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Críticas ordenadas por utilidad
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7,0
32.111
4
18 de julio de 2009
18 de julio de 2009
70 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para ser diferente no basta con parecerlo, hay que serlo. El hipismo se cargó el mensaje orientalista y lo convirtió en un alegato hedonista. Luego vinieron las tribus urbanas, donde el llevar unas pintas determinadas era lo más importante para parecer alguien dentro del clan y situarse al margen de la sociedad, aunque en realidad muchos de ellos fueran en realidad unos niños burgueses que se aburrían.
“Easy Rider” es como una especie de aprobación moral de lo que uno hace, acostumbrados todos a saber que la ley no admite las drogas u otras actitudes disolutas, aquí se las presenta como modelo a seguir. Y el autoaplauso a uno mismo es lo que más vende, aunque la película esté filmada de una forma tan chapucera.
Cinematográficamente hablando “Los ángeles del infierno” de Roger Corman, con Peter Fonda también de protagonista, es mucho mejor que “Easy Rider”, pero tiene el problema que no se hace apología, sino se hace mera descripción narrativa, presentando virtudes y miserias, y eso molesta.
Aquí en cambio necesita un antagonista, para que sus héroes sean más esplendorosos, que mejor que los paletos de pueblos, todos ellos con muy mala leche, que se lían a tiros por las buenas. En cambio los urbanitas con sus motos... son hasta ecológicos como todos sabemos.
Dennis Hopper rivaliza en la cinta entre optar al premio a peor actor o director, sigo sin decidirme. Peter Fonda, al margen de presencia, no se le puede pedir más. Y al menos Jack Nicholson nos brinda todas las mejores secuencias de la película, y salva en parte el desaste catedralicio.
Lo de la “filosofía” prefiero no abordarlo, si ya me cuesta Kant de comprender no digo nada de la de Hopper. Además necesitaría un LSD y al camello le trincó la policía hace tiempo, el chico no hacía películas y tenía que ponerse en los baños de un garito, no en las fiestas de ricos en un apartamento de lujo de Hollywood Boulevard.
“Easy Rider” es como una especie de aprobación moral de lo que uno hace, acostumbrados todos a saber que la ley no admite las drogas u otras actitudes disolutas, aquí se las presenta como modelo a seguir. Y el autoaplauso a uno mismo es lo que más vende, aunque la película esté filmada de una forma tan chapucera.
Cinematográficamente hablando “Los ángeles del infierno” de Roger Corman, con Peter Fonda también de protagonista, es mucho mejor que “Easy Rider”, pero tiene el problema que no se hace apología, sino se hace mera descripción narrativa, presentando virtudes y miserias, y eso molesta.
Aquí en cambio necesita un antagonista, para que sus héroes sean más esplendorosos, que mejor que los paletos de pueblos, todos ellos con muy mala leche, que se lían a tiros por las buenas. En cambio los urbanitas con sus motos... son hasta ecológicos como todos sabemos.
Dennis Hopper rivaliza en la cinta entre optar al premio a peor actor o director, sigo sin decidirme. Peter Fonda, al margen de presencia, no se le puede pedir más. Y al menos Jack Nicholson nos brinda todas las mejores secuencias de la película, y salva en parte el desaste catedralicio.
Lo de la “filosofía” prefiero no abordarlo, si ya me cuesta Kant de comprender no digo nada de la de Hopper. Además necesitaría un LSD y al camello le trincó la policía hace tiempo, el chico no hacía películas y tenía que ponerse en los baños de un garito, no en las fiestas de ricos en un apartamento de lujo de Hollywood Boulevard.

7,8
30.060
7
23 de junio de 2009
23 de junio de 2009
64 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hace unos minutos recomendada la espléndida “Queimada!” de Gillo Pontecorvo, por su madurez e intelectualidad a la hota de transmitir un mensaje al receptor que es el espectador, con “El hombre que pudo reinar” nos encontramos con un producto esencialmente comercial, definición que habla de aquellas películas donde sus defectos son convertidas en virtudes por el gran público, demostrando que se puede vender cualquier cosa como arte mientras haya gente que quiera comprar.
