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colaborador
Críticas ordenadas por utilidad
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2,0
599
1
10 de junio de 2008
10 de junio de 2008
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película no la entendí mucho. Salen montones de cosas lisérgicas, lecheras y gente drogada y vacas y globos gigantes y fiestuquis ibicencas y hasta actores que te suenan un montón de esos de las teleseries maluchas del tipo "Al salir de clase". Para colmo de lo absurdo y bizarro, resulta que la dirige el ex novio de Paulina Rubio, farlopero convicto y confeso que no hace más que trasladar el subproducto interior bruto de su cacumen después de una noche especialmente movidita al lenguaje cinematográfico (por llamarlo de alguna manera que se entienda). Por supuesto, el resultado es tan horripilante como quepa imaginarse, sin que además se alimente de la dosis de saludable frikismo precisa para tragarse engendros de semejante calibre. Se encuadra el invento en el género de lo inclasificable, más que nada porque ni siquiera estoy segura de que esto pueda considerarse una película en serio. En coña tampoco.
Ni por una apuesta -sí, yo la hice - la veais. Vale la pena dejarse el dinero para no tener que sufrirla.
Ni por una apuesta -sí, yo la hice - la veais. Vale la pena dejarse el dinero para no tener que sufrirla.

5,7
7.893
6
25 de octubre de 2010
25 de octubre de 2010
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si el romanticismo en "Los seductores" dependiese de la química -inexistente- entre Romain Duris y Vanessa Paradis, la cosa no pasaría de un émulo sin gracia de cualquiera de Jennifer Aniston, pero no por casualidad esta producción exhibe bandera francesa.
Llámenlo chic, llámenlo charme o cualquier otra cosa que se les ocurra para definirlo: el caso es que "Los seductores" lo tiene y Jennifer Aniston, desgraciadamente, no lo tiene. Quién sabe si el secreto está en las vistas soleadas de la glamurosa Montecarlo, o en el atractivo entre canalla y cartoonesco de Romain Duris, ese tipo que no es guapo pero que tiene "algo" a raudales. Tampoco diría que parte de la culpa no la tenga el rouge Dior de la Paradis o su lustroso Kelly, al que se da el justo protagonismo como para discernir que esto es la vieja Europa, aunque una Europa reescrita en clave de fórmula americana.
El rato se pasa agradable con estos seductores, aunque no sean ellos los que seduzcan y la parte de comedia es como mínimo tan buena como la parte de romance, lo cual está muy bien. El mejor hallazgo son los secundarios a lo Mortadelo y Filemón y la banda sonora, que quitando el aburrido score original, es una colección muy cachonda. Además no tienen que cambiarla para el remake, que auguro para dentro de un año como mínimo y dos como máximo.
En lo malo diría que el guión está en exceso trillado y que los dientes de la Paradis, después de años coqueteando con la idea de la separación, por fin parece que han firmado el acuerdo definitivo de divorcio, logrando lo que debería ser anatema en la protagonista de una película romántica: una sonrisa tenebrosa.
Por demás, una chuchería muy simpática para pasar un rato bonito y sin complicaciones.
Llámenlo chic, llámenlo charme o cualquier otra cosa que se les ocurra para definirlo: el caso es que "Los seductores" lo tiene y Jennifer Aniston, desgraciadamente, no lo tiene. Quién sabe si el secreto está en las vistas soleadas de la glamurosa Montecarlo, o en el atractivo entre canalla y cartoonesco de Romain Duris, ese tipo que no es guapo pero que tiene "algo" a raudales. Tampoco diría que parte de la culpa no la tenga el rouge Dior de la Paradis o su lustroso Kelly, al que se da el justo protagonismo como para discernir que esto es la vieja Europa, aunque una Europa reescrita en clave de fórmula americana.
El rato se pasa agradable con estos seductores, aunque no sean ellos los que seduzcan y la parte de comedia es como mínimo tan buena como la parte de romance, lo cual está muy bien. El mejor hallazgo son los secundarios a lo Mortadelo y Filemón y la banda sonora, que quitando el aburrido score original, es una colección muy cachonda. Además no tienen que cambiarla para el remake, que auguro para dentro de un año como mínimo y dos como máximo.
En lo malo diría que el guión está en exceso trillado y que los dientes de la Paradis, después de años coqueteando con la idea de la separación, por fin parece que han firmado el acuerdo definitivo de divorcio, logrando lo que debería ser anatema en la protagonista de una película romántica: una sonrisa tenebrosa.
