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Críticas ordenadas por utilidad
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5
29 de julio de 2015
29 de julio de 2015
13 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me resulta fácil elaborar una crítica de esta serie (que ya terminó).
Lo que vemos en ella es una sucesión de gags concatenados en una especie de comedia de enredos con escaso humor, en la que el nivel de lenguaje fluctúa desde lo inteligente a lo tonto.
Quizás el tema principal (su leit motiv) sea la patológica incomunicación burguesa californiana - y más allá, también -, consecuencia de los exacerbados individualismos que devienen en conductas paranoides en las que la inferencia, el prejuicio, el malentendido, la expectativa por la reacción ajena, caracterizan las tensas y dificultosas relaciones interpersonales.
Afortunadamente todo en la serie está exagerado y concentrado en los minutos que dura cada episodio, pero muchas veces resulta difícil al espectador tolerar tanto despropósito, por más que la forma característica de la sitcom sea la parodia satírica.
Larry David - a diferencia de Woody Allen, quien no por locuaz es menos genial -, encarna un personaje de psicología infantil (aún cuando es al mismo tiempo el creador de un gran éxito televisivo) propenso a influenciarse con cualquier exigencia ajena, sea esta razonable o absurda. Y con marcada dificultad para establecer límites.
En este sentido, caracteriza a una especie de pusilánime exitoso al que nada parece importarle profundamente. Así es como lo vemos balanceándose continuamente entre sus propias convicciones y las ajenas. Y subsumirse en innumerables situaciones indeseadas de las que no sabe o le cuesta salir, nunca indemne.
A mi gusto, no ofrece un perfil encomiable, pero su inconsistencia es útil para presentar al público los temas en cuestión, que no son menores, ya que a través de ellos se dramatizan formas de relación viciadas de sociopatías diversas, cuando no de sicopatologías enervantes.
Sinceramente, no sé si recomendar o no esta serie; trata un tema muy interesante y a la vez se torna algo insoportable. Quizás lo más razonable es no ver varios episodios al mismo tiempo, cosa a la que tendemos cuando disponemos de una serie completa.
Lo que vemos en ella es una sucesión de gags concatenados en una especie de comedia de enredos con escaso humor, en la que el nivel de lenguaje fluctúa desde lo inteligente a lo tonto.
Quizás el tema principal (su leit motiv) sea la patológica incomunicación burguesa californiana - y más allá, también -, consecuencia de los exacerbados individualismos que devienen en conductas paranoides en las que la inferencia, el prejuicio, el malentendido, la expectativa por la reacción ajena, caracterizan las tensas y dificultosas relaciones interpersonales.
Afortunadamente todo en la serie está exagerado y concentrado en los minutos que dura cada episodio, pero muchas veces resulta difícil al espectador tolerar tanto despropósito, por más que la forma característica de la sitcom sea la parodia satírica.
Larry David - a diferencia de Woody Allen, quien no por locuaz es menos genial -, encarna un personaje de psicología infantil (aún cuando es al mismo tiempo el creador de un gran éxito televisivo) propenso a influenciarse con cualquier exigencia ajena, sea esta razonable o absurda. Y con marcada dificultad para establecer límites.
En este sentido, caracteriza a una especie de pusilánime exitoso al que nada parece importarle profundamente. Así es como lo vemos balanceándose continuamente entre sus propias convicciones y las ajenas. Y subsumirse en innumerables situaciones indeseadas de las que no sabe o le cuesta salir, nunca indemne.
A mi gusto, no ofrece un perfil encomiable, pero su inconsistencia es útil para presentar al público los temas en cuestión, que no son menores, ya que a través de ellos se dramatizan formas de relación viciadas de sociopatías diversas, cuando no de sicopatologías enervantes.
Sinceramente, no sé si recomendar o no esta serie; trata un tema muy interesante y a la vez se torna algo insoportable. Quizás lo más razonable es no ver varios episodios al mismo tiempo, cosa a la que tendemos cuando disponemos de una serie completa.
