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5,4
3.212
6
14 de noviembre de 2021
14 de noviembre de 2021
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más dura será la caída (The Harder They Fall) es el nuevo western de Netflix, con un reparto de lujo y enteramente negro (reconozcámoslo, no es algo habitual en este género), por lo que nadie podrá quejarse de diversidad*. Eso sí (y si no lo digo reviento), los blancos son pintados como paletos e idiotas, algo demasiado habitual en las últimas producciones de esta índole. Llamadme loco, pero yo veo aquí un problema grave (si fuese al revés, se lía). Afortunadamente, y sin que sirva de precedente (las películas de denuncia racial están dejando bastante que desear últimamente), al menos la cinta entretiene, aunque acabe lastrada por un ritmo muy irregular y unos excesos que la impiden ser algo más. Pero mejor ir por partes.
A pesar de que la crítica ha quedado bastante satisfecha (me temo que por motivos ajenos a la calidad del film, como suele suceder), poco se está hablando de esta producción, la cual juega a ser un western con ecos de Tarantino. Es tan sencillo como que, sin la existencia de la maravillosa Django Desencadenado (Django Unchained), no habría Más dura será la caída. Ni más ni menos. Se notan las intenciones y referencias de sus responsables (el uso de la sangre o las muertes, una de ellas calcada al film mencionado), pero el problema es que Tarantino sólo hay uno (ojalá hubiesen más), y al final la película acaba resultando una simpática copia, que lo intenta, pero que no llega a la maestría del cineasta responsable de Pulp Fiction. Seamos sinceros, si esto lo hubiese dirigido el bueno de Quentin, estaríamos hablando de un Tarantino menor, y esa es la prueba irrefutable de que la película no es tan buena como nos quieren hacer creer.
El director y guionista se esfuerza, con una labor tras las cámaras bastante convincente y colorida (dándole un tono más desenfadado a la propuesta), pero todo se derrumba con un ritmo irregular, con una primera media hora estupenda (ojalá se hubiese mantenido ese espectacular arranque), pero cuyo interés decae y no remonta hasta el clímax, demasiado alargado para mi gusto. Y es que nos quieren contar demasiadas cosas, provocando que la cinta dure dos horas y veinte minutos, injustificable se mire por donde se mire. Qué bien le hubiese venido durar media hora menos, pero los responsables optan por hacer un western tan grandilocuente como ambicioso, cuando realmente es uno más del montón. Por cierto, quien espere rigor histórico, se ha equivocado de película.
Es obvio que el problema está en el guion, con un exceso de personajes (¿de verdad hacían falta dos secuaces para el villano?), y navegando por lugares comunes (que no falte la damisela en apuros, siendo una decisión argumental ridícula por como se inicia), confirmándonos que el film es mucho más convencional de lo que se pretende. No pasa nada por hacer un espectáculo ameno para pasar el rato, pero algo me dice que han buscado rascar el premio. No sé si esta vez los académicos picarán (como sí han hecho otros años con otras producciones que no lo merecían), pero no creo que esta cinta acabe estando en el top 10 del año de nadie, porque sirve para pasar el rato, pero poco más.
Creo que, con más tijera y menos ínfulas, podría haber quedado un film mucho más redondo y disfrutable, pero se han pasado de frenada, y de ahí que el público no haya respondido de la misma forma que los críticos (entre otras cosas porque no buscan el aplauso y no temen decir lo que piensan). Quizás haya tenido que ver la forma en que plantean el conflicto racial, siendo una mofa constante y bastante agresiva, que consigue exactamente lo opuesto a lo que se pretende. Racismo inverso, lo llaman en mi pueblo. Y es que creo que lo del ‘hombre blanco’ perdió su gracia hace lustros, siendo bochornoso que sigan usando ese recurso una y otra vez, porque al final generan rechazo en la audiencia. Ellos verán.
Y llegamos al reparto, obviamente lo mejor de la propuesta, estando repleto de rostros conocidos, aunque la mayoría totalmente desaprovechados en papeles demasiado pequeños para su talento. A destacar el ascendente Jonathan Majors, el carismático Idris Elba (con un villano bastante interesante) o el siempre estupendo Delroy Lindo (este hombre no envejece), elevando todo el elenco actoral el nivel del film, y haciendo que parezca mucho mejor de lo que realmente es. Como ya he dicho en otras ocasiones, la importancia de un buen reparto, y esta no es la excepción. Por último, atención al soundtrack, repleto de canciones pegadizas y que le vienen como un guante al film, aunque no se puede obviar el hecho de que, el uso de canciones tan modernas, también es una copia del western de Tarantino. Spike Lee debe estar removiéndose en su tumba… cuando llegue.
En conclusión, un western perfecto para pasar el rato y con un reparto espléndido, pero que no está entre lo mejor del género, debido a sus excesos y ritmo irregular, siendo finalmente uno más. Por cierto, al final se insinúa una secuela. ¿Es necesaria? Mucho me temo que no, pero los números hablarán, y si la plataforma lo considera oportuno, darán luz verde a una producción que dudo que muchos demanden. Sólo pido que esta vez tengan las cosas más claras y sean menos evidentes, porque se están luciendo últimamente en Hollywood (y en las plataformas) con este tipo de producciones. Pero oiga, mientras entretengan…
*A pesar de que todos los protagonistas de la función son negros, han habido críticas porque algunos actores no son lo suficientemente negros, en base a los personajes históricos que interpretan. Estos son los tiempos que corren y que nos merecemos. Ya nadie se salva, y esto es lo que se ha logrado con tanta queja y exigencia. Enhorabuena.