Los diez errores capitales de “El hombre que pudo reinar”:
1. Masones, explicado y desarrollado de forma y manera que parece de todo menos convincente. Colocar la escuadra, el compás y el ojo que todo lo ve, es hablar de la masonería moderna, ni siquiera de la medieval, que me sitúen esa inscripción en época de Alejandro no es ridículo, es indignante.
2. Las simpatías que ejercen el espectador hacia Connery y Caine demuestra el simplismo de mucha gente. Se tratan de dos asesores militares, exactamente como los que tiene la CIA hoy en Afganistán o fue en su día Lawrence de Arabia. El hecho de que parezcan unos simples cara duras y algo anarco-individualistas, no quita ni una pizca para recordarles qué son: Invasores militares al Servicio de Su Majestad, de esos también hay muchos en Irak, incluso graciosetes y les odias. ¿No nos aclaramos o qué?
3. Los dos protagonistas presumen de ser viajeros y aventureros, según ellos conocen toda la India. ¿De veras? No me lo parecen, más bien diría que son dos turistas que no han salido de los salones y clubes británicos coloniales donde bebían coñac.
Si hay un lugar en el mundo que sirve para conocer el resto de la humanidad ese es el subcontinente indostánico. Una vez recorrido no puedes asombrarte ya por nada, y mucho menos por algunas de las chorradas con las que se escandalizan posteriormente en el supuesto país de Asia central.
Los diez errores capitales de “El hombre que pudo reinar”:
1. Masones, explicado y desarrollado de forma y manera que parece de todo menos convincente. Colocar la escuadra, el compás y el ojo que todo lo ve, es hablar de la masonería moderna, ni siquiera de la medieval, que me sitúen esa inscripción en época de Alejandro no es ridículo, es indignante.
2. Las simpatías que ejercen el espectador hacia Connery y Caine demuestra el simplismo de mucha gente. Se tratan de dos asesores militares, exactamente como los que tiene la CIA hoy en Afganistán o fue en su día Lawrence de Arabia. El hecho de que parezcan unos simples cara duras y algo anarco-individualistas, no quita ni una pizca para recordarles qué son: Invasores militares al Servicio de Su Majestad, de esos también hay muchos en Irak, incluso graciosetes y les odias. ¿No nos aclaramos o qué?
3. Los dos protagonistas presumen de ser viajeros y aventureros, según ellos conocen toda la India. ¿De veras? No me lo parecen, más bien diría que son dos turistas que no han salido de los salones y clubes británicos coloniales donde bebían coñac.
Si hay un lugar en el mundo que sirve para conocer el resto de la humanidad ese es el subcontinente indostánico. Una vez recorrido no puedes asombrarte ya por nada, y mucho menos por algunas de las chorradas con las que se escandalizan posteriormente en el supuesto país de Asia central.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
4. Si algo tienen los pueblos de Asia Central, son su carácter indomable, una cosa es la táctica y otra el ardor guerrero, ridiculizarlos de esa forma, como si fueran negritos africanos de los hotentotes, es no saber de la misa a la mitad. Lo normal, es que los dos británicos fueran tronchados a la mitad por dos caballos en direcciones opuestas, en la película como no, se hacen dueños del barrio, claro, por eso los afganos por ejemplo humillaron una y otra vez al ejército británico.
5. Siempre me he hecho una pregunta: ¿para qué van a ver a Kipling? ¿Información, material cartográfico? Pues menos mal, porque no les luce nada de nada, van por las montañas como cabras, y el Hindu Kush tiene sus pasos, conocidos desde hace siglos.
6. Se nota demasiado que está rodada en Marruecos, cánticos y ropas bereberes se ven por doquier, entiendo que a los americanos les parezca un tema menor, pero es lo mismo que si mañana ruedo un western y meto a indios mapuches o gorros incaicos por ejemplo. Y es que para ellos más allá de río Grande todo el mundo es igual.
7. La religión musulmana llegó al Asia central muchos siglos antes de la llegada de los británicos a la India. Que se nos presenten como seres paganos, mágicos y analfabetos, sólo es un truco para poder desarrollar la trama en un contexto de ignorancia.
