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Críticas 3.351
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
27 de mayo de 2016 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Áspera, cruda, descarnada, valiente, necesaria. TLJ, repite western nueve años después de la notable "Los tres entierros de Melquiades Estrada", confirmando con nota su vertiente como director. Por un lado son claros sus tributos a los clásicos del género y sus influencias del "Sin perdón" de Eastwood, pero TLJ da un paso adelante en la linea de "Slow West" (2015) de John Mclean, donde el Far West (lejano oeste) deja paso al menos mitificado y más prosaico Wild West (salvaje oeste), donde en la epopeya sangrienta de la colonización las mujeres y los niños, al contrario que la tópica frase de los desastres, son los primeros no en salvarse sino en ser sacarificados.
En este sentido y por sus demás virtudes la cinta viene a devenir en un clásico que empieza a llenar el inmenso hueco sobre la figura femenina en una filmografia descompensadamente machista. Hilary Swank está magnifica en un personaje del que nos faltan datos pero sabemos que se ha hecho a si misma en una lucha solitaria, huérfana de caricias que sabe que su condición de mujer fuerte, independiente, madura y con ideas propias no casa con los cánones de unos hombres y una época no tan lejana, en que la mujer apenas debía ser una esclava laboral y una proveedora de placer ocasional e hijos. Muchas murieron junto con ellos o perdieron la razón aisladas en inmensos espacios que paradojicamente se convirtieron en prisiones.
La película tiene muchas aristas para la reflexión y la novela de 1988 de Glendon Swarthot, en la que se basa promete ser jugosa. Es en cualquier caso un merecido homenaje a esas mujeres anónimas que el western y la historia a olvidado o tergiversado. No faltan, reverendos, indios, caballos, peleas y el omnipresente paisaje tan bello como amenazador en esta caso de Nebraska. Tommy se ha reservado para él un personaje tan inolvidable como las mujeres (excelentes actuaciones) que le acompañan, un testigo hastiado y embrutecido por un mundo que aborrece y que sabe que solo el whisky le ayuda a mirar para otro lado si quiere seguir respirando. La vida le dará una oportunidad, quizás la única de reconciliarse brevemente con su dignidad como ser humano.
Arriesgada propuesta, alejada de la comercialidad, con coproduccción francesa que a pesar de sus buenas críticas no ha dado rendimiento en taquilla. Estoy convencido de que La Streep madre (su hija esta estupenda en su papel), aparte de su amistad con Tommy Lee no ha querido dejar pasar la oportunidad de solidarizarse y apoyar con su personaje secundario a aquellas mujeres que descansan también en los cimientos de su nación. Clavó su personaje en un día de rodaje. Menuda es.
22 de mayo de 2016 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La alegría que debió suponerle a Hitchcock que el todopoderoso productor David O. Selznick le fichara para el cine USA con sus grandes recursos y sustanciosos sueldos empezó a tornarse calvario cuando la libertad creativa del inglés era estrictamente supervisada, cuando no corregida por el judío de Pennsylvania. El caso es que este primer choque de genios dio como resultado "Rebeca" (1940) la única película de Hitchcock que consiguió un Oscar y el segundo personal para Selznick.
Lo dejaron unos añitos y en el 45 Hitchcock lo intentó de nuevo convenciendo a Selznick para que comprara los derechos de una novela de suspense y misterio del 27, "The house of Dr. Edward" firmada por "Francis Beeding" uno de los seudónimos de la pareja británica Saunders y Palmer.
La atmósfera de novela gótica y sus posibilidades visuales debieron encandilar a Alfred más allá de las teorías freudianas del psicoanálisis que ya tenían casi medio siglo.
Los temas recurrentes de Hitchcock aparecen y consigue un buen puñado de hallazgos de dirección muy creativos marca de la casa pero una vez más Selznick metió baza. Contrató a su psicólogo personal como asesor, y se pulió 17 minutos de los 20 grabados por el genial escenógrafo y director William Cameron Menzies con diseño nada menos que de Dali. Aportación demasiado costosa para el productor que al final aceptó como rendimiento publicitario. Menzies declinó que apareciera su nombre en los créditos dado el tijeretazo sin suponer que a la postre esos pocos minutos fueron lo más destacado de la cinta y Hitchcock no dudó en apuntarse el tanto. Selznick decidió hasta el título.
Tampoco el protagonista era del agrado de Alfred, que prefería al más expresivo Cary Grant (rechazó el papel) que la actuación más interiorizada de Peck. Con el músico Miklós Rózsa, que a la postre se llevó otro Oscar, tampoco se entendía muy bien.
Las transparencias de una escena tan importante como el descenso en esquís, son un lastre de las técnicas de la época y tampoco eran el fuerte del director.
El caso es que el guión adaptado del maestro Ben Hecht salió adelante en una entretenida cinta de suspense y misterio, mucha palabrería sobre el picoanalisis y buenas interpretaciones en las que todos pusieron sus dosis de genios para que se convirtiera en otro clásico del rey del Macguffin.
