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Críticas 912
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
19 de marzo de 2011
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me abandones es una de esas películas que llegan a la cartelera sin hacer mucho ruido y que terminan por sorprender gratamente.

Su trama se podría resumir como un cruce entre La Isla de Michael Bay (pero sin acción ni giros rocambolescos de cámara), un relato de H.G. Wells (tiene muchas similitudes con La máquina del tiempo) y una novela romántica convencional. Aunque es mucho más que eso, pues se trata de un profundo estudio del alma humana y de la ética científica.

En mi humilde opinión, ha sido la gran sorpresa de este fin de semana. El resto de la crítica, aquí:

http://www.suite101.net/content/critica-de-nunca-me-abandones-con-keira-nightley-a44957
21 de agosto de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luces y sombras en lo nuevo del británico Neil Marshall, Centurión, film que presenta bastantes paralelismos con el resto de su filmografía (Doomsday, El descenso, Dog Soldiers...) a saber: aroma de Serie B, aventuras, acción y gore sin complejos. También se adivina, en estas películas, cierto carácter crepuscular, lo que unido a las altas dosis de violencia y algunas semejanzas al género del western, parece una clara influencia de uno de los grandes en este apartado: Sam Peckinpah.

Pero también se adivina el influjo de dos películas más recientes que el cine de Peckinpah: Gladiator de Ridley Scott y 300 de Zack Snyder. De la primera coge la ambientación inicial, con parajes nevados e inhóspitos, además del intento de conquista de un territorio que no importa demasiado a Roma. De la segunda el enfrentamiento valeroso de unos pocos contra un ejército y el realismo de ciertas secuencias de acción, en las que una espada no cercena miembros como si de un sable de luz se tratara (hay films en los que las heridas incluso parecen cauterizadas) sino que las armas cortan y los cuerpos quedan, por decirlo de forma suave, bastante maltrechos.

Incluso hay otro largometraje, de calidad bastante inferior, del que toma la caracterización del pueblo picto: El rey Arturo de Antoine Fuqua (los aquí villanos, porque de eso habría mucho que hablar, parecen auténticos punkys).

El principal problema de esta película es lo irregular de su narración. En contra del realismo mencionado en las batallas (desmerecido unas cuantas veces por el dichoso empleo de exagerados primeros planos, que dificultan el seguimiento de la acción) ciertas partes del argumento chirrían por su grado de inverosimilitud. En una película ambientada en el siglo II d.C. y protagonizada por la mítica Novena Legión romana, introducir aspectos como la incapacidad para coger una pulmonía o morir de hipotermia de Sylvester Stallone en Máximo riesgo, no queda demasiado bien. Por no hablar de la ridícula historieta de amor, no porque el romance no pueda surgir como tal, sino por las circunstancias del personaje interpretado por Imogen Poots (una hermosa mujer que vive sola y sin protección en medio del bosque, con una legión de soldados romanos muy cerca de allí, pero que no es molestada por nadie... No me lo creo). Asimismo, el ritmo con el que se cuenta todo el relato es bastante irregular, combinando momentos de gran intensidad con muchos bajones, tantos que, a pesar de la corta duración del metraje (poco más de hora y media) se llega a hacer pesado.

Dentro del elenco destacar a su protagonista, Michael Fassbender (uno de los Malditos bastardos de Quentin Tarantino), Olga Kurylenko (la, de momento, última chica Bond) y Dominic West (Hannibal, el origen del mal, La sonrisa de Mona Lisa). El resto del elenco está por debajo de ellos.

(Sigo en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A modo de resumen, diré que es una película que me gustó a ratos. Marshall se desenvuelve bastante bien con la acción, aunque se excede con la sangre y, en ocasiones, el mal gusto (como ejemplo una escena un tanto asquerosa en la que varios personajes se alimentan de un ciervo recién cazado). Sin embargo, la falta de ritmo hace que en muchos momentos desconectemos del film y eso, en una película realizada con carácter de aventura y acción, me resulta imperdonable.
28 de mayo de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Conocéis una serie titulada Sobrenatural? Versa sobre dos hermanos que, moviéndose al margen de la ley, hacen frente al mal en todos sus estados. En la cuarta temporada comienzan a aparecer ángeles y se disputa una guerra entre éstos y un grupo de demonios, con los Winchester (los hermanos en cuestión) en el centro del meollo. Pues bien: cualquier capítulo de la citada temporada es muchísimo mejor que este bodrio lamentable llamado Legión, ópera prima de Scott Stewart, responsable de los efectos visuales de películas tan espectaculares como La jungla 4.0, Iron Man o la mítica Blade Runner. Curiosamente este film descuida bastante el apartado técnico, con una puesta en escena similar a la serie B y secuencias de acción con tantos planos por segundo, que aburren y marean más que otra cosa.