8. El tema del gurka, conocidos por sus virtudes militares, tienen el handicap de su escaso nivel e interés cultural. La mayor parte de ellos no hablaban inglés en la Guerra de las Malvinas. Menos el de la película, que conoce la lengua de Shakespeare y todos los dialectos de los pueblos que van apareciendo en sus conquistas. Otro ejemplo más de cómo se va elaborando un guión basándose en necesidades, es decir, necesito alguien para traducir, metes al chinito y tema solucionado. Muy mal.
9. Sobre Kipling, el poeta del imperio, llevamos unos años que se le intenta recuperar transformándolo en un progre incluso. Que si no recogió las medallas de la reina, que si estuvo en contra de la PGM... ya, no merece la pena explicarlo, miren en la India nadie lee a Kipling, es un extranjero con todas las letras, es como Maimónides en España. Buen escritor, pero si no hubiese sido británico no hubiese ganado el Nobel. Si se hiciera una película de cada gran cuento de Borges no habría sitio en el mundo para guardar los premios.
10. Final completamente artificial y sensacionalista, alejado del sentido del relato, que es muy breve, y aquí nos meten dos horas. Señores hay películas de aventuras serias, como “Las montañas de la luna” o “La costa de los mosquitos”, y luego las que fingen ser lo que no son: Auténticas.
Nota: 6,4
5. Siempre me he hecho una pregunta: ¿para qué van a ver a Kipling? ¿Información, material cartográfico? Pues menos mal, porque no les luce nada de nada, van por las montañas como cabras, y el Hindu Kush tiene sus pasos, conocidos desde hace siglos.
6. Se nota demasiado que está rodada en Marruecos, cánticos y ropas bereberes se ven por doquier, entiendo que a los americanos les parezca un tema menor, pero es lo mismo que si mañana ruedo un western y meto a indios mapuches o gorros incaicos por ejemplo. Y es que para ellos más allá de río Grande todo el mundo es igual.
7. La religión musulmana llegó al Asia central muchos siglos antes de la llegada de los británicos a la India. Que se nos presenten como seres paganos, mágicos y analfabetos, sólo es un truco para poder desarrollar la trama en un contexto de ignorancia.
8. El tema del gurka, conocidos por sus virtudes militares, tienen el handicap de su escaso nivel e interés cultural. La mayor parte de ellos no hablaban inglés en la Guerra de las Malvinas. Menos el de la película, que conoce la lengua de Shakespeare y todos los dialectos de los pueblos que van apareciendo en sus conquistas. Otro ejemplo más de cómo se va elaborando un guión basándose en necesidades, es decir, necesito alguien para traducir, metes al chinito y tema solucionado. Muy mal.
9. Sobre Kipling, el poeta del imperio, llevamos unos años que se le intenta recuperar transformándolo en un progre incluso. Que si no recogió las medallas de la reina, que si estuvo en contra de la PGM... ya, no merece la pena explicarlo, miren en la India nadie lee a Kipling, es un extranjero con todas las letras, es como Maimónides en España. Buen escritor, pero si no hubiese sido británico no hubiese ganado el Nobel. Si se hiciera una película de cada gran cuento de Borges no habría sitio en el mundo para guardar los premios.
10. Final completamente artificial y sensacionalista, alejado del sentido del relato, que es muy breve, y aquí nos meten dos horas. Señores hay películas de aventuras serias, como “Las montañas de la luna” o “La costa de los mosquitos”, y luego las que fingen ser lo que no son: Auténticas.
Nota: 6,4

7,1
35.195
7
29 de agosto de 2006
29 de agosto de 2006
35 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de exitazo de ”Aterriza como puedas”, el trío de los ZAZ, Abrahams y los Zucker, nos brindaron esta estupenda Top secret que a mi juicio es incluso mejor que la anterior.
Algunos gags francamente buenos e imaginativos, (nivel que nunca recuperarían a excepción de algunos momentos de Hot Shots 2).
Destacar la fenomenal actuación de Val Kilmer en uno de sus primeros papeles, que demostraba que era uno de los actores jóvenes con mayor futuro en el cine comercial de Estados Unidos, aunque con el tiempo no haya tenido suerte en las elecciones de papeles y haya derrochado talento que a mi juicio es mayor de lo que ha demostrado hasta ahora. Los números musicales son muy buenos y la película gana con ellos con secuencias de rock entrañables. Luego la presencia de la música de un grande como Maurice Jarre también se agradece.