Más críticas: ocioworld.net
A pesar de que la crítica ha quedado bastante satisfecha (me temo que por motivos ajenos a la calidad del film, como suele suceder), poco se está hablando de esta producción, la cual juega a ser un western con ecos de Tarantino. Es tan sencillo como que, sin la existencia de la maravillosa Django Desencadenado (Django Unchained), no habría Más dura será la caída. Ni más ni menos. Se notan las intenciones y referencias de sus responsables (el uso de la sangre o las muertes, una de ellas calcada al film mencionado), pero el problema es que Tarantino sólo hay uno (ojalá hubiesen más), y al final la película acaba resultando una simpática copia, que lo intenta, pero que no llega a la maestría del cineasta responsable de Pulp Fiction. Seamos sinceros, si esto lo hubiese dirigido el bueno de Quentin, estaríamos hablando de un Tarantino menor, y esa es la prueba irrefutable de que la película no es tan buena como nos quieren hacer creer.
El director y guionista se esfuerza, con una labor tras las cámaras bastante convincente y colorida (dándole un tono más desenfadado a la propuesta), pero todo se derrumba con un ritmo irregular, con una primera media hora estupenda (ojalá se hubiese mantenido ese espectacular arranque), pero cuyo interés decae y no remonta hasta el clímax, demasiado alargado para mi gusto. Y es que nos quieren contar demasiadas cosas, provocando que la cinta dure dos horas y veinte minutos, injustificable se mire por donde se mire. Qué bien le hubiese venido durar media hora menos, pero los responsables optan por hacer un western tan grandilocuente como ambicioso, cuando realmente es uno más del montón. Por cierto, quien espere rigor histórico, se ha equivocado de película.
Es obvio que el problema está en el guion, con un exceso de personajes (¿de verdad hacían falta dos secuaces para el villano?), y navegando por lugares comunes (que no falte la damisela en apuros, siendo una decisión argumental ridícula por como se inicia), confirmándonos que el film es mucho más convencional de lo que se pretende. No pasa nada por hacer un espectáculo ameno para pasar el rato, pero algo me dice que han buscado rascar el premio. No sé si esta vez los académicos picarán (como sí han hecho otros años con otras producciones que no lo merecían), pero no creo que esta cinta acabe estando en el top 10 del año de nadie, porque sirve para pasar el rato, pero poco más.
Creo que, con más tijera y menos ínfulas, podría haber quedado un film mucho más redondo y disfrutable, pero se han pasado de frenada, y de ahí que el público no haya respondido de la misma forma que los críticos (entre otras cosas porque no buscan el aplauso y no temen decir lo que piensan). Quizás haya tenido que ver la forma en que plantean el conflicto racial, siendo una mofa constante y bastante agresiva, que consigue exactamente lo opuesto a lo que se pretende. Racismo inverso, lo llaman en mi pueblo. Y es que creo que lo del ‘hombre blanco’ perdió su gracia hace lustros, siendo bochornoso que sigan usando ese recurso una y otra vez, porque al final generan rechazo en la audiencia. Ellos verán.
Y llegamos al reparto, obviamente lo mejor de la propuesta, estando repleto de rostros conocidos, aunque la mayoría totalmente desaprovechados en papeles demasiado pequeños para su talento. A destacar el ascendente Jonathan Majors, el carismático Idris Elba (con un villano bastante interesante) o el siempre estupendo Delroy Lindo (este hombre no envejece), elevando todo el elenco actoral el nivel del film, y haciendo que parezca mucho mejor de lo que realmente es. Como ya he dicho en otras ocasiones, la importancia de un buen reparto, y esta no es la excepción. Por último, atención al soundtrack, repleto de canciones pegadizas y que le vienen como un guante al film, aunque no se puede obviar el hecho de que, el uso de canciones tan modernas, también es una copia del western de Tarantino. Spike Lee debe estar removiéndose en su tumba… cuando llegue.
En conclusión, un western perfecto para pasar el rato y con un reparto espléndido, pero que no está entre lo mejor del género, debido a sus excesos y ritmo irregular, siendo finalmente uno más. Por cierto, al final se insinúa una secuela. ¿Es necesaria? Mucho me temo que no, pero los números hablarán, y si la plataforma lo considera oportuno, darán luz verde a una producción que dudo que muchos demanden. Sólo pido que esta vez tengan las cosas más claras y sean menos evidentes, porque se están luciendo últimamente en Hollywood (y en las plataformas) con este tipo de producciones. Pero oiga, mientras entretengan…
*A pesar de que todos los protagonistas de la función son negros, han habido críticas porque algunos actores no son lo suficientemente negros, en base a los personajes históricos que interpretan. Estos son los tiempos que corren y que nos merecemos. Ya nadie se salva, y esto es lo que se ha logrado con tanta queja y exigencia. Enhorabuena.
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Mediometraje

6,0
86
10
10 de junio de 2021
10 de junio de 2021
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No solemos reparar en los cortometrajes, y mucho menos en los mediometrajes, siendo producciones que suelen pasar desapercibas (salvo honrosas excepciones), reduciéndose su recorrido a festivales de cine, donde este tipo de propuestas tienen buena acogida pero sin hacer el suficiente ruido como para llegar al gran público. Y la verdad es que es una lástima, porque de vez en cuando aparecen experiencias realizadas con buen hacer y amor por el cine, y Allan Ellen es un ejemplo de ello, habiendo obtenido prestigiosos premios en su paso por festivales, como el de Mejor película en el Chicago Indie Film Awards, en el Prague International Indie Film Festival o en el Hollywood Golden Film Awards, este último incluyendo un premio a la mejor actriz, y no me extraña.
No voy a negar que suelo tener ciertos reparos (por no llamarlos directamente prejuicios) cuando se combinan los conceptos de festival y cortometraje (o mediometraje), por lo que no las tenía todas conmigo a la hora de aventurarme en esta peculiar historia de amor. Afortunadamente, el director y guionista Juan Ros logra lo impensable, y es que disfrutemos de una historia amena y cercana, sin renunciar a los simbolismos o metáforas tan propias de este tipo de propuestas que buscan hacer reflexionar al espectador. Se puede, y Ros ha dado con la tecla adecuada, en una aventura romántica con ecos de Terry Gilliam (atención al inicio).
