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Críticas de Demetrio Rudin
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Críticas 100
Críticas ordenadas por utilidad
7
13 de mayo de 2006
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conspiración de silencio es un film de temática encuadradle dentro del cine negro en cuanto fija su principal foco en revelar la criminalidad de un pueblo entero, dicha ya esta aclaración, entraremos sin más preámbulos en el análisis propiamente dicho de la película. Conspiración de silencio fue rodada en 1955 por el estadounidense John Sturges, director llegado al rodaje con producciones tan respetables como Fort Bravo y La Captura, y autor posterior de grandes obras que lograrían un notable éxito comercial, caso de, La gran evasión o Estación Polar Cebra.

La historia que se desarrolla durante los 81 minutos aproximados de duración de la cinta sitúa al espectador en un pequeño y decadente pueblo en mitad del desierto americano, al cual cierto día de 1945 llega Jonh MacReedy un forastero aparentemente impasible en busca de un granjero japonés llamado Komoko. La escasa población del lugar extrañada ante esta imprevista llegada hará que pronto tengan lugar las primeras hostilidades… Esta historia que transcurre en un lugar aparentemente idílico, en la paz del desierto, se impregna de un ritmo de narración sosegado que parece alargar el tempo de la historia, teniendo en cuenta que esta transcurre en unas pocas horas. Este ritmo también contribuye a lograr una tensión dilatada en momentos cruciales durante el desarrollo de la trama, caso de la amarga espera del protagonista hacia su muerte. Se denota una clara denuncia del racismo y la xenofobia por parte de John Sturges. Los diálogos agudos y llenos de cinismo consiguen enganchar al espectador a la pantalla y mantener constante su interés.

Técnicamente, el film esta muy bien llevado. La fotografía de Sol Polito retrata de forma magistral la sórdida imagen del aislamiento y la soledad del desierto. Los créditos iniciales y finales dan muestra del buen hacer del director, con unos travellings de gran dificultad, por otra parte la narración fotográfica otorga igual o mayor importancia a los gestos como a las palabras. Los encuadres se mueven principalmente entre planos generales y primeros planos, se tiene en consideración que la película es una adaptación de un relato Howard Breslin. El reparto tiene como pilar básico a Spencer Tracy, apoyado en unos sólidos secundarios donde se observan nombres como Lee Marvin o Robert Ryan. Los personajes a los que interpretan son quizás las piezas más flojas del compacto engranaje de la película, ya que el desarrollo de algunos de ellos es realmente escueto, si bien es cierto que el estudio fílmico no se centra en ellos principalmente. La música variada y sugestiva favorece al entretenido guión de la obra, de nuevo los créditos que acompañan a la primera y a la última secuencia sirven como ejemplo.

En definitiva Conspiración de silencio es una buena obra negra, con ciertos tintes de Western que conforman un jugoso y apetecible resultado.
Demetrio Rudin
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7
13 de mayo de 2006
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Relato de un niño de nueve años llamado Frankie y de su madre, Lizzie, que siempre están moviéndose de un lugar para otro. Como no quiere contarle a su hijo la verdad, Lizzie se ha inventado una historia para satisfacer la curiosidad del pequeño Frankie. Cada cierto tiempo manda una carta a Frankie de su supuesto padre, que está embarcado en un navío viajando a tierras lejanas.

Mi querido Frankie es una acertada película dramática perteneciente al cine europeo de los últimos tiempos. Rodado en Escocia a mediados de 2004, el film narra la historia de Lizzie, una mujer soltera con un hijo sordomudo que esconde un pasado marcado por los malos tratos recibidos por parte de su marido. Este sencillo, pero efectivo relato se edifica sobre una sólida construcción de personajes; en especial destaca el personaje de Frankie, un muchacho que a los pocos meses de nacer quedo sordo a causa de una brutal paliza de su padre; esta discapacidad es asumida por su madre, Lizzie, de la forma más natural posible, ya que es ella misma la que desde un primer momento no desea que su hijo reciba un trato especial. Es curioso ver también el engaño que la madre mantiene con la correspondencia de su hijo, en parte se ve justificada por la frustración que sufre con los hombre y más en particular con el padre del joven, un hombre agresivo que resulta ser el prototipo de maltratador habitual. Esta frustración impedirá a Lizzie iniciar cualquier tipo de relación, viéndose atrapada así en una existencia banal junto con su hijo y la abuela de este.

En el apartado visual, la cinta resulta bastante convincente, la fotografía consigue crear una atmósfera de quietud gracias sobre todo al magnífico enfoque que se hace del paisaje escocés y a la sabia combinación de primeros planos. El reparto encabezado por Emily Mortimer lleva a cabo un estupendo trabajo reforzando a la perfección la cuidada trama del film. La banda sonora combina todo tipo de temas, desde la conocida “macarena” hasta la emotiva “Everyone will have their day”.

En definitiva, viendo esta obra nos vamos a encontrar frente a un interesante drama, recomendable para disfrutar de un buen rato de cine con sabor europeo.
Demetrio Rudin
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6
4 de marzo de 2006
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El famoso detective Sherlock Holmes compite con ladrones en la búsqueda de un tesoro robado. Un conspirador del crimen en prisión escondió las claves para encontrar el tesoro escondido en tres cajas de música que fueron subastadas antes de que sus camaradas pudieran hacerse con ellas. Homes y Watson se unen a la loca carrera en pos de las cajas de música.

