caso, una mezcla de pitufo gigante y elfo con rasgos atigrados, lo cual por cierto, hace de este amorío una aberración. En este sentido, el final es revelador de este mensaje moderno: el hombre convertido en una carcasa. En el fondo, James Cameron se traiciona a sí mismo respecto a la magistral "Aliens" (1986) con la que guarda un ligero parecido. En "Avatar" vemos ya la inversión de valores de nuestro siglo: los marines son los malos y los monstruos planetarios, los buenos. Supongo que el espectador debe identificarse con la bestia cuando mastica al humano "fascista". Adiós a la grandeza de Ripley, a la hombría de Hicks, al valor de Vasquez, a la resistencia de Newt, adiós al sacrificio, a la lealtad, a la empatía de pertenecer a la misma especie, amar, sentir, pensar, creer, soñar, ser simplemente humanos.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para