Para mí es una delicia encontrarme ante un producto tan experimental y diferente, y que no peque de petulante, no tratando al espectador de menos, siendo algo bastante insólito cuando hablamos de producciones de esta índole y que recorren los festivales de todo el mundo. Se trata de una cinta accesible y apta para todo tipo de público, realizada desde la humildad y que tiene un poderoso y necesario mensaje. Obviamente, no voy a dar muchos más detalles, por lo que es mejor que descubráis vosotros mismos los entresijos de la trama (que los tiene, y muchos).
En cuanto a la labor tras las cámaras de Ros, poco tiene que envidiar a productos más grandilocuentes, en especial teniendo en cuenta el reducido presupuesto con el que ha contado para cumplir su sueño. Los efectos especiales no chirrían, y hay momentos de un gran poderío visual que sorprenden y cautivan, recordándome a clásicos de la década de los 80 y 90 a los que entiendo que pretende homenajear. No es fácil trasladar una historia como la que nos ocupa al celuloide, y el director y guionista sale totalmente airoso de esta ardua papeleta, en lo que es un espectáculo cargado de inventiva y magia.
Por otro lado, tenemos un reparto a la altura de las circunstancias, con dos protagonistas totalmente entregados a sus personajes. Maarten Dannenberg está genial con un personaje cargado de matices y plasmando una evolución que podría haber fallado en otras manos, saliendo victorioso en un papel nada sencillo. No obstante, quien se lleva la palma es una sensacional Karina Kolokolchykova, siendo el corazón de la historia gracias a una actuación entrañable y enérgica. No me extraña que la hayan premiado, augurándole un gran futuro en la industria.
Y es que la película (me cansa lo de llamarla mediometraje por su duración, así que llamemos a las cosas por su nombre) es puro optimismo y esperanza, no cayendo en el pesimismo y crudeza de otras propuestas que buscan dejar un sabor agridulce, con tal de que las aplaudan por plasmar lo dura que es la vida. Eso ya lo sabemos todos, no hace falta que nos mortifiquen a cada momento, ya que el cine también está hecho para entretener y emocionar, y eso es algo que Ros ha entendido a la perfección. Ya era hora de que alguien le buscase la gracia, el sabor y el sentido a la vida, y más en los tiempos que corren. Necesitamos más films positivos y que dibujen una sonrisa en el rostro del espectador, y Allan Ellen cumple este cometido.
En conclusión, estamos ante una propuesta que es una carta de amor al cine (y a las relaciones de pareja), además de coquetear con la ciencia ficción, en lo que sólo se puede definir como una película arriesgada e innovadora, que deja buen cuerpo y que cumple su cometido a la perfección. Y es que hacen falta más producciones así, porque los finales felices existen, y no todo es negro, por mucho que los pedantes de siempre nos quieran convencer de lo contrario. Si te gusta el cine diferente, el género romántico o las propuestas que tienen algo más que ofrecer, seguramente quedes más que satisfecho con Allen Ellen, una cinta realizada con cariño y mucha ilusión, notándose en el resultado final. Una pequeña sorpresa.
Por cierto, si tenéis curiosidad en el debut de Juan Ros, que sepáis que la tenéis en la plataforma de Filmin. Yo os aseguro que merece la pena, y al fin y al cabo dura unos cuarenta minutos que se pasan como un suspiro, por lo que poco más se puede decir al respecto, más allá de que auguro un gran futuro en el cine para Ros (tiene un interesante largometraje en marcha). Buena suerte, te la mereces.
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No voy a negar que suelo tener ciertos reparos (por no llamarlos directamente prejuicios) cuando se combinan los conceptos de festival y cortometraje (o mediometraje), por lo que no las tenía todas conmigo a la hora de aventurarme en esta peculiar historia de amor. Afortunadamente, el director y guionista Juan Ros logra lo impensable, y es que disfrutemos de una historia amena y cercana, sin renunciar a los simbolismos o metáforas tan propias de este tipo de propuestas que buscan hacer reflexionar al espectador. Se puede, y Ros ha dado con la tecla adecuada, en una aventura romántica con ecos de Terry Gilliam (atención al inicio).
Para mí es una delicia encontrarme ante un producto tan experimental y diferente, y que no peque de petulante, no tratando al espectador de menos, siendo algo bastante insólito cuando hablamos de producciones de esta índole y que recorren los festivales de todo el mundo. Se trata de una cinta accesible y apta para todo tipo de público, realizada desde la humildad y que tiene un poderoso y necesario mensaje. Obviamente, no voy a dar muchos más detalles, por lo que es mejor que descubráis vosotros mismos los entresijos de la trama (que los tiene, y muchos).
En cuanto a la labor tras las cámaras de Ros, poco tiene que envidiar a productos más grandilocuentes, en especial teniendo en cuenta el reducido presupuesto con el que ha contado para cumplir su sueño. Los efectos especiales no chirrían, y hay momentos de un gran poderío visual que sorprenden y cautivan, recordándome a clásicos de la década de los 80 y 90 a los que entiendo que pretende homenajear. No es fácil trasladar una historia como la que nos ocupa al celuloide, y el director y guionista sale totalmente airoso de esta ardua papeleta, en lo que es un espectáculo cargado de inventiva y magia.
Por otro lado, tenemos un reparto a la altura de las circunstancias, con dos protagonistas totalmente entregados a sus personajes. Maarten Dannenberg está genial con un personaje cargado de matices y plasmando una evolución que podría haber fallado en otras manos, saliendo victorioso en un papel nada sencillo. No obstante, quien se lleva la palma es una sensacional Karina Kolokolchykova, siendo el corazón de la historia gracias a una actuación entrañable y enérgica. No me extraña que la hayan premiado, augurándole un gran futuro en la industria.
Y es que la película (me cansa lo de llamarla mediometraje por su duración, así que llamemos a las cosas por su nombre) es puro optimismo y esperanza, no cayendo en el pesimismo y crudeza de otras propuestas que buscan dejar un sabor agridulce, con tal de que las aplaudan por plasmar lo dura que es la vida. Eso ya lo sabemos todos, no hace falta que nos mortifiquen a cada momento, ya que el cine también está hecho para entretener y emocionar, y eso es algo que Ros ha entendido a la perfección. Ya era hora de que alguien le buscase la gracia, el sabor y el sentido a la vida, y más en los tiempos que corren. Necesitamos más films positivos y que dibujen una sonrisa en el rostro del espectador, y Allan Ellen cumple este cometido.
