Roy Hill se reune de nuevo con Redford para rendir una especie de homenaje a los pioneros del aire. Aquellos mismos que arriesgaron sus vidas por primera vez en el aire durante una guerra, y aquellos en los que en su retorno, dedicaban la pericia adquirida, en dichas situaciones límite para subsistir por cuatro perras en una feria ambulante o como extras de la emergente Hollywood, pero siempre a los lomos de sus aviones, que se habían convertido en compañeros inseparables de estos hombres, cuya existencia carece de sentido privados de tal privilegio.
El film muestra a un Redford en forma con un personaje al que parece amoldarse perfectamante. A su lado también aparece, aunque en un papel de mucha menos relevancia, una joven Susan Sarandon.
Por otro lado también resultan destacables las exhibiciones aereas ambientadas con la buena banda sonora de Mancini.

Tras el gran éxito de "Battle Royale", Fukasaku se saca de la manga este remake con el fin de aprovechar el tirón, sin embargo, pese a que la idea del primer film era original, el direcotr japonés se ocupa, de echarla totalmente por tierra, con esta apocalíptica continuación.
El film retoma la historia tres años despues, en donde, los dos supervivientes, enloquecidos ante la magnitud del infierno que les tocó padecer, se convierten en una serie de terroristas, que se aislan en una isla, para declararle la guerra a los adultos, los cuales, para repelir tal ataque solo se les ocurre fletar a otro autobus de estudiantes, para que hagan la lucha por ellos.
Absurda e incoherente continuación, que nos deja desencantados a todos aquellos que vibramos con la primera entrega, ofreciéndonos una mezcla de "Mad Max", "Los chicos del maíz" y el desembarco de Normandía "made in Spielberg", y claro todo ello satura, y sobre todo aburre sin llegar a convencer ni por un momento.

Woody Allen se reencuentra de nuevo con el intimismo para inmiscuirnos en una de sus temáticas predilectas, y que tanto juego le lleva dado a lo largo de su extensa filmografía: los problemas conyugales.
Dos matrimonios de amigos se encuentran de sobremesa, tras una cena en casa de uno de ellos, cuando salta la sorprendente noticia, y es que uno de los matrimonios (Pollack y Davis) tiene pensado divorciarse.
A partir de ese instante Allen lleva la película por donde mejor sabe, consiguiendo un drama intimista, que aún lejos de sus conocidas comedias, deja entrever de igual forma, las particulares obsesiones del genio, llevadas a cabo centrandose en el otro matrimonio (conformado por el propio Allen y por Mia Farrow) el cual se queda perplejo ante tal noticia y su aparéntemente apacibilidad conyugal empieza desmoronarse con constantes dudas ante el acontecimiento de los hechos.

Film que nos relata los avatares de dos peregrinos que hacen el camino de Santiago al que Buñuel imprime su caracter surrealista.
El film empieza de una manera bastante lineal, pero poco a poco comienza a diluirse en medio de tomas surrealistas y aparición de personajes alegóricos (con los que el autor pretende representar herejías aparecidas a lo largo de la historia) que provocan que descuidemos un poco el hilo argumental del film.

Dos inseparables amigas, durante su preadolescencia, se dedican a cometer travesuras a lo largo y ancho de de Nueva York, hasta que un día focalizan sus aventuras en un mujeriego concertista de piano (Sellers), al que podrán su vida patas arriba.
Sosa comedia, que destila cursilería al estilo disney, y a la que ni siquiera las fugaces apariciones de Sellers la dotan de comicidad.