En la película vemos algunas glorias del cine clásico como Peter Cushing u Omar Sharif, que eso si que es un poco sangrante.
La película aún así no es tan ingenua, pues es una crítica a los regímenes comunistas en plena era Reagan y la exaltación de la libertad norteamericana es patente desde los títulos de crédito iniciales. Por otro lado algunos aspectos sexuales de la película son bastante atrevidos para la época, aunque siempre tratados con buen gusto y mucho ingenio. Destacar también la fotografía del veterano Christopher Challis, un clásico que había trabajado con monstruos como Wilder, Donen, Losey o Mann.
En definitiva película recomendable, más que interesante y dentro del género de comedias absurdas (es decir dentro del escaso nivel de estas películas) es de lo mejorcito sin lugar a dudas.
Algunos gags francamente buenos e imaginativos, (nivel que nunca recuperarían a excepción de algunos momentos de Hot Shots 2).
Destacar la fenomenal actuación de Val Kilmer en uno de sus primeros papeles, que demostraba que era uno de los actores jóvenes con mayor futuro en el cine comercial de Estados Unidos, aunque con el tiempo no haya tenido suerte en las elecciones de papeles y haya derrochado talento que a mi juicio es mayor de lo que ha demostrado hasta ahora. Los números musicales son muy buenos y la película gana con ellos con secuencias de rock entrañables. Luego la presencia de la música de un grande como Maurice Jarre también se agradece.
En la película vemos algunas glorias del cine clásico como Peter Cushing u Omar Sharif, que eso si que es un poco sangrante.
La película aún así no es tan ingenua, pues es una crítica a los regímenes comunistas en plena era Reagan y la exaltación de la libertad norteamericana es patente desde los títulos de crédito iniciales. Por otro lado algunos aspectos sexuales de la película son bastante atrevidos para la época, aunque siempre tratados con buen gusto y mucho ingenio. Destacar también la fotografía del veterano Christopher Challis, un clásico que había trabajado con monstruos como Wilder, Donen, Losey o Mann.
En definitiva película recomendable, más que interesante y dentro del género de comedias absurdas (es decir dentro del escaso nivel de estas películas) es de lo mejorcito sin lugar a dudas.

6,4
7.902
5
6 de diciembre de 2009
6 de diciembre de 2009
33 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ocurre con todos los movimientos que pretenden defender y corregir injusticias, cuando estos triunfan, el movimiento no se disuelve, sino que sigue creciendo hasta alcanzar las mayores cuotas de poder.
El feminismo fue sobre todo una necesidad ante una situación que llevaba demasiados siglos enquistada, aunque entendible si se hace un mínimo de historicismo. El problema vino después, una vez aceptado por el sistema sus reclamaciones y consumadas en Ley, el siguiente objetivo es la cultura, en especial el pasado de todos nosotros: La Historia, materia que necesitaba su reinterpretación inmediata. Por existir tenemos hasta la Teología feminista que se pueden imaginar lo que dice, y una literatura donde el 80% de las portadas aparecen mujeres que lucharán por su familia y sus derechos. El cine ha seguido la misma estela, en cartelera siempre verán alguna película así. Ahora también la tenemos y española.
Hay un leve contratiempo en todo esto, y es que de forma abrumadora son los hombres los que han destacado –por las razones que prefieran- en la mayoría de las artes del pasado, por tanto acercarse a la medicina, a la ciencia o a la música no es fácil para una feminista. ¿Qué se puede hacer por tanto para hablar de Beethoven, machista por antonomasia? Pues inventarse una copista, que sea joven, guapa e inteligente y que sea la única persona que le comprende y realmente le llama la atención. Centrarse en el genio alemán y en su obra no hubiera sido adecuado, hay que hablar alguna mujer que anduviese no ya cerca, sino delante de él.
En el top ten de escenas absurdas de la década deberíamos de incluir la de Diane Kruger, agazapada entre la orquesta y siendo clave y vital para que el pobre Beethoven, pudiera salir airoso del trance. La directora Agnieszka Holland se lo debió pasar en grande.
Excelentes actuaciones, buenos decorados y grandísima música para una película con un guión horripilante que vuelve a reincidir en el fascismo feminista de siempre.