En conclusión, estamos ante una propuesta que es una carta de amor al cine (y a las relaciones de pareja), además de coquetear con la ciencia ficción, en lo que sólo se puede definir como una película arriesgada e innovadora, que deja buen cuerpo y que cumple su cometido a la perfección. Y es que hacen falta más producciones así, porque los finales felices existen, y no todo es negro, por mucho que los pedantes de siempre nos quieran convencer de lo contrario. Si te gusta el cine diferente, el género romántico o las propuestas que tienen algo más que ofrecer, seguramente quedes más que satisfecho con Allen Ellen, una cinta realizada con cariño y mucha ilusión, notándose en el resultado final. Una pequeña sorpresa.
Por cierto, si tenéis curiosidad en el debut de Juan Ros, que sepáis que la tenéis en la plataforma de Filmin. Yo os aseguro que merece la pena, y al fin y al cabo dura unos cuarenta minutos que se pasan como un suspiro, por lo que poco más se puede decir al respecto, más allá de que auguro un gran futuro en el cine para Ros (tiene un interesante largometraje en marcha). Buena suerte, te la mereces.
Más críticas: ocioworld.net

4,8
4.353
5
26 de octubre de 2020
26 de octubre de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo confesar que jamás me ha fascinado La maldición de las brujas (The Witches), clásico de culto de 1990, en un film en el que, después de un inicio tan tétrico como logrado, todo se venía abajo demasiado pronto, destacando solamente su inolvidable maquillaje y la sensacional actuación de Anjelica Houston. Sin embargo, es uno de esos casos en los que entiendo que sea tan querida por tantos, en especial por el tono oscuro de la historia, con no pocos instantes tan acertados como inquietantes. Y es que para un servidor, la película tenía poco de infantil. Pero eran otros tiempos.
Justo treinta años después, nos llega una nueva adaptación (que no remake, aunque lo parezca), del popular libro de Roald Dahl, dirigido por el antaño sobresaliente Robert Zemeckis, responsable de clásicos inmortales como la trilogía Regreso al Futuro o ¿Quién engañó a Roger Rabitt?, y el cual ha tenido unos últimos trabajos bastante decepcionantes, además de protagonizado por un trío de ases como son Anne Hathaway (cuyos últimos trabajos dejan bastante que desear, en una carrera que se asoma peligrosamente al precipicio), Octavia Spencer o Stanley Tucci, además de estar producida por Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón. Casi nada.
Debido a los involucrados, tenía algo de curiosidad en un proyecto por el cual, de otra forma, jamás habría tenido ni el más mínimo interés para un servidor, en una arriesgada apuesta por parte de Warner Bros. Finalmente, la película se ha estrenado directamente en la nueva plataforma HBO MAX en Estados Unidos, y en cines en el resto de mercados. Las críticas han sido bastante tibias, destacando lo rudimentario de la producción y que realmente no aporta nada nuevo al film de los 90. Una vez vista, debo afirmar que no puedo estar más de acuerdo.
Zemeckis ofrece un trabajo correcto y elegante, notándose que hay una mano experta detrás, pero también muy lejos de sus mejores tiempos, siendo una realización por encima de la media pero que desmerece a un artista de su categoría. Tampoco ayuda en absoluto en abuso de los (convincentes) efectos especiales, renunciando por completo a la artesanía (en lo que respecta al maquillaje) de la anterior adaptación.
Respecto al tono de la cinta, sus responsables no tienen muy claro si quieren ofrecer un producto infantil, perfecto para estas fechas (Halloween), o un cuento macabro, algo que considero que también le sucedió a la cinta con Houston, apostando aquélla por la mala baba, al contrario de la que nos ocupa, con unas intenciones más enfocadas a los pequeños de la casa, coqueteando con el terror en algunos momentos puntuales (ojo a la escena de los brazos).
Curiosamente, es en esos momentos en los que la película funciona mejor, gracias a la acertada caracterización de Hathaway, la cual estoy seguro que provocará pesadillas a más de uno, ya sea por su enorme boca o por sus alargados brazos, siendo una criatura que habría hecho las delicias de cualquier film de horror que se precie. Es una pena que luego todo sea tan bobalicón (ojo al edulcorado desenlace, aunque haya un atrevido cambio respecto a la otra adaptación), en una serie de elementos que nunca llegan a funcionar.
Y es que al final nos queda la sensación de que esta nueva adaptación es más bien un remake innecesario, el cual se parece mucho más a la original de lo que quiere aparentar, y donde sólo funciona su acertado reparto, ya sea una estupenda Hathaway, un entregado (aunque desaprovechado) Stanley Tucci o la siempre genial Octavia Spencer, siendo ésta la gran protagonista de la función.
El niño protagonista no está a la altura de las circunstancias, con una actuación plana y sin carisma, mejorando considerablemente su interpretación cuando solamente le corresponde poner su voz. Curioso, cuanto menos. Y hablando de doblar, chirría demasiado la voz de un exagerado Chris Rock como improbable narrador, en una elección que entiendo que pretende intentar hacer al producto más desenfadado, pero que a mí no me ha terminado de cuajar.
Por último, destacar la correcta banda sonora de Alan Silvestri, habitual del director y con una composición claramente reconocible, dotando al conjunto de un poco de magia y elevando un poco el nivel de la propuesta.
En conclusión, estamos ante una nueva adaptación que se deja ver si no se ha visto la de los 90, pero que supone una experiencia innecesaria si ya se ha visionado el film con Houston, pareciéndose más a ella de lo que se pretende. No será recordada de la misma forma que la original, siendo un intento tan fallido como conformista. Me quedo con Hathaway y su espeluznante caracterización. Algo es algo.