Por demás, una chuchería muy simpática para pasar un rato bonito y sin complicaciones.

6,2
994
6
10 de enero de 2011
10 de enero de 2011
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para una persona más o menos normal, no es fácil matar a un hombre a sangre fría, ni mucho menos torturarle, a pesar de que la provocación, como es en el caso de "7 días" sea monstruosa.
Nuestro protagonista se quiere vengar del hombre que violó y mató a su hijita y en lugar de esperar a que empiece a moverse el lento engranaje de la justicia, decide tomársela por su mano, secuestrando al responsable de su desgracia para devolverle, gramo a gramo, el peso de su cuerpo en dolor.
Pero no es tan fácil matar a un hombre y por cada herida que inflige al cuerpo del otro, el protagonista se inflige otra herida a sí mismo en el alma.
"7 días" debe verse como una rareza en estos tiempos en los que ver asesinar, violar, degollar, descuartizar, quemar o desollar a un ser humano en el cine, es un espectáculo palomitero ("Saw") o un ejercicio de provocación ("A serbian film"). Si esperabas ver un festival de vísceras, esta no es la película indicada. Ahora bien, si lo que querías era una reflexión, está asegurada: en "7 días" ser un vengador justiciero no es algo divertido. Torturar a un hombre no es un show de variedades. Y matarlo no es fácil, nada fácil.
Nuestro protagonista se quiere vengar del hombre que violó y mató a su hijita y en lugar de esperar a que empiece a moverse el lento engranaje de la justicia, decide tomársela por su mano, secuestrando al responsable de su desgracia para devolverle, gramo a gramo, el peso de su cuerpo en dolor.
Pero no es tan fácil matar a un hombre y por cada herida que inflige al cuerpo del otro, el protagonista se inflige otra herida a sí mismo en el alma.
"7 días" debe verse como una rareza en estos tiempos en los que ver asesinar, violar, degollar, descuartizar, quemar o desollar a un ser humano en el cine, es un espectáculo palomitero ("Saw") o un ejercicio de provocación ("A serbian film"). Si esperabas ver un festival de vísceras, esta no es la película indicada. Ahora bien, si lo que querías era una reflexión, está asegurada: en "7 días" ser un vengador justiciero no es algo divertido. Torturar a un hombre no es un show de variedades. Y matarlo no es fácil, nada fácil.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
"-¿Se arrepiente de lo que ha hecho?
- Sí.
- ¿Volvería a hacerlo?
- Sí"
- Sí.
- ¿Volvería a hacerlo?
- Sí"
23 de octubre de 2008
23 de octubre de 2008
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues la verdad es que como hoy era mi cumpleaños, busqué una película que contuviera esa palabra en el título y la única que encontré que hubiera visto fue ésta. Afortunada casualidad ya que además de servirme para auto-felicitarme con una crítica, me trae agradables recuerdos de una época muy feliz y que por desgracia ya pasó hace mucho tiempo.
Esta película es un clásico slasher ochentero protagonizado por una chica que el día de su cumpleaños tiene un accidente que le causa ciertos trastornos de memoria: un año después, sus amigos comienzan a ser asesinados sistemáticamente por alguien a quien ellos conocen y la joven, que cada vez padece más visiones y lapsus de memoria se empieza a preguntar si...
Para los paladares más exigentes, hay un buen desparrame de hemoglobina, con asesinatos abundantes y de lo más satisfactorios que en ocasiones recuerdan más que un poquito a las perrerías italianas del maestro Argento. Buen nivel actoral, con un Glenn Ford correctísimo frente a una Melissa Sue Anderson simplemente aceptable y un cuidado técnico que se agradece teniendo en cuenta la cutredad a la que nos tenía acostumbrados/as el género durante aquellos años.
Vale que desde un punto de vista canónico no estamos ni mucho menos ante una gran película, pero dentro de su género, es uno de los mejores ejemplos de una época gloriosa que lamentablemente y a pesar del intento de revival de estos últimos años, nunca ha vuelto a repetirse.
Esta película es un clásico slasher ochentero protagonizado por una chica que el día de su cumpleaños tiene un accidente que le causa ciertos trastornos de memoria: un año después, sus amigos comienzan a ser asesinados sistemáticamente por alguien a quien ellos conocen y la joven, que cada vez padece más visiones y lapsus de memoria se empieza a preguntar si...