El feminismo fue sobre todo una necesidad ante una situación que llevaba demasiados siglos enquistada, aunque entendible si se hace un mínimo de historicismo. El problema vino después, una vez aceptado por el sistema sus reclamaciones y consumadas en Ley, el siguiente objetivo es la cultura, en especial el pasado de todos nosotros: La Historia, materia que necesitaba su reinterpretación inmediata. Por existir tenemos hasta la Teología feminista que se pueden imaginar lo que dice, y una literatura donde el 80% de las portadas aparecen mujeres que lucharán por su familia y sus derechos. El cine ha seguido la misma estela, en cartelera siempre verán alguna película así. Ahora también la tenemos y española.
Hay un leve contratiempo en todo esto, y es que de forma abrumadora son los hombres los que han destacado –por las razones que prefieran- en la mayoría de las artes del pasado, por tanto acercarse a la medicina, a la ciencia o a la música no es fácil para una feminista. ¿Qué se puede hacer por tanto para hablar de Beethoven, machista por antonomasia? Pues inventarse una copista, que sea joven, guapa e inteligente y que sea la única persona que le comprende y realmente le llama la atención. Centrarse en el genio alemán y en su obra no hubiera sido adecuado, hay que hablar alguna mujer que anduviese no ya cerca, sino delante de él.
En el top ten de escenas absurdas de la década deberíamos de incluir la de Diane Kruger, agazapada entre la orquesta y siendo clave y vital para que el pobre Beethoven, pudiera salir airoso del trance. La directora Agnieszka Holland se lo debió pasar en grande.
Excelentes actuaciones, buenos decorados y grandísima música para una película con un guión horripilante que vuelve a reincidir en el fascismo feminista de siempre.

3,9
390
3
17 de abril de 2007
17 de abril de 2007
26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escaso, muy escaso interés tiene este híbrido (seamos francos, engendro) de comedia y terror de los años cuarenta, donde sólo falta Abbott y Costello e Iker Jiménez para tener el cuadro completo.
William Beaudine, un director de esos del montón (de abajo) que rodaba de todo, hoy a la perra Lassie mañana a Bruce Lee (no es broma, así fue), se encarga de llevar los mandos de la nave obteniendo el consiguiente descalabro. Algo lógico, en aquellos años se rodaba al por mayor, como si fueran palomitas de maíz y no películas. Beaudine ese año filmó siete películas –y no es de los que más- entre ella su famosa “The Ape Man” que al menos es más consistente que esta.
El argumento es de esos típicos de la época, donde en plena Segunda Guerra Mundial, se pretende poner el granito de arena patriótico haciendo de los nazis una banda de matones que habitan en la casa de al lado y desde allí poco menos van a controlar el mundo. Menos mal que los chavales cantores de la película están ahí para, mientras pintan y cantan, resolverlo.
En la cinta podemos ver a un desdibujado Bela Lugosi (en realidad este hombre parece que siempre estaba en declive ¿no?) y sobre todo el debut (para olvidar) de una jovencita llamada Ava Gardner.
Lo mejor: Que dura poco más de una hora.
Nota 2,8.
William Beaudine, un director de esos del montón (de abajo) que rodaba de todo, hoy a la perra Lassie mañana a Bruce Lee (no es broma, así fue), se encarga de llevar los mandos de la nave obteniendo el consiguiente descalabro. Algo lógico, en aquellos años se rodaba al por mayor, como si fueran palomitas de maíz y no películas. Beaudine ese año filmó siete películas –y no es de los que más- entre ella su famosa “The Ape Man” que al menos es más consistente que esta.
El argumento es de esos típicos de la época, donde en plena Segunda Guerra Mundial, se pretende poner el granito de arena patriótico haciendo de los nazis una banda de matones que habitan en la casa de al lado y desde allí poco menos van a controlar el mundo. Menos mal que los chavales cantores de la película están ahí para, mientras pintan y cantan, resolverlo.
En la cinta podemos ver a un desdibujado Bela Lugosi (en realidad este hombre parece que siempre estaba en declive ¿no?) y sobre todo el debut (para olvidar) de una jovencita llamada Ava Gardner.
Lo mejor: Que dura poco más de una hora.
Nota 2,8.
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