Más críticas: ocioworld.net
Justo treinta años después, nos llega una nueva adaptación (que no remake, aunque lo parezca), del popular libro de Roald Dahl, dirigido por el antaño sobresaliente Robert Zemeckis, responsable de clásicos inmortales como la trilogía Regreso al Futuro o ¿Quién engañó a Roger Rabitt?, y el cual ha tenido unos últimos trabajos bastante decepcionantes, además de protagonizado por un trío de ases como son Anne Hathaway (cuyos últimos trabajos dejan bastante que desear, en una carrera que se asoma peligrosamente al precipicio), Octavia Spencer o Stanley Tucci, además de estar producida por Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón. Casi nada.
Debido a los involucrados, tenía algo de curiosidad en un proyecto por el cual, de otra forma, jamás habría tenido ni el más mínimo interés para un servidor, en una arriesgada apuesta por parte de Warner Bros. Finalmente, la película se ha estrenado directamente en la nueva plataforma HBO MAX en Estados Unidos, y en cines en el resto de mercados. Las críticas han sido bastante tibias, destacando lo rudimentario de la producción y que realmente no aporta nada nuevo al film de los 90. Una vez vista, debo afirmar que no puedo estar más de acuerdo.
Zemeckis ofrece un trabajo correcto y elegante, notándose que hay una mano experta detrás, pero también muy lejos de sus mejores tiempos, siendo una realización por encima de la media pero que desmerece a un artista de su categoría. Tampoco ayuda en absoluto en abuso de los (convincentes) efectos especiales, renunciando por completo a la artesanía (en lo que respecta al maquillaje) de la anterior adaptación.
Respecto al tono de la cinta, sus responsables no tienen muy claro si quieren ofrecer un producto infantil, perfecto para estas fechas (Halloween), o un cuento macabro, algo que considero que también le sucedió a la cinta con Houston, apostando aquélla por la mala baba, al contrario de la que nos ocupa, con unas intenciones más enfocadas a los pequeños de la casa, coqueteando con el terror en algunos momentos puntuales (ojo a la escena de los brazos).
Curiosamente, es en esos momentos en los que la película funciona mejor, gracias a la acertada caracterización de Hathaway, la cual estoy seguro que provocará pesadillas a más de uno, ya sea por su enorme boca o por sus alargados brazos, siendo una criatura que habría hecho las delicias de cualquier film de horror que se precie. Es una pena que luego todo sea tan bobalicón (ojo al edulcorado desenlace, aunque haya un atrevido cambio respecto a la otra adaptación), en una serie de elementos que nunca llegan a funcionar.
Y es que al final nos queda la sensación de que esta nueva adaptación es más bien un remake innecesario, el cual se parece mucho más a la original de lo que quiere aparentar, y donde sólo funciona su acertado reparto, ya sea una estupenda Hathaway, un entregado (aunque desaprovechado) Stanley Tucci o la siempre genial Octavia Spencer, siendo ésta la gran protagonista de la función.
El niño protagonista no está a la altura de las circunstancias, con una actuación plana y sin carisma, mejorando considerablemente su interpretación cuando solamente le corresponde poner su voz. Curioso, cuanto menos. Y hablando de doblar, chirría demasiado la voz de un exagerado Chris Rock como improbable narrador, en una elección que entiendo que pretende intentar hacer al producto más desenfadado, pero que a mí no me ha terminado de cuajar.
Por último, destacar la correcta banda sonora de Alan Silvestri, habitual del director y con una composición claramente reconocible, dotando al conjunto de un poco de magia y elevando un poco el nivel de la propuesta.
En conclusión, estamos ante una nueva adaptación que se deja ver si no se ha visto la de los 90, pero que supone una experiencia innecesaria si ya se ha visionado el film con Houston, pareciéndose más a ella de lo que se pretende. No será recordada de la misma forma que la original, siendo un intento tan fallido como conformista. Me quedo con Hathaway y su espeluznante caracterización. Algo es algo.
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MiniserieDocumental

6,4
1.034
Documental
5
24 de julio de 2020
24 de julio de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces se destaca a Netflix por sus series y películas en exclusiva, pero creo que uno de sus puntos más fuertes está en los documentales, ya sea a modo de películas o miniseries, como es el caso que nos ocupa. Y es que últimamente no dejan de dar en la diana, gracias a propuestas tan interesantes como entretenidas. Yo no me suelo perder una.
Es por ello que tenía apuntado ver esta miniserie documental de tres episodios sobre la historia de la mafia en los años 80, y como la fiscalía y el FBI trabajaron conjuntamente para acabar con ella, en una trama que daría para una serie o película de ficción, ya que se presentan los suficientes elementos para saber que estamos ante algo grande.
Era difícil que no saliese algo digno de mención de todo esto. Desafortunadamente, así ha sido, ya que estamos ante un documental algo fallido e intrascendente, que llega a hacerse pesado y donde los impactantes sucesos que nos relatan no impiden que acabe siendo uno más del montón, no estando a la altura de otras recientes propuestas.
Técnicamente no se le puede reprochar nada a la serie, ya que está muy cuidada, combinando con sabiduría las grabaciones realizadas a los mafiosos (sin su permiso) y las imágenes de archivo con las entrevistas a los protagonistas y las recreaciones de lo que vivieron con actores. Se nota que han hecho los deberes en ese aspecto, pero el problema es otro.
Y es que todo es demasiado superficial y metódico en el documental, dando la información de forma detallada pero con frialdad, sin indagar bajo la superficie. Al final no queda claro si realmente el problema ha sido hacer la miniserie en tan sólo tres episodios o sí podría haber sido una película de hora y media.
Entiendo que la producción quiera relatar los hechos con exactitud, dejando que el espectador saque sus propias conclusiones, pero he visto documentales mucho más inspirados y redondos, ya que la historia que nos ocupa daba para mucho más (de hecho Scorsese haría oro puro con ella), quedándose en un quiero y no puedo.