6
17 de febrero de 2010
17 de febrero de 2010
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mas allá de la información que provee el documental, centrado en la denuncia de contaminación ambiental y humana que ocasiona el uso de ciertos productos de la firma autorizados mediante complejos de corrupción imperantes en USA y otros países, el film me ha despertado una reflexión "políticamente incorrecta", que igualmente me animaré a expresar: según la lógica del poder, la relación "costo-beneficio" obtenida del uso de ciertos recursos, legitima su autorización.
Es indudable que ciertos productos que optimizan el rinde agropecuario pueden ser inmediata o mediatamente perjudiciales. Idénticamente con los transgénicos. Pero también es cierto que - en el contexto de la singular forma de pensar del modo de producción capitalista -, se torna indefectible optar por "el bien mayor", aún en desmedro de sus riesgos potenciales o comprobados. Nos guste o no, así es como funciona un sistema que privilegia lo cuantitativo por sobre lo cualitativo. Para el poder, si la utilización de ciertos recursos facilita la alimentación de "X" personas, es aceptable que perjudique a "X sobre 10" (el 10%). Sobremanera si tales recursos son económicamente favorables para productores y usuarios.
Sé que esta perspectiva es muy polémica, pero encuentro mejor explicitarla que ocultarla.
Es indudable que ciertos productos que optimizan el rinde agropecuario pueden ser inmediata o mediatamente perjudiciales. Idénticamente con los transgénicos. Pero también es cierto que - en el contexto de la singular forma de pensar del modo de producción capitalista -, se torna indefectible optar por "el bien mayor", aún en desmedro de sus riesgos potenciales o comprobados. Nos guste o no, así es como funciona un sistema que privilegia lo cuantitativo por sobre lo cualitativo. Para el poder, si la utilización de ciertos recursos facilita la alimentación de "X" personas, es aceptable que perjudique a "X sobre 10" (el 10%). Sobremanera si tales recursos son económicamente favorables para productores y usuarios.
Sé que esta perspectiva es muy polémica, pero encuentro mejor explicitarla que ocultarla.
Miniserie

7,2
8.714
5
5 de mayo de 2020
5 de mayo de 2020
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esencialmente una comedia de enredos, esta miniserie ofrece "referencias de contexto", sin ahondar en las singularidades profesionales de los personajes medulares: Ava Gardner (USA, 1922-1990) -icónica actriz hollywoodense- y Juan Perón e Isabel Martínez -presidentes argentinos-, además de algún mafioso gitano y adláteres; una instructora de escuela femenina compelida por el franquismo a espiar a la actriz, encubierta en un empleo en su casa de Madrid -donde vivió de 1955 a 1968-; un galán inescrupuloso y trepador contratado de chófer; una joven asistente hogareña y muchos otros personajes secundarios. La situación socio-económica de cada uno de ellos es parte de su caracterización, sin otro tratamiento que aquello a lo que pueden o no pueden acceder con sus recursos, lo cual revierte el repetido argumento crítico de sesgo contestatario, que no tiene en lo más mínimo. Básicamente hay algo "inmoral" en la idea y su producto; y ello es el haber "usado" a relevantes figuras del S.XX -artística y políticamente-, para satirizarlos con una entretenida parodia, sin la menor intención de ofrecer data sobre la descollante carrera de uno u otro. La caracterización de la Gardner y los Perón es la que el director y el guión han querido darle, sin que se ajuste a la realidad; de modo que es meramente ficticio, prejuicioso y cosificador. Y simultáneamente, se deja entrever cierto desprecio por los modos culturales de la estadounidense, el matrimonio argentino y el/los gitanos.
En su haber destaco buenas actuaciones, coreografías y banda sonora, además de una duración total discreta y llevadera. Así como la reconstrucción de época y escenográfica. El uso del blanco y negro no me parece que aporte nada "per sé": de haber sido en color, sería la misma serie. En síntesis, un producto pasatista que despierta atracción del público por las personalidades alrededor de la que construye una comedia, sátira o parodia, como se prefiera. Y en su comercial estilo, bien realizada.