Legión es una película que no hay por donde cogerla (no me extraña que haya tardado más de la cuenta en emitirse en nuestro país). De entrada el argumento es, más o menos, el siguiente: Dios está harto de la humanidad y envía a una legión de ángeles para borrar al hombre de la faz de la tierra. Y digo más o menos porque ángeles, como tales, sólo envía a uno: el grandote Kevin Durand que últimamente aparece como secundario en todos los sitios (Perdidos, El tren de las 3:10, Lobezno, Robin Hood...).

El guión es una colección de clichés mal montados. Para empezar, todo recuerda de un modo sospechoso a otra serie de televisión titulada Ángeles y Demonios (nada que ver con Dan Brown). Después tenemos un inicio a lo Acorralado (hasta hay diálogos haciendo referencia a Rambo, por si no nos enterásemos debido al sopor que destila todo el relato). Parte del desarrollo parece una mala adaptación de Terminator, ciertos efectos son semejantes a La momia, algunos intentos de golpe de humor son tristes parodias de Terroríficamente muertos, aparecen personas poseídas gateando como en El exorcista y parte del final evoca, de alguna manera, a Aliens, aunque no precisamente a la maestría de su director, James Cameron.

Unimos la total ausencia de ritmo, los bochornosamente poco inteligentes diálogos, la torpe y poco conseguida mezcla de géneros (acción, terror, western y apocalipsis) y el poco interés que desprende la repetitiva historia de un grupo heterogéneo de personas encerradas tratando de sobrevivir (el 90% del metraje se desarrolla en una gasolinera en medio del desierto) y obtenemos el peor guión de 2010 hasta la fecha.

Pero si el libreto es horrible, el elenco de actores se mueve por los mismos derroteros. Por un lado tenemos a dos "distinguidos" miembros del club de la rigidez facial: Lucas Black (A todo gas 3, Locos en Alabama) y Tyrese Gibson (A todo gas 2, Death Race); por otro lado Dennis Quaid (El chip prodigioso, Un domingo cualquiera) encarna el prototipo de veterano venido a menos, desgraciadamente de moda en Hollywood, con capacidad únicamente para poner cara de mala uva.

(Sigo en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y, desde luego, no podían faltar un par de atractivas jóvenes sin talento, como Adrianne Palicki (curiosamente apareció en cuatro episodios de Sobrenatural) y Willa Holland (O.C., Gossip girl) mucho más pendientes de lucir poses que de interpretar.

Pero ninguno es comparable al protagonista, un Paul Bettany cuya imagen, armado hasta los dientes, resulta patética. De hecho, con su currículum (Destino de caballero, El misterio de Wells, Wimbledon, Firewall, El código Da Vinci...) habría que poner una señal de alarma sobre su nombre, como aviso de peligro cada vez que aparezca en el reparto de una película.

Aunque hay que reconocer que al menos hay una actriz que se salva, en una más que honrosa interpretación de una mujer adinerada, cuyo personaje tiene una transición de inicial pija protestona a madre preocupada y aterrorizada. Hablamos de Kate Walsh, más conocida por los fanáticos de Anatomía de Grey o Sin cita previa como la doctora Addison Montgomery.