Lo que es seguro es que hay un exceso de información y cuesta seguir el hilo. Demasiados personajes y sucesos, y aunque se nota un esfuerzo por parte de los responsables para que nos involucremos en la historia, es casi imposible no desconectar en según que momentos, debido a lo caótico de la propuesta. Quizás tendrían que haber puesto un poco el freno y eliminar aspectos que realmente no interesan, como los testimonios de los dos mafiosos.
Sin que sirva de precedente, son mucho más interesantes los testimonios de los agentes federales y de los fiscales, así como del ex-alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, que no de los mafiosos, ya que apenas aportan nada al documental y sus comentarios se quedan en tierra de nadie. Al final resulta mucho más interesante ver y escuchar como les atraparon que no saber lo que hacía la mafia en esos años. Por cierto, curioso que no haya atisbo alguno de arrepentimientos en ninguno de ellos. Ahí lo dejo.
Finalmente, asistimos a tres episodios de casi una hora cada uno, y en donde solamente se consigue dar en la diana en el último, a pesar de su excesiva duración (es el más largo de los tres), siendo una miniserie que prometía demasiado, con una historia atractiva y absorbente, pero que no ha sido bien ejecutada, a pesar de los medios con los que contaba.
Se deja ver y seguramente sea un documento imprescindible para los amantes de las buenas historias de mafiosos, pero a mí me ha dejado una sensación agridulce, ya que esperaba mucho más y acabado siendo una propuesta muy decepcionante. Lo que podría haber salido de aquí... Una lástima.
Una última cosa... ¿Por qué siempre que se habla de mafia y Nueva York aparece Donald Trump? Preguntas sin respuesta...
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Es por ello que tenía apuntado ver esta miniserie documental de tres episodios sobre la historia de la mafia en los años 80, y como la fiscalía y el FBI trabajaron conjuntamente para acabar con ella, en una trama que daría para una serie o película de ficción, ya que se presentan los suficientes elementos para saber que estamos ante algo grande.
Era difícil que no saliese algo digno de mención de todo esto. Desafortunadamente, así ha sido, ya que estamos ante un documental algo fallido e intrascendente, que llega a hacerse pesado y donde los impactantes sucesos que nos relatan no impiden que acabe siendo uno más del montón, no estando a la altura de otras recientes propuestas.
Técnicamente no se le puede reprochar nada a la serie, ya que está muy cuidada, combinando con sabiduría las grabaciones realizadas a los mafiosos (sin su permiso) y las imágenes de archivo con las entrevistas a los protagonistas y las recreaciones de lo que vivieron con actores. Se nota que han hecho los deberes en ese aspecto, pero el problema es otro.
Y es que todo es demasiado superficial y metódico en el documental, dando la información de forma detallada pero con frialdad, sin indagar bajo la superficie. Al final no queda claro si realmente el problema ha sido hacer la miniserie en tan sólo tres episodios o sí podría haber sido una película de hora y media.
Entiendo que la producción quiera relatar los hechos con exactitud, dejando que el espectador saque sus propias conclusiones, pero he visto documentales mucho más inspirados y redondos, ya que la historia que nos ocupa daba para mucho más (de hecho Scorsese haría oro puro con ella), quedándose en un quiero y no puedo.
Lo que es seguro es que hay un exceso de información y cuesta seguir el hilo. Demasiados personajes y sucesos, y aunque se nota un esfuerzo por parte de los responsables para que nos involucremos en la historia, es casi imposible no desconectar en según que momentos, debido a lo caótico de la propuesta. Quizás tendrían que haber puesto un poco el freno y eliminar aspectos que realmente no interesan, como los testimonios de los dos mafiosos.
Sin que sirva de precedente, son mucho más interesantes los testimonios de los agentes federales y de los fiscales, así como del ex-alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, que no de los mafiosos, ya que apenas aportan nada al documental y sus comentarios se quedan en tierra de nadie. Al final resulta mucho más interesante ver y escuchar como les atraparon que no saber lo que hacía la mafia en esos años. Por cierto, curioso que no haya atisbo alguno de arrepentimientos en ninguno de ellos. Ahí lo dejo.
Finalmente, asistimos a tres episodios de casi una hora cada uno, y en donde solamente se consigue dar en la diana en el último, a pesar de su excesiva duración (es el más largo de los tres), siendo una miniserie que prometía demasiado, con una historia atractiva y absorbente, pero que no ha sido bien ejecutada, a pesar de los medios con los que contaba.
Se deja ver y seguramente sea un documento imprescindible para los amantes de las buenas historias de mafiosos, pero a mí me ha dejado una sensación agridulce, ya que esperaba mucho más y acabado siendo una propuesta muy decepcionante. Lo que podría haber salido de aquí... Una lástima.
Una última cosa... ¿Por qué siempre que se habla de mafia y Nueva York aparece Donald Trump? Preguntas sin respuesta...
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3 de agosto de 2019
3 de agosto de 2019
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Fast and the Furious" es una saga que comenzó en 2001 (que se dice pronto) y que ha sabido reinventarse a sí misma. En la quinta entrega nos presentaron al personaje de Hobbs, interpretado por el siempre carismático Dwayne Johnson. En la escena post-créditos de la sexta entrega, se nos presentó a un nuevo villano, Shaw, interpretado por el siempre convincente Jason Statham, siendo el enemigo en la séptima y aliado en la octava.
En esta última entrega de la saga, ambos personajes compartían un pique constante, con clara herencia de las "buddy movies" de los ochenta y los noventa, que tan buenos resultados dieron. De hecho, la química y las escenas de ambos fueron lo mejor de aquella cinta, y parece que los responsables de la saga tomaron buena nota de ello, porque un par de años después, nos encontramos con un spin-off protagonizado por ambos.
Pues bien, tenía muchas expectativas depositadas en esta nueva entrega, ya que los dos actores son dos astros del cine de acción contemporáneo, y verlos de nuevo, cara a cara, era un aliciente más que prometedor en lo que podría haber sido la mejor cinta de la saga, con permiso de Diesel. Ya os adelanto que no es el caso.