Para los paladares más exigentes, hay un buen desparrame de hemoglobina, con asesinatos abundantes y de lo más satisfactorios que en ocasiones recuerdan más que un poquito a las perrerías italianas del maestro Argento. Buen nivel actoral, con un Glenn Ford correctísimo frente a una Melissa Sue Anderson simplemente aceptable y un cuidado técnico que se agradece teniendo en cuenta la cutredad a la que nos tenía acostumbrados/as el género durante aquellos años.
Vale que desde un punto de vista canónico no estamos ni mucho menos ante una gran película, pero dentro de su género, es uno de los mejores ejemplos de una época gloriosa que lamentablemente y a pesar del intento de revival de estos últimos años, nunca ha vuelto a repetirse.

6,0
27.862
6
25 de julio de 2009
25 de julio de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre hay una familia de cine con la que puedes identificar a tu propia familia. Quizás no sean los únicos, pero en mi caso, la familia de cine con la que hermano a los míos es sin duda la familia Addams. Obviamente no por la estética o por la personalidad, sino por su armonioso funcionamiento como grupo unido por la carne y sobre todo, por la sangre.
Son divinos de la muerte. Gómez Addams, el apuesto esgrimista, es el marido entregado y ardiente al que toda vamp desearía hincar los colmillos; Morticia, un bello Modigliani en clave gótica, es su igualmente apasionada cónyuge. Si esta pareja ya no te ha rendido por completo ante sus encantos, siempre quedan los angelitos, Pursley y Miércoles, que apelarán a tus instintos más tiernos en las múltiples escenas de amor fraternal que incluyen acuchillamientos, duelos a espada y edificantes sesiones de silla eléctrica. Y la preciosa Morticia. Y si por entonces todavía te resistes, por favor, no te pierdas a Cosa, el mayordomo-mano cortada, tan diligente y entregado a la familia. O a la abuela bruja que cuida de sus retoños a base de pócimas y hechizos. O Morticia, tan terriblemente atractiva. O tito Fétido que aúlla como alma en pena por las noches. Y el criado Lurch, de trazas frankensteinianas y delicado talento musical. Y Morticia con sus modelitos de ama de casa gótica.
La familia mola tanto que casi no importa que la trama sea apta para menores de cinco años. Me encantan sus juegos de desenterrar cadáveres, su pasión por las torturas medievales y sus comidas familiares con alimentos todavía vivos. Se ve que se quieren, se entienden y se aceptan a la perfección tal y como son. Además se divierten juntos, a despecho del resto del mundo y su incomprensible funcionamiento. Son geniales.
Se les acaba cogiendo cariño a los Addams: aunque la peli esté muy por debajo de ellos. Pero es Barry Sonnenfeld...
Siempre nos quedará Morticia.
Son divinos de la muerte. Gómez Addams, el apuesto esgrimista, es el marido entregado y ardiente al que toda vamp desearía hincar los colmillos; Morticia, un bello Modigliani en clave gótica, es su igualmente apasionada cónyuge. Si esta pareja ya no te ha rendido por completo ante sus encantos, siempre quedan los angelitos, Pursley y Miércoles, que apelarán a tus instintos más tiernos en las múltiples escenas de amor fraternal que incluyen acuchillamientos, duelos a espada y edificantes sesiones de silla eléctrica. Y la preciosa Morticia. Y si por entonces todavía te resistes, por favor, no te pierdas a Cosa, el mayordomo-mano cortada, tan diligente y entregado a la familia. O a la abuela bruja que cuida de sus retoños a base de pócimas y hechizos. O Morticia, tan terriblemente atractiva. O tito Fétido que aúlla como alma en pena por las noches. Y el criado Lurch, de trazas frankensteinianas y delicado talento musical. Y Morticia con sus modelitos de ama de casa gótica.
La familia mola tanto que casi no importa que la trama sea apta para menores de cinco años. Me encantan sus juegos de desenterrar cadáveres, su pasión por las torturas medievales y sus comidas familiares con alimentos todavía vivos. Se ve que se quieren, se entienden y se aceptan a la perfección tal y como son. Además se divierten juntos, a despecho del resto del mundo y su incomprensible funcionamiento. Son geniales.
Se les acaba cogiendo cariño a los Addams: aunque la peli esté muy por debajo de ellos. Pero es Barry Sonnenfeld...
Siempre nos quedará Morticia.
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