24 de abril de 2016 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras las decepciones sufridas a comienzos de los años treinta por Eisenstein en los USA, México y su propia Rusia, en que sus obras no llegaron a buen término, el director se refugia en la historia de su país. Primero con un film sobre el héroe nacional del siglo XIII Alexander Nevsky y dado su éxito (premio Stalin) se lanza a la trilogía sobre Iván El Terrible (siglo XVI). en plena guerra mundial.
A Eisenstein se le controlaba y no era muy de fiar para Stalin, aunque sabía que su talento podía ser muy útil como propaganda. La primera entrega fue una maravilla artística que también se hizo con el premio Stalin y que ya hemos comentado. En los siguientes dos años terminó la segunda, pero en este caso cambiando el enfoque. Ya no eran tanto los hechos y situaciones históricas, sino el propio Iván y sus contradicciones internas, sus demonios personales, su odio acumulado desde la infancia a los boyardos que venían manipulándolo e incluso asesinaron a su madre, sus dudas con la religión... Enfoque que no interesaba a un poder en el que se podía ver reflejado el propio Stalin y que no mostraba al valedor del nacionalismo centralista ruso como alguien equilibrado. Se convocó una reunión en el Kremlin en Febrero del 47 (Stalin vs. Esinstein. cineforever.com) al mas alto nivel con el director, que ya se las veía venir y el protagonista Nikolai Cherkasov. La película no se estrenó y la tercera parte se canceló. Al año siguiente Eisenstein falleció.
Hubo que esperar al 58, (Stalin murió en el 53) para que pudiera estrenarse.
El genio del montaje no pudo participar en el montaje final y se nota. A mi juicio y a pesar de grande momentos y la visión más trágica y shakesperiana de la bestia parda que en realidad fue el personaje, la cosa no es tan redonda como la primera entrega, el ritmo es desigual, se abusa de primeros planos y uno tiene la sensación que consciente de lo que se le venía encima, Einsestein se dedica en buena parte a experimentar y no solo con la parte coloreada gracias a los rollos de películas Agfa que les incautaron a los alemanes. Al teatro Kabuki y la teatralidad en general se incorpora un concepto más operístico y la trama poco o nada desvela de las reformas territoriales (opríchnina) que impuso el Zar y el control despótico que ejerció su guardia personal popular, los temidos oprichniks, creando un régimen de terror que duró siete años.
Con todo y con ello Iván el Terrible en sus dos partes sigue siendo la obra de un genio del cine que se consagró haciendo de las masas anónimas su protagonista y terminó con una mirada personal al ser humano individual.
9 de abril de 2016 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preguntado el director por quien le gustaría que viera su película, responde que: "Vittorio De Sica". Efectivamente la influencia del gran maestro del neorrealismo italiano se hace presente por la calles de esa ciudad alemana contemporánea donde Jack y su hermano, al igual que Bruno y su padre en "Ladrón de bicicletas" buscan incesantemente aquello que más desean y necesitan haciéndonos partícipes a los espectadores de su angustia vital.
Salvando las distancias formales y el tiempo transcurrido con la obra del italiano Berger desnuda sin estridencias el fracaso de otra sociedad, esta ya muy alejada de la posguerra y en un país a la cabeza del mundo occidental, donde siempre pagan el pato los más inocentes. El director impone su ritmo sin pausas y pone el foco en el epicentro de ese niño de 10 años (12 en la realidad) magistralmente interpretado por Ivo Pietzcker, que se hecha a la espalda la película al igual que su personaje la vida y que en los anaqueles de mi memoria se hará inolvidable, junto con el Bruno de De Sica.
Jack se ha hecho mayor antes de tiempo pero aún permanece anclado a una niñez que le ha sido escamoteada y se resiste a abandonar. A lo largo del metraje tomará conciencia de su lugar en el mundo. Es un sobreviviente y decide enfrentarse a su futuro.
No cae Berger en la lagrima fácil ni el tremendismo, porque Jack no tiene tiempo para eso.
czjc.blogspot.com
26 de enero de 2016 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra opera prima notable, y van... Parece que hay una tendencia a que cuanto más novel es el director y menos maleado esta por la industria que le corresponda mejores trabajos se ofrecen. Sería interesante ver cuantos de estos directores prometedores siguen manteniendo su linea de calidad. Thomas Cailley realizador y guionista al alimón con Claude Le Pape es uno de ellos. Esta mezcla de comedia y relaciones juveniles va más allá de ello gracias a una narración ágil a medio camino entre el cine europeo y americano, con una fotografía notable y una joven pareja de interpretes que aciertan en sus roles, inversos a los que normalmente estamos acostumbrados. La metáfora sobre como la juventud actual ve con preocupación el futuro que se les avecina, el marco de un entrenamiento militar y las situaciones que propicia son bien aprovechados por el tandem de guionistas y ha dado su fruto en público y crítica. El manejo de los tiempos, los giros argumentales y como se ha dicho la imprevisibilidad de lo que pueda ocurrir son más que suficientes para compensar un cierto decaimiento según va avanzando el metraje.
Otro buen ejemplo de que el cine francés está a todos los palos, generalmente con acierto.
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