Quizás las altas expectativas me hayan jugado una mala pasada, y aunque debo recalcar que la película me ha gustado y me parece un entretenimiento más que correcto, voy a ser más duro con ella, porque lo tenía todo para ser un gran triunfo de película, y al final, se ha quedado a medias.
Por un lado, tenemos la dirección de David Leitch, uno de los responsables de la estupenda "John Wick" (la primera), también director en solitario de la fallida "Atomic Blonde" o de la fabulosa "Deadpool 2". Creo que está última es muy superior a lo visto en esta entrega que nos ocupa, ya que las escenas de acción no son tan impresionantes ni logradas, y quizás solo destacaría el clímax y enfrentamiento final, como algo digno de recordar.
Se trata de una de esas películas que si se hubiesen estrenado hace treinta años (con menos recursos, claro está) sería un clásico instantáneo, pero que, hoy en día (donde, prácticamente, todo esta visto), no sorprende ni emociona. He leído que se han gastado la friolera de 200 millones de dólares en la película... Pues es una torpeza por parte del director, y creo que casi todo se ha ido a las arcas de Johnson y Statham, porque tanto dinero no luce en la película (hay menos escenas de acción de las esperadas).
Otro gran problema es que casi todo (lo bueno) se podía apreciar en los trailers. Si no voy mal, desde Universal, en un movimiento totalmente estúpido y erróneo, sacaron hasta cuatro. Yo solo quise ver el primero (redondo y que dejaba con ganas de más), pero ya sabemos como son los cines, y me comí el segundo. Pues una vez visto, lo lamento, ya que muchas sorpresas y momentos divertidos están en esos trailers, y el factor sorpresa se esfuma por completo.
También considero que la duración es excesiva (más de dos horas), ya que la película, aunque entretenida, se hace un poco larga, y creo que le sobraban un par de minutos, desde luego. En conclusión (respecto a este apartado), la dirección es correcta, pero creo que el director se podría haber desmelenado un poco, y también creo que los espectadores merecíamos una cinta de acción alocada y sin complejos como su anterior trabajo ("Deadpool 2", para los despistados). Al final no es tan burra como debería haber sido.
Respecto al guion, creo que es un acierto traer un tono diferente del resto de películas y recoger y plasmar lo mejor de la octava entrega, con el dúo protagonista discutiendo a cada rato. Lamentablemente, eso sólo sucede en un par de ocasiones (y en momentos, de nuevo, destripados por los excesivos trailers), quizás eclipsados por el personaje femenino, pero se hubiesen agradecido más chascarrillos desternillantes y frases lapidarias. Faltan, y se nota, ya que si vas a hacer un homenaje al cine de acción de antaño, hazlo bien. Al final, lo que nos queda, es un declaración de intenciones que no cumple con lo prometido.
Por otro lado, la cinta tiene un tono desenfadado (que se agradece), y personajes carismáticos (más bien el trío protagonista que no el desganado villano, que ahora iremos con ello), pero también es predecible y muy tópico todo lo visto en ella. Tenían algo grande, y de nuevo, se ha quedado en algo correcto.
En cuanto al reparto, qué decir de Johnson y Statham. Ambos son fabulosos actores (sí, podéis recoger los ojos del suelo... actores), más que carismáticos, y que tienen ganado cada dólar que han cobrado, ya que ellos son el alma y corazón de la película, y lo que la justifica. Juntos hacen que no echemos de menos (en ningún momento) al bueno de Vin Diesel (que para un servidor está por debajo de estos dos), y que cumplen su cometido como personajes cómicos y exagerados que deben salvar el mundo.
No obstante (y esto es una crítica al guion, no al actor), este Statham no es el de la sexta ni la séptima entrega, ya que la película se esfuerza en hacernos olvidar que fue un villano en las anteriores (el recuento de inocentes asesinados por él es importante en dichas películas), y nos lo presentan como un héroe más. No me parece mal del todo, pero creo que debe haber un poco de cohesión y sentido respecto a lo visto hasta el momento, por mucho que se quieran distanciar de ese pasado.
En cuanto a Vanessa Kirby, cumple a la perfección como nuevo personaje, y está lo suficientemente bien dibujada para que no sea el típico interés romántico o la damisela en apuros. Se agradece que sea algo más, y que no esté para hacer babear al hombre neandertal. Van aprendiendo.
Sigue en Spoilers (sin spoilers) por falta de espacio.
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En esta última entrega de la saga, ambos personajes compartían un pique constante, con clara herencia de las "buddy movies" de los ochenta y los noventa, que tan buenos resultados dieron. De hecho, la química y las escenas de ambos fueron lo mejor de aquella cinta, y parece que los responsables de la saga tomaron buena nota de ello, porque un par de años después, nos encontramos con un spin-off protagonizado por ambos.
Pues bien, tenía muchas expectativas depositadas en esta nueva entrega, ya que los dos actores son dos astros del cine de acción contemporáneo, y verlos de nuevo, cara a cara, era un aliciente más que prometedor en lo que podría haber sido la mejor cinta de la saga, con permiso de Diesel. Ya os adelanto que no es el caso.
Quizás las altas expectativas me hayan jugado una mala pasada, y aunque debo recalcar que la película me ha gustado y me parece un entretenimiento más que correcto, voy a ser más duro con ella, porque lo tenía todo para ser un gran triunfo de película, y al final, se ha quedado a medias.
Por un lado, tenemos la dirección de David Leitch, uno de los responsables de la estupenda "John Wick" (la primera), también director en solitario de la fallida "Atomic Blonde" o de la fabulosa "Deadpool 2". Creo que está última es muy superior a lo visto en esta entrega que nos ocupa, ya que las escenas de acción no son tan impresionantes ni logradas, y quizás solo destacaría el clímax y enfrentamiento final, como algo digno de recordar.
Se trata de una de esas películas que si se hubiesen estrenado hace treinta años (con menos recursos, claro está) sería un clásico instantáneo, pero que, hoy en día (donde, prácticamente, todo esta visto), no sorprende ni emociona. He leído que se han gastado la friolera de 200 millones de dólares en la película... Pues es una torpeza por parte del director, y creo que casi todo se ha ido a las arcas de Johnson y Statham, porque tanto dinero no luce en la película (hay menos escenas de acción de las esperadas).