En su haber destaco buenas actuaciones, coreografías y banda sonora, además de una duración total discreta y llevadera. Así como la reconstrucción de época y escenográfica. El uso del blanco y negro no me parece que aporte nada "per sé": de haber sido en color, sería la misma serie. En síntesis, un producto pasatista que despierta atracción del público por las personalidades alrededor de la que construye una comedia, sátira o parodia, como se prefiera. Y en su comercial estilo, bien realizada.

6,7
67.225
8
25 de enero de 2010
25 de enero de 2010
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la base de que la guerra de Irak fue, es y será una miserable acción imperialista y que cualquier propuesta "empatizadora" con el invasor es ilegítima, diré que, a pesar de todo ello, cinematográficamente es buena. El tema es interesante, de altísima tensión, y su tratamiento es eficaz. Pero claro, tratándose de "una guerra de verdad" - y sin dejar sus méritos estéticos de lado -, ¿es posible olvidar que es otro film más en que se pretende hacer aparecer cual víctimas a los victimarios? A mi cuesta. Mucho.
Miniserie

4,9
1.386
3
31 de marzo de 2020
31 de marzo de 2020
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esta gente llena de dinero como Netflix piensa que eso les dá derecho a bastardear la memoria de cualquiera, bueno..., muy pronto dejará de contar con mi modesto abono. Y quizás con el de muchos más...
Hace unos cuantos años se estrenó un film muy digno, entretenido, llamado "The Seven-per-Cent Solution", que trata sobre la interacción entre Freud y Sherlock Holmes para resolver un caso policial. De aquel a éste, hay tanta distancia como la que hay de "Dog Day Afternoon" (Peckinpah) a la penosa "Parasite".
Sigmund Freud ha sido una figura descollante del pensamiento humano, dedicado a hacer un aporte fundamental a la ciencia médica, que merece respeto, en cualquier circunstancia. Presentarlo como un pusilánime cocainómano, practicando falsa hipnosis en medio de un ámbito social decadente de la alta burguesía vienesa de fines de S. XIX; y utilizar una absurda historia para enmarcar sus primeros estudios sobre la histeria, es lisa y llanamente miserable. O peor aún, limitar la miniserie a un breve momento "inventado" de su vida, un repugnante recurso comercial para utilizar su nombre captando público de forma inescrupulosa.
Si le he dado 3 puntos, es porque la reconstrucción de época, escenografía, vestuario, etc. etc. son magníficas. Lástima que no se hayan utilizado para ofrecer algo que valga la pena ver... En síntesis: "mercancía Netflix" nada encomiable.
Hace unos cuantos años se estrenó un film muy digno, entretenido, llamado "The Seven-per-Cent Solution", que trata sobre la interacción entre Freud y Sherlock Holmes para resolver un caso policial. De aquel a éste, hay tanta distancia como la que hay de "Dog Day Afternoon" (Peckinpah) a la penosa "Parasite".
Sigmund Freud ha sido una figura descollante del pensamiento humano, dedicado a hacer un aporte fundamental a la ciencia médica, que merece respeto, en cualquier circunstancia. Presentarlo como un pusilánime cocainómano, practicando falsa hipnosis en medio de un ámbito social decadente de la alta burguesía vienesa de fines de S. XIX; y utilizar una absurda historia para enmarcar sus primeros estudios sobre la histeria, es lisa y llanamente miserable. O peor aún, limitar la miniserie a un breve momento "inventado" de su vida, un repugnante recurso comercial para utilizar su nombre captando público de forma inescrupulosa.
Si le he dado 3 puntos, es porque la reconstrucción de época, escenografía, vestuario, etc. etc. son magníficas. Lástima que no se hayan utilizado para ofrecer algo que valga la pena ver... En síntesis: "mercancía Netflix" nada encomiable.
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