Así pues ni acción, ni entretenimiento, ni calidad, ni miedo, ni interés ni nada de nada, sólo un brutal aburrimiento que no llega a desesperar al no exceder los cien minutos. El que avisa no es traidor.
3 de febrero de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de reconocer que cuando vi las dos primeras partes de la saga Scary Movie me reí bastante. Evidentemente no me parecen buenas películas ni de lejos, pero lograron divertirme. Desgraciadamente, las partes tercera y cuarta y los posteriores films de temática similar (Epic movie o Casi 300 por poner dos ejemplos) ya dejaron de hacerme gracia y no por lo repetitivo de las tramas (parodiar una serie de películas de éxito de un determinado género) sino porque los chistes dejaron de ser imaginativos, para caer en lo fácil, redundante y obvio.

Spanish movie es el punto culminante de este declive. Uno no espera reírse tanto como en Torrente, pero sí tiene la expectativa de que en algún momento dado algo le provocará, al menos, una sonrisa. Pues no, Spanish movie es, con bastante diferencia, la película más aburrida que he visto en 2009, lo que resulta paradójico ya que su única intención es utilizar gags para que el público se ría, algo así como los especiales de humor de Nochevieja.

La trama es idéntica a la que propusieron los hermanos Wayans en Scary Movie: una mezcolanza de personajes y argumentos de ciertas películas narrada de forma surrealista. Se parodian films como Alatriste, Los otros, Volver, El orfanato, Mar adentro... Lamentablemente sin gracia, sin chispa, sin brillantez y con total carencia de esfuerzo e inteligencia a la hora de elaborar las diferentes situaciones cómicas.

Realmente puedo resumir mi opinión sobre esta película en dos palabras: desastre total. Si sólo buscas que el público se ría (realmente lo que Caldera, Telecino y compañía buscaban era el taquillazo fácil) y la gente se aburre, incluso con Leslie Nielsen, posiblemente no tengas talento para el mundo del espectáculo.
19 de noviembre de 2009
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una ocasión, Matt Zoller Seitz del New York Times dijo que un homenaje sin innovación no es homenaje, sino karaoke. Pues bien, Michael Haneke se pasa al mundo del karaoke con el remake de Funny Games, que no es más que una vulgar y descarada copia del insoportable filme, del mismo título, que realizó en 1997.

El argumento es idéntico: dos psicópatas siembran el terror en un tranquilo valle residencial, donde la gente suele pasar las vacaciones jugando al golf, montando barbacoas o practicando la vela. Pero es que la casa parece la misma, los planos son iguales, la tomadura de pelo exacta... Vamos, una vergüenza.

Analizando la película como tal, para los que no conzcan la primera versión, diré que la palabra que mejor la califica es insufrible. ¿Cómo un thriller puede llegar a ser tan soporífero? Porque cuenta con irritantes secuencias que superan los diez minutos de metraje en las que no pasa absolutamente nada. Y en las que ocurre algo, Haneke directamente se limita a jugar con el espectador, tratando tramposamente de hacerle partícipe de la trama, aunque realmente su único intento es el de provocarnos, lisa y llanamente.

Para colmo de males, ni siquiera es original. Una de sus supuestas innovaciones (una secuencia con un mando a distancia de la que no revelaré el contenido) ya fue vista en La loca historia de las Galaxias. Sí, aquella película de Mel Brooks, ¡de 1987!, casi nada, diez años antes que la primera Funny Games. Y hablamos de una película en la línea de cosas como Top Secret o Agárralo como puedas. ¿Este thriller va de eso? Creo que no. También tenemos la cantidad de referencias sacadas de la La naranja mecánica. Vamos, que ni nuevo, ni novedoso, ni transgresor, ni nada de nada. Un auténtico fraude.

Sólo hay dos cosas que se salvan de la película: las interpretaciones de Naomi Watts y Tim Roth. Ella está soberbia, perfectamente integrada en el relato (no en vano es productora) demostrando grandes dotes para encarnar a víctimas de un sufrimiento brutal. Él también cumple satisfactoriamente, cosa que no pueden decir los patéticos Michael Pitt y Brady Corbet, con simplonas y cargantes actuaciones, carentes de todo rasgo de calidad.

Sinceramente, comprobar que a un director de cine le pagan dinero por insultar al público y que encima lo haga dos veces, lo veo motivo más que suficiente como para que nadie le sufrague los gastos de una película nunca jamás. Pero como la moda es afirmar que lo nuevo es bueno (una tontería como una catedral), seguramente volveremos a padecerlo.
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