Otro gran problema es que casi todo (lo bueno) se podía apreciar en los trailers. Si no voy mal, desde Universal, en un movimiento totalmente estúpido y erróneo, sacaron hasta cuatro. Yo solo quise ver el primero (redondo y que dejaba con ganas de más), pero ya sabemos como son los cines, y me comí el segundo. Pues una vez visto, lo lamento, ya que muchas sorpresas y momentos divertidos están en esos trailers, y el factor sorpresa se esfuma por completo.
También considero que la duración es excesiva (más de dos horas), ya que la película, aunque entretenida, se hace un poco larga, y creo que le sobraban un par de minutos, desde luego. En conclusión (respecto a este apartado), la dirección es correcta, pero creo que el director se podría haber desmelenado un poco, y también creo que los espectadores merecíamos una cinta de acción alocada y sin complejos como su anterior trabajo ("Deadpool 2", para los despistados). Al final no es tan burra como debería haber sido.
Respecto al guion, creo que es un acierto traer un tono diferente del resto de películas y recoger y plasmar lo mejor de la octava entrega, con el dúo protagonista discutiendo a cada rato. Lamentablemente, eso sólo sucede en un par de ocasiones (y en momentos, de nuevo, destripados por los excesivos trailers), quizás eclipsados por el personaje femenino, pero se hubiesen agradecido más chascarrillos desternillantes y frases lapidarias. Faltan, y se nota, ya que si vas a hacer un homenaje al cine de acción de antaño, hazlo bien. Al final, lo que nos queda, es un declaración de intenciones que no cumple con lo prometido.
Por otro lado, la cinta tiene un tono desenfadado (que se agradece), y personajes carismáticos (más bien el trío protagonista que no el desganado villano, que ahora iremos con ello), pero también es predecible y muy tópico todo lo visto en ella. Tenían algo grande, y de nuevo, se ha quedado en algo correcto.
En cuanto al reparto, qué decir de Johnson y Statham. Ambos son fabulosos actores (sí, podéis recoger los ojos del suelo... actores), más que carismáticos, y que tienen ganado cada dólar que han cobrado, ya que ellos son el alma y corazón de la película, y lo que la justifica. Juntos hacen que no echemos de menos (en ningún momento) al bueno de Vin Diesel (que para un servidor está por debajo de estos dos), y que cumplen su cometido como personajes cómicos y exagerados que deben salvar el mundo.
No obstante (y esto es una crítica al guion, no al actor), este Statham no es el de la sexta ni la séptima entrega, ya que la película se esfuerza en hacernos olvidar que fue un villano en las anteriores (el recuento de inocentes asesinados por él es importante en dichas películas), y nos lo presentan como un héroe más. No me parece mal del todo, pero creo que debe haber un poco de cohesión y sentido respecto a lo visto hasta el momento, por mucho que se quieran distanciar de ese pasado.
En cuanto a Vanessa Kirby, cumple a la perfección como nuevo personaje, y está lo suficientemente bien dibujada para que no sea el típico interés romántico o la damisela en apuros. Se agradece que sea algo más, y que no esté para hacer babear al hombre neandertal. Van aprendiendo.
Sigue en Spoilers (sin spoilers) por falta de espacio.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me sabe mal por el (casi) siempre genial Idris Elba, pero es que le han dado un villano flojo y sin matices, y creo que es demasiado buen actor para desaprovecharlo en un personaje tan insulso y que hace las funciones de enemigo a abatir. Este actor merece papeles mejores, aunque creo que los villanos no son lo suyo (como le sucedió en "Star Trek"). Una pena.
Mención especial a las apariciones especiales, que, obviamente, no voy a desvelar. Y por cierto, no os vayáis hasta el final, ya que hay tres escenas post-créditos. Marvel ha asentado las bases, y lo tenemos que aceptar. Yo estoy encantado.
En fin, estamos ante una entretenida cinta de acción, con pequeñas dosis de humor, que no sabe explotar su mejor baza (el enfrentamiento entre sus dos protagonistas), y que podría haber dado mucho más de sí. No está entre las mejores de la saga y se queda a medio gas, aunque se agradece el intento.
Se insinúa una nueva saga (La Roca no volverá a ninguna más con Diesel, confirmado) protagonizada por estos dos entrañables personajes. Sólo espero que se solucionen los errores de esta primera parte, y se exploten mejor las posibilidades y lo que tienen entre manos.
De momento sólo puedo deciros que si os gusta el cine de acción, la saga "Fast & Furious" o sus protagonistas, seguramente salgáis encantados. Quizás mi error haya sido exigirle más a un producto que ofrece lo mismo de siempre. No perderé la esperanza. Veremos que nos depara el futuro.
Mención especial a las apariciones especiales, que, obviamente, no voy a desvelar. Y por cierto, no os vayáis hasta el final, ya que hay tres escenas post-créditos. Marvel ha asentado las bases, y lo tenemos que aceptar. Yo estoy encantado.
En fin, estamos ante una entretenida cinta de acción, con pequeñas dosis de humor, que no sabe explotar su mejor baza (el enfrentamiento entre sus dos protagonistas), y que podría haber dado mucho más de sí. No está entre las mejores de la saga y se queda a medio gas, aunque se agradece el intento.
Se insinúa una nueva saga (La Roca no volverá a ninguna más con Diesel, confirmado) protagonizada por estos dos entrañables personajes. Sólo espero que se solucionen los errores de esta primera parte, y se exploten mejor las posibilidades y lo que tienen entre manos.
De momento sólo puedo deciros que si os gusta el cine de acción, la saga "Fast & Furious" o sus protagonistas, seguramente salgáis encantados. Quizás mi error haya sido exigirle más a un producto que ofrece lo mismo de siempre. No perderé la esperanza. Veremos que nos depara el futuro.
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