Vestida para un asesinato es uno de los muchos films rodados durante la década de los cuarenta pertenecientes a la saga inspirada en Sherlock Holmes. La historia es sencilla, presentando un conflicto bien definido, asequible para el espectador casual, con unos personajes bastante triviales que siguen la estela de los propuestos por Sir Arthur Ignatius Conan Doyle en sus relatos. Por otro lado, la cinta cuenta con la virtud de mantener aceptablemente la tensión y el misterio del conflicto, dejándose influir por una cierta esencia negra: ambiente denso, personajes cínicos… Es curioso ver como el argumento de este título deja entrever una matizada referencia a la ideología nazi, claro ejemplo es el dirigente de la organización que lleva a cabo los crímenes, simpatizante de la ideología antisemita.

Visualmente la película resulta convincente, con unos movimientos de cámara no muy amplios, pero que se corrigen gracias a un excelente uso de luces y sombras. La fotografía de Maury Gertsman que enmarca la ciudad de Londres a las mil maravillas junto con la trabajada banda sonora consigue redondear el ya de por si interesante argumento.

En conclusión, Vestida para un asesinato es un largometraje recomendable que recuerda bastante a otras producciones caso de “El arma secreta” o “El caso de los dedos cortados”
Demetrio Rudin
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9
9 de abril de 2006
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría el año 1947 para Orson Welles, un director estadounidense, afincado gracias a películas como Ciudadano Kane en la cumbre del cine. Welles respetado y reconocido en su gremio por su característico estilo, aunaba además de su faceta como director, la de actor y guionista, raro era que Welles no actuara ni escribiera los guiones de sus películas. Volviendo a 1947, Welles hacía un año que acababa de filmar su última obra "The stranger" un film de temática fascista y necesitaba fondos para el estreno teatral de la vuelta al mundo en 80 días, para conseguirlos llamo al productor Harry Cohn, le propuso dirigir la dama de Shangai a cambio de recibir 50.000 dólares. De esta forma Harry Cohn compró los derechos de la novela de Sherwood "la dama de Shangai" y pronto Welles comenzó a preparar el film. En poco tiempo el rodaje estuvo en marcha, el cual se torno bastante complicado ya que Welles se encontraba en términos de separación con su esposa Rita Hayworth la protagonista de la película. Este percance provocó un retraso en el estreno. De tal forma que película apareció en pantalla a mediados de 1948, logrando un notable éxito.

La dama de Shangai se basa en una de las muchas novelas que inundaban los estantes de la América de los 50. La dama de Shangai narra la historia de Michael O´Hara un marinero que durante su estancia en Nueva York conoce a Elsa, la esposa de un rico abogado… Esta historia posee un ritmo infernal, un clima de intriga que no decae en ningún momento a pesar de no intercalar flashback alguno y unos diálogos punzantes, llenos de ironía y cinismo.

Formalmente hablando la dama de Shangai resulta magnífica, como no podía ser de otra manera en cualquier film del gran Welles. Imponentes juegos de luces y sombras, como ejemplo, el breve encuentro en el acuario entre Elsa y O´Hara, donde se muestran contraluces propios del mejor “film noir”. Encuadres y movimientos de cámara que aunque no característicos de Welles, salvo en secuencias aisladas como la celebre sala de los espejos, recrean un sórdido mundo, en el que los personajes se ven abocados a un final trágico, inevitable para ellos, a causa de cumplir su propio destino. Escenas que vuelven a recordar producciones posteriores de Welles, caso del plano final en el que el protagonista se aleja siendo acompañado por la cámara, esta escena comparte un cierto símil con la primera secuencia de Sed de mal, aun siendo la de esta última bastante más complicada que la de la dama de Shangai. Como reparto hayamos al propio Orson Welles, junto a su todavía esposa Rita Hayworth, y entre los secundarios Everett Sloane y Glenn Anders. La música obra de Heinz Roemheld aumenta la tensión y dramatismo del film en los momentos adecuados, brillando el acompañamiento sobre el último plano de la película.

En definitiva la dama de Shangai es una de las mejores obras del cine negro, inmortal al paso de los años. Orson Welles, gracias.
Demetrio Rudin
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7
8 de abril de 2006
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una base aérea de las Fuerzas Libres francesas, en Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial, se presenta un periodista con la pretensión de conocer algunos aspectos de las actividades de este escuadrón aéreo. El comandante de la base le cuenta la historia de una de las escuadrillas, y más concretamente, la peripecia de Jean Matrac, uno de sus pilotos.

Base argumental para una notable película bélico/aventurera. La trama de este título adapta una novela de Charles Nordhoff y James Norman Hall, presentándose en forma de largos flashbacks, lo que puede llegar a complicar en algunos momentos del metraje el desarrollo de la historia. Una historia que nos sumerge en las peripecias de Jean Matrac, un columnista francés que se ve perseguido tras redactar un artículo referido a la ascensión del fascismo en la Francia de antes de la guerra. El patriotismo será una constante a lo largo de todo el film; causado sin ninguna duda por el periodo en el que se produjo el rodaje.

Estéticamente este título es muy vistoso, situando al espectador en unos ambientes muy variados, que van desde la asfixiante selva de la isla del diablo hasta la alegre campiña inglesa. A la hora de rodar Michael Curtiz lleva a cabo un excelente trabajo, la amplitud de planos y la rotundidad de encuadres logran amenizar la cinta en gran medida. La sobria fotografía de James Wong es otro factor a tener en cuenta dentro de lo visual. El reparto aprovecha la mayor parte de los intérpretes ya participes en la genial Casablanca, también rodada por Curtiz dos años antes. Humphrey Bogart, se enfrenta de nuevo al papel de tipo duro y heroico que tanto le ha caracterizado dentro del cine. El maravilloso plantel de secundarios, resulta ser también un completo acierto; Claude Rains repite el personaje de Casablanca al igual que Peter Lorre. La banda sonora combina épicas partituras de la mano del virtuoso Max Steiner.

Recomendable largometraje, que aúna todos los tópicos de las producciones bélicas rodadas durante la segunda guerra mundial por el bando aliado.
Demetrio Rudin
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